El Prof. Hernández Alfaro y su equipo de investigación han diseñado y publicado la «Barcelona Line», una técnica muy efectiva entre los pacientes con apnea obstructiva del sueño que permite decidir dónde colocar el maxilar y la mandíbula en el paciente, produciendo un incremento notable en su vía aérea y, simultáneamente, mejorando su estética facial.
—Prof. Hernández, acaba de publicar, junto a su equipo de investigación, la «Barcelona Line», una guía de diagnóstico y planificación quirúrgica en cirugía ortofacial. ¿En qué consiste exactamente esta investigación? ¿Cuál es el objetivo que persigue?
El objetivo de este estudio ha sido validar de manera transversal e interracial una nueva referencia que sirva para planificar el tratamiento estético y funcional respiratorio de las alteraciones del esqueleto facial.
—Fue en el año 2010, al desarrollar su propia guía ortofacial, cuando creó este novedoso método. ¿Por qué lo llevó a cabo? ¿Cuál fue su motivación?
Yo estaba preocupado, ya que ninguno de los sistemas de análisis cefalométricos existentes me permitía diagnosticar y planificar correctamente los problemas estéticos y funcionales derivados de la malposición del complejo maxilomandibular de acuerdo a los estándares de belleza contemporáneos.
Estos cánones son muy distintos de los existentes del siglo pasado, cuando se desarrollaron los análisis cefalométricos clásicos. En aquella época, la estética predominante era la caucásica como antagónica de la hispánica, negra o asiática. Los conceptos de estética facial, en la actualidad, tienen que ver más con el mestizaje y los rostros que hoy consideramos más atractivos: mixtos con preponderancia de rasgos hispánicos.
Por otra parte, no existía ninguna referencia facial que resultara útil en la reposición maxilomandibular como único tratamiento potencialmente curativo de la apnea obstructiva del sueño. Eso hacía que, en muchos casos, se sobreproyectara este complejo de maxilar y mandíbula, provocando caras simiescas. Es decir, se curaba el problema respiratorio, pero se estropeaba la cara.
—Desde su creación, «Barcelona Line» se ha ido testando en cientos de pacientes. ¿Cómo ha sido la evolución de la técnica y cómo está siendo adaptada por la comunidad médica internacional?
He venido usando esta referencia que publiqué en 2010 en más de 2000 pacientes. Tengo claro desde hace mucho tiempo, -y así lo transmito a mis alumnos, visitantes y audiencia en los congresos-, que ésta es una referencia absoluta en planificación estética y funcional de la cara.
—«Barcelona Line» está resultando muy efectiva, sobre todo, entre los pacientes con apnea obstructiva del sueño, un trastorno que afecta a gran parte de la población adulta. ¿De qué forma les ayuda? ¿Cómo mejora esta técnica su calidad de vida a estos y al resto de pacientes?
Esta referencia nos permite decidir dónde colocar el maxilar y la mandíbula en un paciente con SAOS, sabiendo que se producirá un incremento notable en su vía aérea y, simultáneamente, mejorará su estética facial.
—¿Cuáles son las principales ventajas que aporta esta herramienta al cirujano maxilofacial? ¿Cuál diría que es la clave de su éxito?
Es una herramienta sencilla que permite un análisis de la proyección facial de perfil a partir de una fotografía de la cara en posición natural de reposo. Sin tener que hacer ninguna radiografía, el cirujano y el ortodoncista pueden tener una orientación inmediata sobre el problema y la posible solución
—Por otro lado, esta técnica también ha supuesto una nueva forma de ver la belleza facial y ha ofrecido a los pacientes una guía nueva para analizar su rostro en el momento. ¿De qué forma, gracias a este procedimiento, los pacientes pueden entender mejor cómo se ve su rostro y decidir qué cambios estéticos desean hacer?
Esta es una de las grandezas de la «Barcelona Line». Permite que el propio paciente haga un autoanálisis de su cara y pueda entender fácilmente si tiene o no una alteración en la posición horizontal de su maxilar y/o mandíbula que puedan estar condicionando una alteración estética y/o funcional respiratoria.
—Por último, ¿cómo podría esta herramienta contribuir o incorporarse a la docencia? ¿Qué aportaría?
Ya la hemos incorporado de facto a la docencia. La enseñamos a nuestros alumnos de grado en la UIC, y también en nuestros programas internacionales de postgrado. Todos los cirujanos que nos visitan procedentes de todo el mundo aprenden a usar la «Barcelona Line» en el diagnóstico y planificación de los casos.
Por otro lado, esta misma referencia es útil en el análisis y tratamiento ortodóncico y prostodóncico para decidir dónde colocar el incisivo superior.