Formado directamente con el Profesor Brånemark, inventor de la Implantología moderna y experto mundial en este ámbito, el Dr. Ramón Martínez-Corría nos recibe en su Clínica Dental Brånemark Madrid para contarnos cómo conoció al prestigioso doctor sueco, con quien forjó una amistad al cabo de los años, y cuya enseñanza contribuyó a que se convirtiera en el primer profesional en realizar una cirugía de implantes en nuestro país. Como recuerda en esta entrevista y citando a su mentor, la receta para el éxito de un implante es «respetar la biología y escuchar a los pacientes».
—En 1983 acudió a un congreso en Londres donde estaba el Dr. Brånemark y luego a otro en Goteborg en 1984. Allí pudo conocerlo a él y su trabajo con implantes oseointegrados (en animales en 1957 y en 1965 a su primer paciente) ¿Cómo recuerda estos inicios y qué supusieron para usted?
—Después de haber estudiado Medicina y haber visto cirugías de prótesis en Traumatología, cuando vi que para reponer un diente había que recortar los de al lado me decepcioné bastante. Los resultados que había habido sobre la idea de poner implantes y que se conocían en ese momento entre los profesionales no eran muy alentadores. Por casualidades de la vida, un amigo mío que era cirujano plástico y que hacía prótesis maxilofacial me habló de un congreso en Londres de prótesis en el que un doctor sueco iba a hablar de implantes. Acudí, era el año 1983, y el doctor sueco era el Profesor Brånemark.
Él desapareció enseguida, no pude contactar con él, pero allí me hablaron de otro congreso en Goteborg. Logré acudir y estuve hablando con Brånemark. Por entonces solo había un curso al año para 20 personas, y pasado un año fue cuando empecé el curso. Así fue como me inicié. Con los años llegué a tener mucha amistad con él, fue la base de mi formación. Yo había hecho Estomatología y Cirugía Maxilofacial, pero estaba recién licenciado. A partir de entonces, me enfoqué a los implantes y he dedicado toda mi carrera profesional a la Implantología.
DESDE EL PRIMER IMPLANTE QUE DESARROLLÓ BRÅNEMARK A LOS ACTUALES NO HAY GRANDES DIFERENCIAS. EN LO QUE SÍ QUE HA HABIDO Y VA A HABER AVANCES ES EN REGENERACIÓN ÓSEA, TANTO EN MATERIALES COMO EN TÉCNICAS
—¿Costó mucho que los compañeros y los pacientes confiaran en los implantes oseointegrados?
—Al principio sí, porque los implantes tenían muy mala fama, los que había habido hasta entonces daban problemas. La oseointegración no se conocía, e incluso se discutía que fuera posible. Yo tenía 28 años y, a no ser que estuviera con un grupo con el que podía explicarme bien, yo ni lo comentaba, porque no tenía mucha acogida. Lo que pasa siempre después es que cuando las cosas van bien se desarrollan y difunden muy rápido. Pero al principio costó, tampoco muchos años, pero sí que fue complicado inicialmente. El primer paciente que operamos en España fue en 1985.
—Y si entre los compañeros costaba, ¿cómo explicárselo a los pacientes?
—El paciente casi era más receptivo, porque la persona que no tiene piezas dentales se agarra a un clavo ardiendo. Aunque eso tampoco duró mucho tiempo. Ya en 1986-1987 hubo un curso en la Universidad Complutense de Madrid y todo empezó a introducirse, y posteriormente todo avanzó muy rápido.
—Además del Dr. Brånemark como principal referente, ¿hubo otros?
—No, en Implantología, para mí, fue el Prof. Brånemark. Cuando yo empecé en los años 80, para ver algo de implantes, aparte de Suecia, te tenías que ir a Estados Unidos. Pero el Prof. Brånemark empezó en 1965, llevaba ya veinte años cuando comenzaron los demás.
En la época de aquel congreso de Goteborg había 80 equipos de trabajo y se habían colocado, en aquel momento, 6.000 implantes en todo el mundo, que son los que se colocan en una semana ahora en Madrid, o quizás en menos. Donde más en Suecia, y en el resto del mundo unos 2.000 implantes. Y de esos 80 grupos, muchos estaban empezando entonces.
—Cuáles diría que son los aspectos fundamentales para que cualquier tratamiento implantológico resulte exitoso?
—En una de las últimas reuniones en la que vimos al Dr. Brånemark, unos años antes de morir, le preguntaron qué consejo le daría a los profesionales, y él siempre decía: «respetar la biología y escuchar a los pacientes». Eso es importante porque, a menudo, una cosa es la idea que tenemos nosotros y otra lo que el paciente quiere. A lo mejor, hay pacientes a los que les pretendes hacer tres cirugías para conseguir unas papilas bonitas y eso al paciente le da igual y solo quiere recuperar la función, o al revés. Básicamente los principios de la oseointegración que desarrolló el Dr. Brånemark siguen totalmente vigentes.
Sí que hay cosas que han variado un poquito, pero básicamente, lo fundamental para el éxito de un implante es conocer y entender la cicatrización del cuerpo humano y respetarla.
—Estimaciones recientes indican que en nuestro país se colocan entre 1.200.000 y 1.400.000 implantes al año, ¿ha alcanzado la Implantología su techo máximo?
—En los implantes se ha variado poco, algún detalle de estética, pero son pequeños. Por el contrario, ahora los tratamientos se hacen más rápido, aunque muchas veces me planteo si no se debería volver un poco a lo que hacíamos hace 30 años.
Ahora, un problema importante en los implantes es la periimplantitis. Hace años me preguntaron qué estadística de periimplantitis tenía, pero entonces prácticamente no había, eran poquísimos los casos. Yo veo ahora implantes que llevan más de 30 años y que siguen estando perfectos y, en cambio, hay casos de los que colocamos hace diez años que ya están fuera. Eso con los implantes del principio era rarísimo que pasara.
En la periimplantitis pueden influir los cuidados que tenga el paciente, la calidad del hueso y de la encía necesarios, factores personales…, pero todo eso también se daba antes. ¿Qué diferencia hay con la técnica actual? Eran implantes mecanizados, no eran superficies rugosas, no se realizaba carga inmediata, colocabas el implante y lo dejabas sumergido debajo de la encía durante cuatro meses. Los tratamientos eran largos para el paciente, eso era más pesado y también es cierto que, según la estadística, fallaban un poquito más inicialmente, pero no con una gran diferencia.
Entonces se decía que los implantes eran para toda la vida, y casi era verdad. Sin embargo, ahora, requieren un mantenimiento mucho más riguroso por parte del paciente.
Actualmente los implantes no se suelen dejar sumergidos, la superficie es una superficie que hace que se integren más rápidamente, pero que también luego, si se contaminan, puede producirse la periimplantitis y que ésta avance más rápidamente. Los tratamientos actuales son más rápidos y más estéticos, pero en cuanto a problemas a largo plazo estamos peor ahora que entonces. Habría que conseguir las dos cosas, las superficies mixtas pueden ser interesantes.
AHORA LOS TRATAMIENTOS SE HACEN MÁS RÁPIDO, AUNQUE MUCHAS VECES ME PLANTEO SI NO SE DEBERÍA VOLVER A LO QUE HACÍAMOS HACE 30 AÑOS
—La periimplantitis sigue siendo, pues, el principal escollo al que se enfrentan los profesionales que se dedican a la Implantología. En este sentido, ¿cómo se está avanzando gracias a la investigación?
—Actualmente, la periimplantitis es un problema importante. Cuanto mejor están tratados los pacientes, menos riesgo tiene, tanto de cómo se ha hecho la cirugía, cómo se ha colocado la prótesis, y luego cómo se van manteniendo. Pero, a pesar de todo, es un problema. La pérdida de implantes, a largo plazo, es prácticamente siempre por periimplantitis.
Por otra parte, en investigación, en lo que es el implante no hay cambios muy sustanciales. Todo es susceptible de mejora, pero básicamente desde el primer implante que desarrolló el Dr. Brånemark a los actuales no hay grandes diferencias, sí han evolucionado, pero sin grandes modificaciones. En lo que sí ha habido y va a haber avances es en todos los temas de regeneración ósea, tanto en materiales como en técnicas.
En la regeneración del hueso es en lo que hay más líneas de investigación. Sin hueso no puedes colocar un implante y la solución es regenerar ese hueso. Colocar un implante es relativamente sencillo, pero conseguir todo el hueso y tejidos blandos necesarios para lograr un resultado tanto funcional como estético bueno, muchas veces complica bastante más el tratamiento. Creo que en los próximos años es un tema en el que va a haber avances.
LA FORMACIÓN ES LA MEJOR INVERSIÓN QUE PUEDE HABER PARA UN PROFESIONAL
—Usted también ha desarrollado una faceta investigadora. ¿En qué investigaciones se encuentra involucrado en estos momentos?
—Yo llevo muchos años dedicado a la investigación. Soy miembro investigador del Grupo de Ingeniería de Tejidos del Instituto de Estudios Biofuncionales de la Universidad Complutense de Madrid. Ahora llevamos un desarrollo sobre un producto, un biomaterial con proteína morfogenética. En estos momentos se ha iniciado un estudio en la Universidad Complutense de Madrid con el Profesor Mariano Sanz. Los resultados que hemos obtenido en cirugía experimental con animales han sido buenos y ahora hay que ver si esos datos van a ser extrapolables al humano. La principal ventaja es que se trata de un biomaterial que contiene la proteína. Otros productos que existen son la proteína, por un lado, y el biomaterial por otro.
—¿Y cómo ve la situación española en cuanto a nivel de investigación y técnicas con respecto a otros países?
—En las facultades de Odontología se está investigando y hay un buen nivel, hay personas que publican mucho. En general, el nivel de la Odontología en España es muy bueno, igual que pasa con la Medicina. Y fuera de nuestro país también se nos ve así.
—Más allá de la periimplantitis o la oseointegración, que como comentaba son los desafíos más importantes de la Implantología, ¿diría que la preparación y formación para mejorar la calidad de los tratamientos puede ser el principal reto del profesional?
—Sí, tal y como sucede en cualquier técnica médica. A mí me resulta frustrante cuando viene un paciente y te pregunta a cuánto cobramos los implantes, y ves que vienen con una lista de precios. O cuando te consultan qué marca de implante le vas a poner, en lugar de interesarse por qué estadística tienes de éxito, qué riesgos supone, qué resultados puedo esperar, qué complicaciones puede ocasionarme, etc.
La formación es, como en cualquier ámbito de la Medicina, y la Odontología no deja de ser un tratamiento de tipo médico, fundamental. No irás a operarte de cataratas o de vesícula si el profesional no está bien formado.
—¿En qué momento se encuentra la formación en Grado y Postgrado en el campo de la Implantología?
—Creo que ha mejorado muchísimo y que actualmente en España hay muy buenos profesionales. Cuando vas a congresos ves a mucha gente joven que presenta casos muy bien resueltos. Cuando yo empecé en la Universidad no se hablaba absolutamente nada de implantes, o si se hablaba algo, era para hacer bromas acerca de ellos. En Pregrado existe, lógicamente, una limitación en cuanto al coste de las instalaciones, pero ahora hay postgrados en formación en implantes de los que sale la gente muy bien preparada.
—¿Hay en España una buena cantera de implantólogos?
—Sí, en España hay muchos profesionales bien formados. Lo que pasa es que para formarse bien hay que dedicarle mucho tiempo. Con la formación del Pregrado no es suficiente para dedicarse a la Implantología. La formación es la mejor inversión que puede haber para un profesional.
—¿Qué salida profesional le recomendaría a un recién graduado?
—Puedes empezar a trabajar en una clínica en la que haya profesionales bien formados para aumentar los conocimientos y sentirte más apoyado. Esa probablemente sea una buena opción. Luego ya depende de las ilusiones de cada uno y del espíritu empresarial que tenga. Ahora montar una clínica no deja de ser montar una empresa. Todos estos avances que hemos comentado hacen que las inversiones sean mayores y que la rentabilidad se haya reducido. Cuando yo acabé, hace 40 años, el coste de montar una clínica no era excesivo, pero entonces había pocas cosas que comprar, tener un panorámico no era imprescindible, ahora necesitas un CBCT. Tampoco es lo mismo el coste de un escáner intraoral que el de un juego de cubetas. Por ello, también puede ser una idea buena para el profesional, si considera que ya tiene una formación suficiente, el asociarse con varios para montar una clínica.
Porque, cada vez más se tiende a una cierta especialización. Si haces Implantología, seguramente, no vas a hacer Endodoncia u Ortodoncia, aunque es fundamental colaborar, en muchos casos, con el ortodoncista o el endodoncista. Es fundamental. Tener una buena formación en todo es complicado, por lo que una buena opción puede ser asociarse varios profesionales.
—Y hablando de especialidades, ¿cree que llegaremos a ver el reconocimiento oficial de la especialidad de la Implantología en España?
—En Europa sí están reconocidas y, normalmente, lo que hay en el resto de Europa o en Estados Unidos acaba llegando. No sé cuándo ni en qué medida, pero algo sucederá. Supongo que llegaremos a verlo, aunque lleva retraso con respecto a las especialidades médicas, pero acabará llegando. Antes la mayoría era el dentista general, mientras que ahora los profesionales tienden a especializarse en la práctica. Y, habitualmente, la legislación va por detrás de la realidad de las cosas.
—¿Cómo visualiza el futuro en la Implantología como disciplina?
—Una de las cosas que ahora está por resolver es el tema de la periimplantitis. Cuando vas a congresos y a cursos, ves que no existe un tratamiento concreto que haya demostrado ser realmente eficaz, aunque se van produciendo avances. Solucionar la periimplantitis sería uno de los desafíos a superar en el futuro de la Implantología. Y luego, y que posiblemente vaya asociado, las investigaciones en regeneración ósea para conseguir que se puedan tratar el mayor número posible de casos con buenos resultados.
—Para concluir, ¿ha llegado donde quería o le queda algún reto o meta por alcanzar?
—Me gustaría, porque tampoco sé si voy a trabajar ya muchos años, poder empezar a tratar pacientes con el producto que llevamos casi 30 años intentando desarrollar. Esa sería la meta por alcanzar. Para ello, quedaría que el ensayo clínico que ahora se empieza en la Universidad Complutense de Madrid con el profesor Mariano Sanz obtenga buenos resultados.
_______________________________
RELEVO GENERACIONAL Y DIGITAL
Tal y como nos explica el Dr. Ramón Martínez-Corría, al frente de la Clínica Dental Brånemark Madrid se encuentra su hija, la Dra. Belén Martínez-Corría Salmerón, especialista en Implantología, Prótesis y Estética Dental. Con ella hablamos también del relevante grado de desarrollo que ha conseguido la Implantología en los últimos años impulsada, en gran parte, por los avances y herramientas digitales que han ido irrumpiendo en el sector.
«La Odontología digital te aporta muchísima más precisión, rapidez, y la comunicación con el paciente es mucho más fácil. A nosotros lo que nos ha cambiado muchísimo es la manera de trabajar, tanto en la parte digital clínica como la digital de laboratorio, ya que trabajamos con un laboratorio que también tiene instaurado todo el flujo digital. La precisión es mayor, no tiene nada que ver. La revolución más grande, en este caso, es, sobre todo, en el campo de la Prótesis con los escáneres intraorales», asegura la Dra. Martínez- Corría Salmerón. «También con las imágenes para el diagnóstico y planificación del tratamiento se ha avanzado tremendamente. Además, los escáneres intraorales y los CBCT están ahora a disposición de los profesionales con unos costes más razonables. En Cirugía, a mí me ha supuesto menos estrés, porque la precisión durante la cirugía ya no depende de la habilidad que tengas, sino de la planificación previa», añade su padre. «Yo ahora mismo no sabría diagnosticar sin el CBCT», apostilla la Dra. Martínez-Corría Salmerón al respecto.
_____________________________________
PERFIL PROFESIONAL
- 1978: Licenciado en Medicina y Cirugía (Universidad de Navarra).
- 1980: Médico especialista en Estomatología (Universidad Complutense de Madrid).
- 1982: Médico especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial (Universidad Autónoma de Madrid).
- 1984: Certificado en Oseointegración (Universidad de Gotemburgo).
- Miembro investigador del Grupo de Ingeniería de Tejidos del Instituto de Estudios Biofuncionales de la Universidad Complutense de Madrid.
- Miembro de la Sociedad Española de Implantes y de la Sociedad Española de Periodoncia.
- Profesor Invitado de la Universidad Internacional de Catalunya y de la Universidad Europea de Madrid.