Se acerca Halloween, la noche más espeluznante del año, y desde la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO) quieren aprovechar para concienciar a la población acerca de algo que da miedo de verdad: el peligro de adquirir un tratamiento de ortodoncia invisible por internet.
Y es que en los últimos años han proliferado las empresas que comercializan este tipo de dispositivos sin ningún tipo de supervisión por parte de profesionales.
“Como consecuencia, cada vez más dentistas reciben en sus clínicas a pacientes afectados por este tipo de prácticas cuestionables que les han llevado a padecer todo tipo de problemas, algunos de ellos de gravedad”, explican desde la entidad.
Riesgos
“Un tratamiento de ortodoncia debe ser siempre prescrito, realizado y supervisado por un profesional cualificado, como sucede con cualquier procedimiento relacionado con la Odontología”, recalcan desde SEDO. Y advierten de que el uso de alineadores sin el asesoramiento de ortododoncista “puede provocar daños irreversibles en la sonrisa”. Además de:
- Empeoramiento de la malposición de los dientes.
- Diastema.
- Nuevas maloclusiones.
- Pérdida de piezas dentales.
- Dificultades en el habla y la deglución.
- Incluso dolores de cabeza y de cuello.
Estas son algunas de las complicaciones que los ortodoncistas españoles se están encontrando en los pacientes que acuden a ellos para tratar de solucionar los problemas originados por una de estas ortodoncias invisibles comercializadas por internet.
Así se hace correctamente
Los alineadores han demostrado ser sumamente efectivos a la hora de corregir la sonrisa, destacan desde la Sociedad de Ortodoncia. Eso sí, como cualquier otro tratamiento de Odontología, se deben seguir varios pasos.
Diagnóstico
Así, antes de comenzar con el procedimiento será un ortodoncista cualificado quien revise el estado de la boca del paciente, realizando diversas pruebas para determinar el tipo de tratamiento a aplicar. En el caso de las ortodoncias invisibles que se venden por internet, estas primeras consultas no las lleva a cabo un odontólogo, sino un auxiliar, o, directamente, no existen. “Hay pacientes que nos cuentan que el supuesto diagnóstico se lo han hecho mediante una serie de fotos y vídeos que ellos mismos envían”, indican.
Tratamiento (en clínica vs online)
Cuando se realiza el tratamiento en una clínica, una vez diagnosticada la maloclusión, se llevan a cabo todo tipo de mediciones para programar el tratamiento, que se realizará de forma progresiva mediante el uso de varias férulas trasparentes hechas a medida. Será el profesional quien enseñe al paciente cómo debe colocarlas, retirarlas, limpiarlas e intercambiarlas.
Una de las ventajas de los alineadores es la relativa autonomía del paciente, pues una vez que se acostumbre, este puede ir cambiando las férulas en casa, lo que reduce las visitas al dentista. Sin embargo, el tratamiento sigue estando supervisado en clínica por el ortodoncista, quien se encarga de verificar que el procedimiento está funcionando correctamente y, por supuesto, de atender cualquier duda o urgencia del paciente.
En el caso de los tratamientos online, las empresas se limitan a enviar a casa del paciente un pack con las férulas y unas instrucciones. “Así no hay forma de comprobar que los alineadores realmente se adaptan bien a la boca de la persona o si hay que realizar alguna modificación”, indican los ortodoncistas. Y si hablamos de la supervisión, esta se limita “a que la propia persona envíe fotos de su sonrisa a través de una aplicación”.
Por todo esto, desde la SEDO instan a la población a “dejar las historias de miedo para el cine y no poner en juego su salud bucodental”. No hay que dejarse llevar por la promesa de soluciones supuestamente milagrosas a precios excesivamente bajos, sino acudir siempre a un profesional de la Odontología.