«El futuro de la enseñanza odontológica, al igual que el de la propia profesión, lo veo apasionante», destaca el Dr. Lluís Giner en esta entrevista en la que abordamos con él los principales retos de presente y futuro a los que se enfrenta no solo la universidad española sino también una disciplina, como la Odontología, que no para de evolucionar.
Dr. Giner, ¿cuáles son los temas que más ocupan y preocupan dentro de la Conferencia de Decanos de las Facultades de Odontología de España en el momento actual?
—En primer lugar, agradezco la oportunidad que me brinda esta entrevista al permitirme compartir las inquietudes de la Conferencia de Decanos con la profesión y trasladarles los temas en los que estamos trabajando para mejorar la formación de los futuros profesionales.
En cuanto a la pregunta, considero que habría que distinguir entre los temas inmediatos y los de futuro, aunque, en ambos casos, existen asuntos importantes, urgentes o ambos de forma simultánea.
Uno de los temas prioritarios está centrado en la seguridad de los pacientes y, por tanto, la calidad y excelencia de la formación. Por este motivo, estamos trabajando en la actualización de los programas, teniendo muy en cuenta las sugerencias del Consejo General de Dentistas y las sociedades científicas.
Otro tema importante es nuestra participación en el desarrollo de la Ley de Especialidades y cómo podemos garantizar, desde las universidades, la calidad de la formación en este ámbito.
También nos ocupamos e intentamos garantizar la máxima objetividad, transparencia y atención en el proceso de los exámenes de homologación de los títulos extranjeros de Odontología, ya que este tema afecta a muchas personas y en él están implicadas todas las facultades de Odontología del país.
Además, es importante mencionar la formación en nuevas terapias, como los microfillers, así como la formación en valores de los alumnos (soft skills) y la movilidad universitaria, entre otros temas.
—¿Están los planes de estudio en el campo odontológico de la universidad española adaptados a la realidad actual del sector dental?
—El conocimiento cambia constantemente y debemos adaptar los temarios a estos cambios. En la Conferencia de Decanos, contamos con una comisión encargada de este tema. Sin embargo, no podemos olvidar que es una profesión regulada por una normativa europea desde el 2005 (Directiva Europea 2005/36/CE).
En aquel momento, y bajo la brillante tutela del Dr. Mariano Sanz, elaboramos el Libro Blanco de la Odontología, que estableció las directrices para los planes de estudio de las universidades españolas. Esto dio lugar a la Orden CIN de 2008, en la cual se basan actualmente todos los planes de estudio de Odontología en el país. Dicha norma europea sigue vigente en la actualidad, lo que implica que los cambios que debemos realizar se ajustan a las directrices marcadas por la norma de 2005 y la ley CIN de 2008. No obstante, y en general, el marco es amplio, lo que permite, hasta ahora, adaptar el nuevo conocimiento a los planes de estudio.
Tanto desde la FEDCAR (Federation of European Dental Competent Authorities and Regulator), cuya presidencia este año la ostenta el Consejo General de Dentistas de España, con quienes colaboramos como Conferencia de Decanos, como desde la ADEE (Association for Dental Education in Europe), con la cual también colaboramos las facultades de Odontología españolas, hemos solicitado a la Comisión Europea que se evalúe y se adapte la directiva europea a los nuevos tiempos y necesidades.
«Respecto al futuro proceso formativo en las especialidades oficiales, considero que la universidad debe desempeñar un papel predominante»
—La digitalización en la práctica clínica es creciente. ¿Responden las universidades a esta realidad? ¿Hay muchas diferencias entre centros?
—En este aspecto, todas las facultades de Odontología del país están incorporando los procesos de digitalización en la práctica clínica. Sin embargo, existen diferencias entre unas y otras. En algunas facultades, el proceso se enfoca principalmente en los programas de postgrado, mientras que en otras también se ha implementado en los programas de grado.
En el caso de la UIC-Barcelona, en las últimas cuatro promociones, todos los alumnos de grado finalizan con competencias en toma de impresiones digitales y cementado de prótesis mecanizadas por CAD/CAM.
Además, ofrecemos un máster en Odontología digital y realizamos una importante actividad de investigación en este ámbito. También, desde hace unos años, la Universidad Complutense de Madrid (UCM) dispone de un máster en Odontología digital, entre otras universidades.
—¿A qué retos se enfrenta la universidad española para «estar al día»?
—Son muchos y variados los retos a los que se enfrenta la universidad española para mantenerse actualizada. Uno de los más importantes es la adaptación curricular a los nuevos conocimientos.
Recientemente se publicó el RD 822/2021, que introduce cambios importantes en la forma de evaluar los conocimientos del alumnado y en la distribución de la docencia de algunas asignaturas. Esto implicará el aumento de la carga en materias básicas, lo que requerirá una redistribución de los créditos en toda la titulación.
Además, este RD propone directrices para ordenar la formación continuada y dotarla de una mayor transparencia, ya que actualmente existen programas, principalmente no universitarios, que bajo la misma denominación ofrecen contenidos y calidades muy diferentes. Este es otro reto que debemos abordar en los próximos meses.
—¿Qué papel tienen las empresas del sector en la formación universitaria del futuro dentista?
—La Odontología es, quizás, una de las ramas de las Ciencias de la Salud que requiere el mayor número de materiales e instrumental, dado que a menudo son necesarias intervenciones quirúrgicas o restauradoras en los pacientes.
Por tanto, la relación entre la universidad y la industria es fundamental, y así lo entendemos todas las universidades y el sector de la industria, tanto española como internacional, por lo que es frecuente la colaboración en investigación y en la difusión del conocimiento.
No obstante, en todos los programas que exista colaboración con la industria, que como he comentado, es fundamental para el avance de la Odontología, es importante que esta sea ordenada y transparente.
Por último, desde la universidad podemos generar conocimiento mediante la investigación, lógicamente también en otros entornos, pero los únicos que pueden poner este conocimiento en manos de la profesión son las empresas de la industria, por lo que es fundamental la relación entre la universidad y la industria, así como la transferencia de conocimiento en este entorno.
—Cada vez es más frecuente ver a facultades de Odontología españolas ocupando posiciones de privilegio en los rankings internacionales más destacados. Desde su perspectiva, ¿cuál cree que es el nivel de la formación que se imparte en los centros españoles? ¿Qué sensaciones tienen de los Erasmus o alumnos de intercambio que visitan nuestras facultades?
—Es una alegría que cada vez es más frecuente ver a facultades de Odontología españolas ocupando posiciones privilegiadas en los rankings internacionales más destacados.
Desde mi perspectiva, considero que el nivel de formación que se imparte en los centros españoles es de alta calidad y que estamos comprometidos con el avance de la formación en Odontología a nivel internacional. El hecho de que cada año aparezcan nuevas facultades españolas en los rankings internacionales, o que las existentes mejoremos la posición, es motivo de alegría y ratifica la excelencia de la formación en las facultades de Odontología en España.
En cuanto a los alumnos Erasmus o de intercambio que visitan nuestras facultades, tenemos una experiencia muy positiva. Recibimos muchas solicitudes de intercambio tanto de estudiantes europeos a través del programa Erasmus, como de alumnos de países no comunitarios mediante intercambios bilaterales. Esta experiencia es enriquecedora tanto para los estudiantes que vienen como para nuestros propios alumnos, ya que les brinda la oportunidad de compartir experiencias tanto a nivel académico como personal, y les permite ver la profesión con una perspectiva más amplia.
Además, muchos de nuestros propios alumnos también solicitan tener estancias en facultades extranjeras. De hecho, en la reciente evaluación realizada por la Comisión Europea sobre los logros alcanzados en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior en relación a la Odontología, se ha constatado que se han cumplido e, incluso, superado los objetivos de movilidad estudiantil. Esto demuestra el interés y la participación activa de los estudiantes españoles en programas de intercambio, contribuyendo a su formación integral.
«La simulación virtual ha supuesto un avance muy significativo en la formación odontológica»
—Seguimos a la cola de Europa en materia de especialidades oficiales, ¿hay algún avance significativo al respecto? ¿Qué cree que supondría la creación de las mismas? ¿Se vería «amenazada» la actual y abundante oferta de postgrado actual?
—Es cierto que estamos rezagados en comparación con otros países de Europa en cuanto a la regulación de especialidades oficiales. De hecho, España es el único país europeo que no cuenta con una regulación oficial en este ámbito.
Es un tema complejo que llevamos años intentando resolver. Existe consenso entre las instituciones, como la Conferencia de Decanos, el Consejo General de Dentistas y las sociedades científicas, en la importancia y necesidad de abordar este tema, y pienso que también la mayoría de la profesión está de acuerdo.
Sin embargo, es un desafío debido a que la regulación de las especialidades sanitarias generalmente está vinculada a un sistema sanitario público, en hospitales y centros con características diferentes a la prestación de servicios odontológicos en nuestro país.
A pesar de ello, continuamos trabajando en colaboración con las autoridades competentes para encontrar la manera de reconocer oficialmente las especialidades. En la Conferencia de Decanos tenemos una comisión específica para este tema que coordina el Dr. José Luis Gutiérrez.
Aunque no exista una Ley de Especialidades, las universidades españolas brindan una formación de alta calidad en este aspecto a través de sus másteres, muchos de los cuales tienen una duración de tres años a tiempo completo, como exige la normativa europea, estando algunos reconocidos oficialmente por sociedades científicas europeas. Estos títulos son también reconocidos, en la mayoría de los casos, como especialidades en otros países, tanto de la Unión Europea como fuera de ella.
En cuanto al futuro proceso formativo de las especialidades, considero que la universidad debe desempeñar un papel predominante. Como mencioné anteriormente, ya estamos ofreciendo formación en especialidades de manera no vinculada a especialidades oficiales. Aunque la integración puede resultar compleja y requerirá trabajo en la implementación, creo que es posible lograr una «convivencia» entre la formación en especialidades y los másteres actuales.
También consideramos que es importante establecer un orden, especialmente para garantizar la seguridad y transparencia para los pacientes, teniendo en cuenta que, en la actualidad, algunos programas, especialmente aquellos que no son universitarios, al compartir denominaciones similares, pueden generar confusión en los pacientes en cuanto a la formación del profesional.
«Los alumnos de hoy en día están conectados con el mundo y esta perspectiva globalizada les brinda una formación más completa y enriquecedora»
—Por otro lado, en España, a diferencia de algunos países de Europa, la formación continuada en Odontología sigue sin ser obligatoria. ¿En qué punto nos encontramos actualmente en relación a este tema? ¿Qué beneficios tendría la implantación de la formación continuada obligatoria, tanto para los profesionales como para los pacientes?
—Los profesionales responsables son conscientes de la importancia de seguir formándose de manera continua, ya que el conocimiento en Odontología evoluciona rápidamente y es necesario adaptarse a esos cambios en beneficio de los pacientes. Me consta que muchos profesionales se esfuerzan diariamente en mejorar su formación.
Aunque en España no sea obligatoria, en la actualidad existe una gran conciencia por parte de los profesionales sobre esta necesidad de formarse, lo que explica el alto nivel de la Odontología en nuestro país.
La implantación de la formación continuada obligatoria traería varios beneficios tanto para los profesionales como para los pacientes. En primer lugar, aseguraría que los profesionales se mantuvieran actualizados en los avances científicos y tecnológicos de la Odontología, lo cual garantizaría una atención de mayor calidad y más actualizada para los pacientes, transmitiéndoles una mayor confianza.
Además, la formación continuada obligatoria fomentaría una cultura de mejora constante en la profesión. Los profesionales estarían motivados en buscar nuevas técnicas, procedimientos y conocimientos para ofrecer los mejores tratamientos posibles. Esto se traduciría en una mejor atención y resultados más satisfactorios para los pacientes.
Asimismo, la formación continuada obligatoria contribuiría a la estandarización de la práctica odontológica, promoviendo la adopción de las mejores prácticas y protocolos basados en la evidencia científica. Esto garantizaría una mayor uniformidad en la calidad de la atención odontológica en todo el país.
En resumen, la implantación de la formación continuada obligatoria en Odontología en España sería beneficiosa tanto para los profesionales, al asegurar su actualización y promover la mejora continua, como para los pacientes, al garantizar una atención de mayor calidad y basada en los últimos avances científicos.
—Volviendo a la universidad, ¿cómo ha cambiado la metodología de enseñanza en los últimos años? La reciente pandemia ¿ha marcado un antes o un después?
—La pandemia nos obligó a cambiar en pocas horas o días la forma en que impartíamos la docencia y cómo la recibían los alumnos. Nos adaptamos rápidamente y pienso que logramos superar los desafíos con un muy buen nivel.
También es cierto que en España todas las facultades iniciamos rápidamente la vuelta a la presencialidad controlada, como servicio esencial y esto nos permitió seguir adelante con buenos resultados.
Estos meses en que dispusimos tan solo de las metodologías de enseñanza online nos enseñaron que estas herramientas podrían ser más útiles de lo que pensábamos hasta entonces, de manera que lo que aprendimos durante ese tiempo nos está ayudando actualmente a complementar la enseñanza presencial.
Otro aspecto importante es que, independientemente de las metodologías online, la forma de enseñar ha experimentado muchos cambios en los últimos años. Un ejemplo destacado es la simulación virtual, que nos permite trasladar las patologías de los pacientes a un entorno virtual y realizar preparaciones quirúrgicas o restaurativas con mayor seguridad antes de tratar al paciente de manera directa. Esto ha supuesto un avance significativo en la enseñanza odontológica.
En resumen, la pandemia nos impulsó a adaptarnos rápidamente y encontrar nuevas formas de enseñanza. Aunque hemos retomado la presencialidad en la mayoría de los casos, hemos aprendido a aprovechar las metodologías online y a utilizar herramientas como la simulación virtual para mejorar la calidad de la educación odontológica.
—Pero ¿es factible la formación online en el campo de la Odontología o hablamos de una disciplina eminentemente práctica?
—La formación en el campo de la Odontología es predominantemente práctica. Como en cualquier disciplina de Ciencias de la Salud, se requiere un enfoque exhaustivo que involucra diagnóstico y planificación, lo cual puede abordarse en parte mediante la formación online. Sin embargo, la profesión implica intervenir directamente en el paciente en numerosas situaciones, lo que exige habilidades prácticas y conocimientos en diversas técnicas y manejo de materiales. Estos aspectos son difíciles de adquirir exclusivamente a través de la formación online.
En mi opinión, lo ideal es combinar ambas modalidades de formación, ya que es importante llegar a las sesiones presenciales con una base sólida obtenida online para aprovechar al máximo las prácticas. De hecho, en nuestra facultad, en algunas asignaturas, los alumnos cuentan con una guía online y son evaluados de manera virtual antes de acudir a las sesiones prácticas en el laboratorio.
En resumen, si bien la formación online puede proporcionar una base teórica sólida, así como ciertos aspectos de la formación en Odontología, es esencial complementarla con actividades prácticas y experiencia directa con pacientes para adquirir las habilidades necesarias en esta disciplina.
—¿Cuáles son las señas de identidad de una formación de calidad?
—Actualmente tenemos muchos indicadores ranking en muchos apartados, y esto nos permite de alguna manera tener más datos de cómo se está trabajando en una institución, pero al final pienso que la opinión de los alumnos que han pasado por un programa o facultad es crucial para evaluar la calidad de la docencia. La satisfacción de los alumnos y su percepción de la formación recibida son indicadores confiables de la calidad de la enseñanza.
El futuro de la enseñanza en odontologica
«Imagino el futuro de la enseñanza odontológica como algo apasionante, al igual que la propia profesión. Las nuevas metodologías docentes que estamos implementando no solo brindan mayor seguridad y conocimiento a los alumnos, sino que también permiten experiencias colaborativas con otros centros que antes eran impensables. La formación COIL (Collaborative Online International Learning), junto con la movilidad presencial, proporciona a los alumnos y profesores una visión globalizada de la Odontología en el mundo. Los alumnos de hoy en día están conectados con el mundo y esta perspectiva globalizada les brinda una formación más completa y enriquecedora», señala el Dr. Lluís Giner.
Sobre el cambio de tendencia en el futuro dentista en los últimos años, para el Dr. Giner, «la Odontología ha sido tradicionalmente una profesión muy vocacional, y esta característica se ha intensificado en los últimos tiempos. Cada vez más, los alumnos llegan a la facultad con un conocimiento previo de la profesión y una seguridad firme de que desean estudiar Odontología. Además, es destacable que en la actualidad las facultades de Odontología en España reciben alumnos de diversas nacionalidades. Esta tendencia de diversidad cultural en las aulas es una realidad presente y se espera que sea una característica cada vez más común en el futuro».
A todos los que han elegido esta área del conocimiento, les da un consejo: «En la actualidad, la profesión odontológica es muy amplia y abarca diferentes áreas de conocimiento. Es importante que los estudiantes reflexionen cuidadosamente sobre sus intereses y pasiones, y consideren qué aspectos de la Odontología les atraen más. Pueden optar por convertirse en odontólogos generales, muy necesarios para el paciente, ya que también desempeñan un papel fundamental al coordinar el trabajo de diversos especialistas, o pueden especializarse en una rama específica de la Odontología. Es importante recordar que no deben apresurarse en la toma de decisiones, sino que deben asegurarse de elegir el camino que más les entusiasme. Si lo hacen así, serán buenos profesionales o muy buenos en aquello que realmente les entusiasme, y además se sentirán plenamente realizados profesionalmente y personalmente».