La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universitat Oberta de Catalunya han publicado recientemente un estudio que analiza el uso de la telemedicina en 53 países de la región europea. El estudio, titulado «The current status of telemedicine technology use across the World Health Organization European region: an overview of Systematic Reviews», ha sido encabezado por Francesc Saigí, como principal autor; Noemí Robles; y las estudiantes de doctorado en el programa de eHealth, Keti Ivanovska y Che Riva.
Con el objetivo de tener una visión general del estado de la telemedicina en la región europea (que comprende a los países europeos y algunos países de Asia Central), los autores de la investigación analizaron datos de más de 2.000 estudios sobre telemedicina y contaron con la participación de más de 20.000 pacientes dentro de la región europea de la OMS.
David Novillo Ortiz, asesor regional de la OMS en salud digital y datos, destaca la utilidad de la tecnología digital en el ámbito sanitario: «Hemos descubierto que el uso de herramientas digitales en la prestación de servicios de salud tiene un impacto claro y significativo en los pacientes. «Observamos mejores resultados clínicos, mejor seguimiento por parte de los profesionales de salud y un beneficio general, tanto para los pacientes como para los profesionales».
A pesar de estas ventajas, el estudio también detectó los principales obstáculos a la hora de utilizar la telemedicina. Francesc Saigí, por ejemplo, indica que «esta revisión permite plasmar las barreras y los facilitadores principales vinculados a la implementación de la telemedicina en la región europea». «Esto es muy útil de cara a la formulación de políticas públicas, en las que aspectos como el liderazgo, la gobernanza, la infraestructura y las regulaciones, tanto legislativas como económicas, deberían estar presentes en las estrategias de salud digital. Por eso es importante hacer estudios previos al uso de la telemedicina y tratar de revelar estos predictores». «La investigación –prosigue Saigí- tiene el desafío de revelar esta evidencia, y las políticas públicas, de ponerla en práctica. Es un requisito previo para la adopción generalizada de la telemedicina en cualquier país de la región europea».
Por su parte, la falta de habilidades y conocimientos relacionados con la tecnología, la carga de trabajo y la carencia de pruebas científicas definitivas sobre su contribución clínica fueron los principales retos mencionados por los profesionales sanitarios. «También se observó que hay pacientes que muestran resistencia a utilizar herramientas de telemedicina, principalmente porque prefieren tener un contacto personal con sus profesionales», añade Novillo Ortiz.
«Basándose en estos resultados tan positivos sobre la efectividad de la telemedicina, los responsables de políticas deberían considerar promover una implementación general de esta práctica, siempre teniendo en cuenta las barreras que presenta, con el objetivo de que los beneficios de estas herramientas estén disponibles para todo el mundo que lo necesite», explica Natasha Azzopardi Muscat, directora de Políticas y Sistemas de Salud de los Países en la OMS Europa y coautora del estudio.
Además de las barreras específicas, el artículo añade que «también deberían incluirse las naciones pobres para que pudieran beneficiarse de las tecnologías sanitarias emergentes».