Es para mí un tremendo motivo de alegría poder escribir este artículo en un número tan especial dedicado a la Implantología. Es hora de devolverle a esta especialidad todo lo que me da cada día y, si es posible, acercarla un poquito más a todos aquellos que, como yo en su momento, tomamos la decisión de digitalizar nuestros procedimientos implantológicos.
Dejaremos para el próximo número la segunda parte de «Quiero digitalizar mi clínica dental, ¿por dónde empiezo? Transformación digital (II)» y trataremos de dar unas pinceladas básicas a las necesidades y recursos de los que debemos disponer para afrontar una Implantología digitalizada predecible y de calidad. Pero antes de meternos en materia, creo que sería interesante poner de manifiesto algunos de los beneficios que aporta la Implantología digital.
«La Implantología digital reduce el tiempo de tratamiento en comparación con las técnicas tradicionales»
Beneficios que aporta la Implantología digital
Mayor precisión
La Implantología digital permite planificar y colocar los implantes dentales con una precisión increíblemente alta. El uso de escáneres intraorales y software CAD asegura que los implantes se coloquen en la posición exacta necesaria para lograr una restauración dental perfecta partiendo, no de la disponibilidad ósea, sino de las necesidades restauradoras, lo que comúnmente llamamos cirugía guiada por la prótesis.
Tiempos de tratamiento más cortos
La Implantología digital reduce el tiempo de tratamiento en comparación con las técnicas tradicionales. La utilización del software CAD y fresadoras dentales permite crear restauraciones dentales personalizadas de forma rápida y eficiente que se adaptan perfectamente a las necesidades del paciente y que han sido previamente analizadas y planificadas con la ayuda de un ordenador y programas específicamente diseñados para ello.
Menor invasividad
La Implantología digital puede ser menos invasiva que las técnicas tradicionales. El escaneado intraoral y la planificación virtual permiten que el procedimiento sea dirigido y preciso, pudiéndose realizar con menos incisiones, aunque este abordaje depende de muchos factores que deben ser analizados en detalle, así como las preferencias de cada profesional.
Tiempos de ejecución más cortos
Al realizase una planificación previa y una guía que dirige el fresado y la colocación de los implantes y, en ocasiones, la restauración provisional, los tiempos clínicos se reducen, aportando al paciente enormes beneficios en lo relativo a tiempos de estancia en el consultorio, así como reducción de niveles de estrés y ansiedad.
Pero, ¿por dónde empezamos? Hay cuatro elementos clave en el proceso de digitalización: adquisición de hardware, adquisición de software, proceso de aprendizaje y capacitación, y pruebas piloto con casos sencillos.
«El uso de escáneres intraorales y software CAD asegura que los implantes se coloquen en la posición exacta necesaria para lograr una restauración dental perfecta»
Adquisición de hardware
Para poder realizar procesos digitales, lo ideal sería contar con un sistema CBCT, un escáner intraoral, una impresora 3D y, si fuese posible, una fresadora. Ya hemos hablado en detalle sobre algunos de ellos y cómo debemos elegir en base a nuestras necesidades reales y no lo que vemos o nos cuentan; será necesario, por tanto, un momento de reflexión.
Lo ideal sería un CBCT cuyo campo de visión abarcase al menos un maxilar completo, ya que los diferentes softwares de planificación trabajan sobre maxilares individuales y no en ambas arcadas a la vez; recordad siempre que lo que necesitamos es una imagen de calidad en formato dicom (.dcm), que es el empleado en la mayoría de los programas de planificación digital.
En segundo lugar, un escáner intraoral (Intra Oral Scanner: IOS) para obtener modelos virtuales de nuestros pacientes de un modo sencillo, rápido y preciso, incluso más que una impresión de alginato en la que, en muchas ocasiones, nos «olvidamos» de agitar los botes que lo contienen, enrasar bien las cucharas dispensadoras de polvo de alginato, medir el agua, batir a conciencia el tiempo necesario, secar caras oclusales, o vaciar las impresiones de forma correcta, lo que da lugar a modelos distorsionados, con burbujas o carentes de los detalles necesarios para una buena fusión de archivos entre la imagen del CBCT y el IOS.
También es posible hacer buenas impresiones con técnicas convencionales, por supuesto, pero será necesario digitalizarlas con un escáner de sobremesa, o vaciarlas para obtener modelos de escayola que también tendrán que ser digitalizados, añadiendo otro factor más de distorsión.
Existen en el mercado gran cantidad de sistemas de altísima calidad; elegir un sistema u otro dependerá de los deseos de cada profesional y el uso definitivo que le vayamos a dar.
Posteriormente, fusionaremos los dos archivos obtenidos con el IOS y el CBCT, para poder trabajar en un software de planificación del que hablaremos más adelante y, una vez diseñada la férula, proceder a su impresión y realizar la cirugía guiada.
Existen en el mercado infinidad de impresoras 3D con técnicas muy diversas en la generación del modelo y polimerización de las resinas, por lo que dedicaremos más adelante un capítulo completo de «El rincón digital».
En líneas generales, necesitaremos una impresora de resina que nos brinde una resolución de entre 50u y 100u, resinas biocompatibles esterilizables, un dispositivo de lavado y eliminación de la resina no polimerizada una vez impresa la guía y un sistema de polimerización a una determinada temperatura y longitud de onda dependiendo de las especificaciones de cada fabricante.
Llegados a este punto sería lógico pensar que podría no ser una buena idea esto de pasarse a la Implantología digital: nada más lejos de la realidad; una vez se establece el protocolo, es muy sencillo seguirlo, ya que se podrá repetir cada vez con los mismos resultados tras un par de pruebas de ensayo y error y, si no, siempre se puede pedir a los laboratorios que impriman las férulas para nosotros y, de esta manera, ahorrarnos esa inversión hasta que nos sintamos cómodos navegando en esas aguas.
Tenemos las imágenes, el software, la impresora y… ¿qué más nos hace falta? Algo realmente importante, un kit completo de fresas para llevar a cabo la cirugía guiada.
«Debemos tener claro que es necesario utilizar un sistema de implantes que cuente con todo lo necesario sin improvisaciones o adaptaciones»
Llevo más de 15 años utilizando kits de todo tipo, con cucharillas, sin ellas, con casquillos, sin casquillos, de inserción vertical o lateral, hasta que hace dos años he tenido la suerte de poder participar en el diseño de un nuevo kit quirúrgico que ayuda al clínico paso a paso de una manera precisa, clara y sencilla (sistema de cirugía guiada integral de Anthogyr), disponiendo de líneas a modo de indicadores que nos guían en caso de duda.
Es cierto que cada profesional tiene sus preferencias y yo, ahora, tengo mi «kit a medida». Debemos tener claro que es necesario utilizar un sistema de implantes que cuente con todo lo necesario sin improvisaciones o adaptaciones y esto debe ser algo que debemos conocer bien antes de iniciarnos en la cirugía guiada.
Adquisición de software
Habíamos dejado de lado el software de planificación y es un elemento fundamental a la hora de trabajar. Son muy diversos, pero la principal diferencia radica en la compatibilidad con las diferentes marcas de implantes, la existencia de las geometrías de implantes y aditamentos restauradores en sus librerías y de los casquillos que se van a insertar dentro de las guías para dirigir nuestras fresas.
Algunos softwares del mercado no disponen de las licencias necesarias para incorporar las geometrías de los implantes y añaden «similares», pero es importante recordar que esto es cirugía de precisión y los «similares» no son una opción.
Cada software tiene su modelo de negocio, sus diferentes opciones para exportar los ficheros a imprimir o incluso brindar servicios como «Smile in a Box» (Straumann Group), en los cuales nos ayudan de principio a fin en la planificación del caso, diseño de la guía, impresión de la misma así como del provisional y, si lo deseamos, nos proporcionan en el mismo paquete los implantes y aditamentos restauradores que necesitemos. Quizás esta sea una buena forma de empezar con una inversión mínima y es por ello que no debemos descartarlo como una opción posible.
Una vez adquirido el software toca dedicarle tiempo al aprendizaje. Las posibilidades son infinitas: diseño de guías para utilizar una única fresa piloto, kit de fresas convencionales (cirugía pilotada), cirugías unitarias, múltiples, desdentados totales con restauraciones guiadas inmediatas, férulas superpuestas, con o sin imanes. Con el paso de los años he aprendido que las posibilidades son ilimitadas y todo depende del tiempo personal que queramos dedicarle.
Creedme, son muchas horas las que he dedicado a planificar y, a día de hoy, no dejan de sorprenderme. Hay sistemas que incluso utilizan la tan de moda Inteligencia Artificial (IA) para ayudarnos en la definición de estructuras anatómicas como nervios dentarios e incluso permiten realizar extracciones virtuales dejándonos ver perfectamente la anatomía ósea subyacente, algo tremendamente útil en Implantología posextracción.
Llevo colaborando con la división de desarrollo de CoDiagnostix (software de planificación digital: Dental Wings, Straumann Group) y debo decir que la IA ha simplificado enormemente procesos que antes me suponían muchísimo trabajo para poder planificar, por ejemplo, un implante mandibular posextracción. Y no digamos casos de arcadas completas en pacientes periodontales con mal pronóstico en los que muchas veces, guiados por los deseos del paciente, nos vemos «obligados» a plantear cargas inmediatas que permitan aumentar la autoestima de una persona que, de pronto, ve cómo todos sus dientes son extraídos para ser sustituidos por implantes.
«Son muchos los aspectos a considerar antes de lanzarse a la Implantología digital, pero siempre después de haber llevado a cabo el proceso de aprendizaje y capacitación»
Pero, ojo, no confundamos moda con necesidad. El análisis del caso de manera pormenorizada y explicarle al paciente las diferentes opciones de tratamiento, mantenimiento a corto medio y largo plazo, serán condición indispensable para afrontar este tipo de tratamientos de manera satisfactoria y sin sorpresas.
Ya tenemos la guía, el kit de fresas y hemos relazado la cirugía; ahora toca beneficiarnos de los sistemas de fresado chairside (en consulta) o de restauraciones previamente fresadas y/o impresos para realizar prótesis transicionales, que es como me gusta llamarlas, ya que son de un valor inestimable por la cantidad de información que nos brindan y no un mero elemento provisional para «rellenar las ausencias dentarias».
Como habréis podido comprobar, son muchos los aspectos a considerar antes de lanzarse a la Implantología digital, pero siempre después de haber llevado a cabo el proceso de aprendizaje y capacitación y unas pruebas piloto con casos sencillos; entonces podremos decir que estamos en condiciones de dar el paso a casos más avanzados.
Recordad: no tratéis de empezar con los casos complejos porque os llamen la atención o porque justo se acaba de presentar en la consulta un paciente ideal para ello. Eso siempre ocurre al principio: parece que buscamos el más complejo para empezar, pero puede ser el primer y último caso que hagamos, ya que todo proceso requiere tiempo y paciencia, y al final dará sus frutos incorporándose estos procedimientos a nuestro armamento terapéutico diario.
Por último, si os animáis, podéis hacer pequeñas incursiones en el mundo de la realidad extendida empleando la Realidad Virtual (VR) o Mixta (MR) para explicar a vuestros pacientes los planes de tratamiento de una forma más clara y participativa; el paciente os lo agradecerá, ya que muchas veces tiene miedo porque no entiende qué es lo que le vamos a hacer.