Hoy en día, el uso de implantes dentales en la práctica clínica es un procedimiento rutinario para tratar tanto el edentulismo parcial como total. Su tasa de supervivencia es muy elevada (1), no obstante, en la Odontología actual no solo se busca la osteointegración o la supervivencia de los implantes, sino el éxito del tratamiento. Con las superficies de implantes actuales, la osteointegración ha dejado de ser el objetivo para centrarse en otros parámetros (2, 3), como la estética, la función o minimizar las complicaciones mecánicas (fractura de componentes protésicos) o las biológicas (enfermedades periimplantarias) (4, 5).
Existen diversos criterios para evaluar el éxito de los implantes, probablemente los más conocidos son los propuestos por Albrektsson y cols. en 1986 (6), aunque diferentes autores, incluyen también criterios respecto a la restauración protética, el resultado estético, las características de los tejidos duros y blandos periimplantarios o la presencia de enfermedades periimplantarias, incrementando así el nivel de exigencia del resultado final.
Es indudable que, una vez establecidas las indicaciones de tratamiento, deben colocarse los implantes dentales de manera protésicamente guiada, es decir, planificar y colocar el implante en función de la prótesis que soportarán (7, 8). El uso de la tecnología 3D, como la introducción de la tomografía computarizada de haz cónico (o CBCT de sus siglas en inglés) y los escáneres intraorales, permiten una planificación preoperatoria virtual más precisa, tanto protésica como quirúrgica (9-11).
Los programas de planificación actuales también permiten colocar una prótesis virtual o mock up sobre las imágenes obtenidas en 3D de la arcada del paciente y posicionar los implantes, de forma virtual en la posición deseada, sobre los cortes del CBCT y en el nivel de emergencia deseado.
Esta planificación preoperatoria virtual también permite evaluar la necesidad de técnicas de reconstrucción ósea, o seleccionar el modelo y altura de los pilares transepiteliales, aumentando, de esta manera, los resultados estéticos de la futura rehabilitación y disminuyendo las complicaciones a nivel mecánico y biológico (Figura 1). (8, 11-17).