El miedo al fracaso o los problemas de financiación son, entre muchos otros, algunos de los motivos que frenan a los jóvenes a emprender en Odontología. Y es que, en un sector donde la evolución es constante, ¿por dónde empezar? En estas páginas te damos las claves para que, sin miedo, te animes a emprender y a montar tu propia clínica dental.
No es un problema único en Odontología, sino que se da en otras profesiones y sectores laborales y económicos: no hay emprendedores. Las razones son muchas y variadas, pero las más destacables son la búsqueda de la comodidad y seguridad, el miedo al fracaso y ruina, problemas de financiación, la escasa formación, y la falta de pasión por emprender y ser el dueño de tu propio negocio. Ante esta circunstancia surge la problemática de la mercantilización de la profesión, ya que cada vez son más las clínicas que están en manos de empresas, fondos de inversión y seguros médicos, y no de profesionales de la Odontología.
¿Se puede cambiar esta tendencia? ¿Es realmente tan complicado montar una clínica? ¿Es posible emprender en Odontología sin morir en el intento? Es un hecho comprobado: «Los jóvenes no tienen ningún interés por hacerse empresarios, -explica el Dr. Antonio Montero, expresidente del Ilustre Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Ia Región (COEM)-. Prefieren trabajar en varias clínicas, cobrar su dinero y no tener que preocuparse de todo lo que rodea y supone montar una clínica dental: temas de burocracia, autorizaciones, gastos, impuestos, seguros, equipamiento, inversión, equipo, bajas de personal, organizar agendas… Todo esto hace que sea muy difícil que la gente joven se quiera meter en ello».
La valoración del presidente del Colegio de Dentistas de Cantabria no es muy diferente. Para el Dr. José del Piñal «hoy en día, la gente joven, no solo en el sector de la Odontología, tienen otra mentalidad distinta a la de generaciones anteriores que hemos trabajado de sol a sol. Ahora, los profesionales quieren trabajar hasta las tres de la tarde y dedicar el resto del día a la familia y hobbies, por lo que una gran mayoría prefiere estar asalariado y evitarse preocupaciones de nóminas y gastos. O trabajar en varias clínicas y no tener más responsabilidad que la profesional con el paciente, como ocurre con los especialistas en Ortodoncia, Implantología, etc».
Los jóvenes no tienen interés por hacerse empresarios, sino que prefieren trabajar en varias clínicas
En Cantabria, al escaso emprendimiento en Odontología se une el boom de jubilaciones de dentistas que después de años de trabajo y de tener una clientela fija de pacientes, ahora no encuentran relevo generacional para sus clínicas. «Estamos notando -explica el Dr. Del Piñal-, que no se abren clínicas nuevas, solo aquellas que pertenecen a cadenas o compañías de seguros. De este modo, las clínicas personales y pequeñas están desapareciendo y esto de que desaparezca el dentista de familia, y que toda la asistencia odontológica en Cantabria esté en manos de empresarios y compañías de seguros, no nos agrada porque creo que debe haber variedad de oferta asistencial».
Ayuda desde los colegios profesionales
Ante estas circunstancias y con el fin de facilitar el relevo de las clínicas cuyos dueños quieren jubilarse a aquellos que quieren emprender, el Colegio de Dentistas de Cantabria ha creado el proyecto «Clínica Abierta». Este proyecto pretende que las clínicas no se cierren a pesar de las jubilaciones y, de este modo, «ayudar a unos y otros, es decir, facilitar las cosas a los que quieren empezar y a los que quieren dejar de trabajar en breve. El problema está en que hay más profesionales que quieren vender o traspasar su clínica que aquellos que quieren emprender y empezar a trabajar por su cuenta. No obstante, y a pesar de las facilidades, nos está costando bastante llegar al entendimiento entre unos y otros. Pero, no es por un tema económico, ya que los precios de las clínicas están baratos, precisamente porque es difícil vender y hay mucha oferta y poca demanda. El motivo es que a la gente le asusta emprender, hacerse empresario y llevar el peso y la responsabilidad de la clínica», argumenta el Dr. José del Piñal.
Hay muchas clínicas creadas por empresas que se nutren de dentistas que no tienen que hacer la inversión
Además del proyecto «Clínica Abierta», en el Colegio de Dentistas de Cantabria también han creado un gabinete de asesoría tanto fiscal como laboral para los emprendedores. «Les ayudamos con los créditos en los bancos y con todo el papeleo para facilitar estas gestiones y que vean que tampoco es nada difícil montarse una clínica y, menos aún, una clínica que ya está en marcha. También hemos realizado charlas de profesionales que llevamos ya unos cuantos años trabajando y les explicamos nuestras experiencias para animarles. Les ayudamos en todo lo que podemos, pero está costando…», señala el Dr. Del Piñal.
En este sentido, desde su experiencia como presidente del COEM, el Dr. Antonio Montero comentaba que desde la institución se estaban dando todo tipo de facilidades en cuanto al tema burocrático a la hora de montar una clínica. También, se planeaba dar cursos de lo que hay que hacer para montar la clínica porque, según detallaba, «al principio todo te parece un mundo». Sin embargo, añadía que, por ejemplo, en Madrid no existía esa necesidad de dar esta formación porque «actualmente hay demasiadas clínicas», siendo uno de los principales problemas de la ciudad la mercantilización del sector. «Hay un montón de clínicas creadas por empresas que se nutren de dentistas que no tienen que hacer la inversión. Entiendo las dos vertientes, el de aquel que no se quiere arriesgar, y prefiere trabajar lo justo e irse a casa; y, por supuesto, el de aquel que quiere montar su propia clínica. Pero la sensación que tenemos es que cada vez hay menos gente joven que quiere emprender», apostillaba.
Son poco los emprendedores en el sector, pero ¿cuál es el perfil tipo? El Dr. Antonio Montero tiene claro que el perfil del emprendedor en Madrid más habitual es el de un profesional cuyos padres están a punto de jubilarse y decide llevar la clínica. «Pero gente joven que se junta con 3 o 4 socios y montan una clínica… esto se da muy poco. Entre otras cuestiones porque en Madrid es muy complicado montar una clínica desde cero, ya que hay consultas por todos lados. Así que entiendo que es un riesgo hacer una gran inversión sin tener asegurados los pacientes».
La mayoría de los emprendedores son profesionales que ya llevan unos años trabajando en varias clínicas
Para el Dr. José del Piñal «hay todo tipo de perfiles, pero la mayoría de los emprendedores son profesionales que ya llevan unos años trabajando en varias clínicas para otros profesionales y ya conocen bien la profesión. En cuanto a los más jóvenes recién egresados, estos no tienen entre sus prioridades emprender, salvo que sean hijos de otro profesional. Ahora, los más jóvenes necesitan un tiempo antes de emprender para seguir formándose, ahorrar, adquirir experiencia. Sin embargo, en nuestra época, o te montabas la clínica o te quedabas en el paro, no había más opciones».
Emprender con pasión
«Además de la formación, dinero, plan de negocio, equipo, etc. sobre todo, es fundamental tener ilusión, tener pasión por tener tu propia clínica donde poder tener los materiales que quieras, donde hacer el horario que te dé la gana, donde puedas cuidar de los pacientes como a ti te gusta y que este trabajo no sea solo la forma de ganar dinero, sino de dar un servicio sanitario de calidad, humanidad y con pasión», así define su propio emprendimiento el Dr. David Lara, que a finales de 2019 puso en marcha su propia clínica, junto a su mujer, la Dra. Paloma Ochoa, en la ciudad de Logroño.
Ambos decidieron emprender cuando llevaban más de 15 años de experiencia en varias clínicas privadas y franquicias de distintas localidades donde habían adquirido todo tipo de experiencias «no solo del trabajo en boca, sino también de lo que quieres hacer y no quieres hacer en tu clínica y, aunque no tengas una formación empresarial, vas cogiendo ideas de lo que va pasando a nivel de gestión y de gabinete», explica el Dr. Lara.
En la universidad son escasas o nulas las asignaturas que nos enseñan sobre el emprendimiento
Su proyecto no solo era formar una clínica, sino, sobre todo, una familia, algo complicado teniendo en cuenta que de lunes a viernes el Dr. Lara estaba fuera de casa atendiendo en clínicas de Vitoria, Castro Urdiales, Bilbao, Pamplona y Soria. «No queríamos tener hijos sin padres, así que, al ser los dos dentistas y compartir una misma ilusión, decidimos poner en marcha nuestra clínica». Su emprendimiento, como el de otros tantos, no ha sido fácil.
Además de la llegada de la pandemia de Covid-19 solo unos meses después de la inauguración, el Dr. Lara tuvo que aprender sobre la marcha los conocimientos básicos sobre gestión y formación financiera. «En la universidad son escasas o nulas, como fue en mi caso, las asignaturas que nos enseñan sobre el emprendimiento, la gestión empresarial y el liderazgo en un equipo de trabajo». El Dr. Lara también adolece de las pocas ayudas para montar una clínica dental o subvenciones que ha recibido: «mucho se oye, y queda muy bonito en las comunidades que dicen “ayudas a jóvenes emprendedores”, pero esto no es verdad, ponen mil trabas, exigen cosas imposibles, y no entregan ni un euro».
«Luego vieron problemas que ni siquiera sabía que existían, como problemas en el equipo, bajas laborales, impuestos que no sabes de dónde vienen, intereses de los préstamos y un montón de quebraderos de cabeza para que la gente conozca y entre en la clínica, como la palabra marketing… Pero todo esto se compensa con un sueño, con una ilusión, con una pasión, con una forma de vida orientada no solo a ser una vida de esclavitud, sino como una forma de trabajo ilusionante, de tratar bien a tus pacientes para que la clínica se llene y te sientas satisfecho por el trabajo realizado y, como consecuencia, ya vendrá el dinero. Hay quienes montan una clínica asociándose a unos amigos con fines puramente económicos, o el típico caso del padre que monta por inercia una clínica a su hijo, pero en ambos casos si no tienen ilusión y ganas de trabajar en un proyecto propio… fracasarán», explica el Dr. David Lara.
A largo plazo, siempre es más seguro el montar tu propio negocio que estar trabajando para alguien
También el Dr. Antonio Montero desmitifica la seguridad de ser un asalariado: «Igual se están equivocando porque, a largo plazo, siempre es más seguro el montar tu propio negocio que estar trabajando para alguien que cualquier día se le cruzan los cables y te dice que no vuelvas». Del mismo modo, el Dr. José del Piñal argumenta las ventajas de tener consulta propia: «el hecho de ser tu propio jefe, tomar tus propias decisiones en todo (en materiales, tipo de tratamientos, precios, etc.) y tener tu propia clínica da muchas más satisfacciones que ser un asalariado. Y si coges una clínica que ya funciona, que puedes comprobar los números, entonces apenas existen riesgos, así que no entiendo bien esta reticencia por emprender que tienen muchos compañeros», concluye el Dr. del Piñal.
Diez consejos para emprender en Odontología
- Formación y aprendizaje continuo. Debido a la innovación y a la incorporación de nuevas técnicas y tecnologías, es esencial formarse, especializarse y adaptarse a los cambios con rapidez. Además, la formación es también una manera de distinguirse o diferenciarse del resto de profesionales. No dejes de aprender nunca, y cada día podrás innovar más en tu emprendimiento.
- Trabaja y adquiere competencias antes de emprender. Es muy conviene trabajar en otras clínicas para adquirir experiencia y soltura, no solo en el aspecto clínico, sino también en la gestión como empresario.
- Busca posibles socios. Una posibilidad para emprender con más facilidad y apoyo es contar con otro colega que desarrolle una especialidad diferente, y así poder crear una clínica que reúna distintas especialidades.
- Controla los gastos. El negocio de clínica dental no es solo el gasto del local en alquiler o compra, sino todo el equipamiento, personal, etc. Es por eso que, aunque tengas ahorros, no se aconseja descapitalizarte y pagar todo de tu bolsillo, ya que no sabes cómo de bien va a ir tu negocio. Es aconsejable recurrir a bancos o asociarte con compañeros para repartir gastos.
- Delega. Es importante tener en cuenta que un solo dentista no va a poder encargarse de todo, es decir, de la parte clínica y de la parte de la gestión empresarial. Por eso es fundamental contratar y delegar. De este modo, contar con un gestor es fundamental, al igual que con una empresa que se encargue de gestionar todo el marketing.
- No te concentres solo en el dinero, piensa en el cliente. No conviene que te enfoques en el hecho de generar beneficio como fin único y por encima de todo lo demás. Si estableces como eje principal de tu empresa la creación de un servicio y de una atención que realmente responda a las necesidades de tus pacientes, habrás dado con la clave. Lo demás viene rodado, y en cuestión de tiempo la demanda de pacientes responderá a esa oferta de calidad que ofreces.
- Encuentra tu valor diferencial: como dentista, debes buscar una idea de emprendimiento que ofrezca algo diferencial, que aporte un enfoque nuevo y cubra las necesidades de tus futuros pacientes. Pero no te quedes con la idea inicial, tu negocio puede ser el comienzo de una vida de innovación y constante exploración.
- Siéntete orgulloso de lo que haces y con quién lo haces. Puesto que vas dedicar gran parte de tu vida a tu proyecto, debes sentirte bien contigo mismo y con quienes te rodean y acompañan en este proyecto. A fin de cuentas, tienes suerte de hacer aquello que tanto te gusta, ¡disfrútalo!
- Sé valiente. En este país existe miedo a emprender. La mayoría de las personas, cuando se plantean montar un negocio, piensan más en lo que pueden perder que en todo lo que pueden ganar. Y eso que hace que muchas veces desistan antes de intentarlo.
- Si lo tienes claro, hazlo. No esperes que los demás te apoyen o vean tu proyecto tan bueno, bonito oviable como tú piensas. Escucha la experiencia de otros profesionales, pero no pierdas el tiempo ni la oportunidad, y recuerda que la clave está en la tenacidad y constancia.