InicioNewsletterOdontólogos con vocación heredada: Una profesión transmitida de generación en generación

Odontólogos con vocación heredada: Una profesión transmitida de generación en generación

Una profesión transmitida de generación en generación

La influencia familiar y, sobre todo, la de nuestros padres es inevitable a la hora de dirigir nuestro proyecto de vida y, en algunos casos, incluso nuestra profesión. La Odontología es precisamente una de las profesiones con más tradición familiar. Pero en estos tiempos de franquicias, plétoras, pandemia, crisis y digitalización, ¿sigue existiendo interés e ilusión por continuar con la tradición familiar? ¿Es una cuestión de herencia, vocación o de ambas situaciones?

Para dar respuesta a estas y otras cuestiones, desde Gaceta Dental hemos hablado con tres familias de padres, madres, hijas e hijos que llevan la Odontología en sus venas.

Familia Galván. Cuatro generaciones dedicadas a la salud

La Dra. Loli Galván, y su hermana la Dra. María Galván son ya la cuarta generación de esta familia vallisoletana entregada a profesiones sanitarias relacionadas con la Odontología. Su historia familiar, tal y como relata su padre, el Dr. Julio Galván, se remonta «a mi abuelo que era médico a principios del siglo XX, cuando esos heroicos médicos rurales tenían que afrontar desde un parto hasta un dolor de muelas. Pasando por mi padre, que fue de la primera promoción de médicos estomatólogos con práctica generalista en la España de la postguerra, llegando a mí, Doctor en Medicina, estomatólogo con práctica exclusiva de Periodoncia e implantes, y concluyendo, de momento, en mi hija Loli, odontóloga con doble máster en Prostodoncia y Estética».

344_Reportaje
El Dr. Julio Galván, médico estomatólogo con práctica exclusiva de Periodoncia e Implantología, junto a una de sus hijas, la Dra. Loli Galván, especialista en Rehabilitaciones Avanzadas, Estética Dental y Diseño Digital de la Sonrisa. Imágenes cedidas por la familia Galván.

«Recuerdo mi primer carnaval a los 3 años vestido de dentista con fórceps infantiles -explica el Dr. Julio Galván-. En mi casa se respiraba la Odontología por todos los lados, me gustaba estar en la consulta de mi padre, jugar con los instrumentos del laboratorio dental… Conclusión: yo siempre quise ser médico estomatólogo y cirujano oral. Luché por serlo desde que empecé Medicina y, más tarde, por dedicarme de pleno a una especialidad quirúrgica como la Periodoncia y la Implantología.

Me hizo mucha ilusión que mis dos hijas optaran por mi profesión, y más aún, ver que con su esfuerzo han logrado superar ampliamente mis conocimientos y logros profesionales. Veo que ellas han logrado labrarse su propio prestigio profesional. Se están ganando una reputación propia y no heredada. Se sienten realizadas y, además, les permite disfrutar de sus familias y ser felices desarrollando su proyecto vital.

Sigo pensando que la Odontología es una muy buena profesión, sobre todo, si personalmente te enamora y si te desenvuelves en ella con placer, buscando la independencia, la calidad y la excelencia profesional. Y, aunque la Odontología no es tan rentable como pudo ser en los años 60, creo que, al ser una profesión con un componente artesanal muy importante, siempre tendrá futuro porque, aunque han aumentado mucho las clínicas y el número de profesionales, también ha aumentado mucho la demanda».

ME HIZO MUCHA ILUSIÓN QUE MIS DOS HIJAS OPTARAN POR MI PROFESIÓN Y MÁS AÚN VER QUE CON SU ESFUERZO HAN LOGRADO SUPERAR AMPLIAMENTE MIS CONOCIMIENTOS Y LOGROS PROFESIONALES. SE ESTÁN GANANDO UNA REPUTACIÓN PROPIA Y NO HEREDADA

JULIO GALVÁN DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGÍA, ESPECIALISTA EN ESTOMATOLOGÍA. PRÁCTICA EXCLUSIVA ENPERIODONCIA E IMPLANTES

El Dr. Julio Galván, a su vez, reivindica que «me gustaría que se luchara más por la profesión, no solo por el prestigio profesional, sino también por el social. Debemos luchar por tener más presencia y más peso en el panorama sociosanitario del país, pues las clínicas dentales son un espacio de salud donde se deben vigilar muchos más aspectos que los limitados al diente, al estar relacionados con la salud en general del paciente».

Mientras que su hija, la Dra. María Galván ejerce su profesión en California, EE.UU., su hermana, la Dra. Loli Galván, continúa en la clínica familiar de Valladolid. «Yo venía de pequeña a la clínica a ver a mis padres, pero no a verlos trabajar, así que sabía que me gustaba la idea de estudiar Odontología, aunque no supiese realmente en que consistiría mi trabajo. En el colegio escogí la rama de ciencias, pero también me gustaba el diseño y arquitectura, seguramente si mi padre no hubiera sido dentista, yo no lo hubiera sido –explica la Dra. Loli Galván–. Ya en la carrera es cuando empiezas a descubrir lo que es ser dentista, fue cuando decidí especializarme en Prostodoncia y Estética en la Universidad del Sur de California, para aunar lo que más me gustaba, la salud y el diseño.

344_Reportaje
Imagen de la sala digital de la clínica de la familia Galván, donde puede apreciarse el sillón de los años 40 y el torno de pedal, heredado de la clínica del padre del Dr. Julio Galván, junto al sofisticado montaje de estudio de imagen digital actual.

La profesión ha cambiado mucho y, aunque los conceptos teóricos se mantienen, las formas de trabajar y la tecnología lo han cambiado todo. A mí me parece que ahora la profesión es mucho más divertida y dinámica».

A día de hoy, la Dra. Galván asegura que está muy contenta con su profesión ya que le permite desarrollarse y conciliar con su vida familiar. Ella está dispuesta apoyar a cada uno de sus tres hijos en la profesión que elijan, «si decidiesen estudiar Odontología estaría muy contenta, pero nunca les presionaría porque hacer esta profesión por tradición es poco recomendable, esto te tiene que gustar. Aunque, otra ventaja de la Odontología es que tiene tantas ramas que es fácil que guste a personas muy distintas».

Familia Mozas. Influencia positiva

En el caso de la Dra. Carmen Mozas, médico estomatólogo y, en este momento, también presidenta del Colegio de Dentistas de Álava, su elección por la Odontología no deriva de ningún antecedente familiar. «Tenía ilusión por estudiar Químicas, pero un amigo me animó a hacer Medicina y, tras estudiar la carrera, ese mismo amigo me pasó los apuntes del examen de Estomatología y me animó a presentarme. A partir de ahí, fue creciendo la ilusión por la Odontología. Y, aunque parece mentira, con los años, cada vez disfruto más de esta profesión», explica la Dra. Carmen Mozas.

SEGURAMENTE SI MI PADRE NO HUBIERA SIDO DENTISTA, YO NO LO HUBIERA SIDO. YA EN LA CARRERA ES CUANDO EMPIEZAS A DESCUBRIR LO QUE ES SER DENTISTA Y FUE CUANDO DECIDÍ ESPECIALIZARME EN PROSTODONCIA Y ESTÉTICA PARA AUNAR LO QUE MÁS ME GUSTABA, LA SALUD Y EL DISEÑO

DRA. LOLI GALVÁN ESPECIALISTA EN PROSTODONCIA, ESTÉTICA DENTAL Y DISEÑO DIGITAL DE LA SONRISA

Y aunque la Dra. Mozas no tuvo ningún ejemplo profesional en su familia, sí que reconoce que influyó en los estudios de su hija Carla: «su padre y yo la empujamos un poco porque andaba algo despistada. Entonces era muy habilidosa y le gustaba el diseño, pero yo no le veía futuro, así que la llevamos a Barcelona a conocer las dos facultades y eligió la UIC.

344_Reportaje
La Dra. Carmen Mozas, médico estomatólogo y actual presidenta del Colegio de Dentistas de Álava, junto a su hija, la Dra. Carla Mozas, especialista en Periodoncia e Implantología. Imágenes cedidas por la familia Mozas.

Siempre tuve la duda de si la había empujado demasiado, pero resulta que no. Ella disfruta mucho de su trabajo, le encanta y creo que hemos acertado con ese pequeño empuje, porque ella está feliz. En un principio yo le daba muchos consejos. A fin de cuentas, ‘la experiencia es la madre de la Ciencia’. Después de muchos años, sabes qué tienes que hacer, aunque puede que lo hagas peor. Mi hija los ha ido aceptando, pero después de dos años y medio trabajando juntas es ahora ella quien mueve la clínica y me da consejos a mí.

Como la veo con mucha juventud, entusiasmo y profesionalidad, me cojo todos los consejos que ella me da. Ella se encarga de mover las redes sociales, las auxiliares, las higienistas… A los pacientes y al equipo les gusta que haya cosas nuevas y por eso está tomando mi puesto y a mí me está gustando. Creo que la Odontología sigue siendo una buena carrera que hay que afrontar con ilusión. Y, lo que es más importante, hay que especializarse y ser honrado con uno mismo. Pienso que en todas las profesiones hay una plétora y todos los jóvenes andan con problemas de trabajo, ya sean ingenieros, economistas… En Odontología también los hay, pero con una buena especialización y ganas de trabajar se suple todo», asevera la Dra. Carmen Mozas.

SIEMPRE TUVE LA DUDA DE SI HABÍA EMPUJADO DEMASIADO A MI HIJA PARA ESTUDIAR ESTA PROFESIÓN, PERO RESULTA QUE NO. ELLA DISFRUTA MUCHO DE SU TRABAJO, LE ENCANTA Y CREO QUE HEMOS ACERTADO CON ESE PEQUEÑO EMPUJE, PORQUE ELLA ESTÁ FELIZ

DRA. CARMEN MOZAS MÉDICO ESTOMATÓLOGO

Su hija, la Dra. Carla Mozas, es hoy periodoncista y especialista en Implantología, pero tal y como ha explicado su madre, «no sabía muy bien qué estudiar. Me gustaban las cosas manuales y mis padres me decían que ésta es también una profesión muy artesanal, ya que se basa en la delicadeza y habilidad de las manos. Entonces me empujaron y aquí estoy.

Desde fuera, cuando visitaba a mi madre, no veía la parte gratificante de esta profesión, no veía la parte en la que el paciente vuelve a sonreír, te transmite su agradecimiento por haberle mejorado su sonrisa y su salud. Entiendo que antes los odontólogos se centraban más en la boca del paciente, en hacer tratamientos, pero ahora también nos ocupamos de la gestión de la clínica. Nunca había pensado en toda la gestión tan ligada a los dientes, no sé si es mejor o peor, pero en la actualidad es así y hay que trabajarlo.

344_Reportaje
Pese a tener perspectivas diferentes respecto a la profesión por la diferencia generacional, para la Dra. Carla Mozas el paciente percibe el potencial de una atención que aúna la experiencia de una madre con su hija.

Mi madre y yo tenemos perspectivas diferentes. A fin de cuentas, ella empezó a trabajar hace 37 años y no tiene nada que ver con la Odontología de hoy. Ella se ha actualizado mucho y gracias a ello, coincidimos bastante, pero indudablemente cuando salí de la Universidad quise implementar novedades, no solo los tratamientos, sino también de otras cuestiones que había aprendido sobre técnicas, gestión y organización.

La verdad es que tengo una madre de mentalidad bastante abierta y, aunque le cuesta cambiar, tiene predisposición y si va bien, es agradecida. A medida que va viendo que los cambios son positivos, cada vez confía más en mí y está abierta a más cambios o modificaciones para seguir creciendo y actualizándonos. Lo mejor de trabajar con mi madre es el apoyo incondicional de saber que está en el box de al lado. No va a hacer el tratamiento por mí, pero si la necesito está ahí para aclarar cualquier cosa rápidamente. Es un confort tenerla ahí, además de poder compartir con ella el día a día y crecer juntas. Creo que el paciente también percibe el potencial de una atención que aúna la experiencia de la madre con la actualidad de la hija, ¿qué mejor clínica que aquella que combina experiencia y actualidad?

¡No hay nadie mejor para hacer equipo que tu propia madre! Creo que es una profesión muy familiar, me gusta que sea así, y sí que la recomiendo. Entendiendo que es una profesión muy sacrificada en la que hay que invertir mucho tiempo y trabajo, pero también es muy gratificante. Y si lo haces bien, vas a tener tus pacientes, independientemente de las franquicias u otra competencia. La profesión da rendimientos económicos si se trabaja bien, pero buscar el dinero no ha de ser nuestro objetivo como odontólogos; sino ofrecer el mejor tratamiento. Lo demás ha de ser una consecuencia», concluye la Dra. Carla Mozas.

Familia Gil López-Areal. La Odontología como forma de vida

En casa de la familia Gil López-Areal la Odontología, más que una profesión, es una forma de vida que comparten padre, madre y los dos hijos de ambos. Pero en el árbol genealógico se suman varios tíos, además de contar con otros familiares, incluidos los abuelos, que se han dedicado a profesiones sanitarias. Con toda esta influencia, ¿quién no quiere formar parte del clan familiar?

LO MEJOR DE TRABAJAR CON MI MADRE ES EL APOYO INCONDICIONAL DE SABER QUE ESTÁ EN EL BOX DE AL LADO. NO VA A HACER EL TRATAMIENTO POR MÍ, PERO SI LA NECESITO ESTÁ AHÍ PARA ACLARAR CUALQUIER COSA RÁPIDAMENTE. ES UN CONFORT TENERLA AHÍ, ADEMÁS DE PODER COMPARTIR EL DÍA A DÍA Y CRECER JUNTAS

DRA. CARLA MOZAS ESPECIALISTA EN PERIODONCIA E IMPLANTOLOGÍA

La Dra. Margarita López-Areal lo tuvo muy claro: «en mi familia somos 10 hermanos, de los cuales 7 estamos en la rama sanitaria. Mi padre era médico y mi madre enfermera. Además, el padre de mi padre y el padre de mi madre también eran médicos, así que la saga familiar sanitaria viene de tiempo atrás. A mi padre siempre le vimos feliz con lo que hacía y, prueba de ello, es que, de 10 hermanos, siete nos dedicamos a la Sanidad.

344_Reportaje
La Odontología, más que una profesión, es para la familia Gil López-Areal, una forma de
vida que comparten padre, madre y los dos hijos de ambos. Imágenes cedidas por la familia Gil López-Areal.

Después, Jaime y yo nos hicimos novios cuando él estudiaba Medicina y, como él tenía claro querer dedicarse a la Estomatología y ser dentista, también eso me influyó. Y creo que esto mismo es lo que les ha pasado a nuestros hijos porque en ningún momento les inculcamos que siguieran esta profesión. No obstante, desde pequeños nos han dicho que ellos querían hacer Odontología. Nos han visto en casa, contentos con nuestra profesión, y creo que eso les ha influido.

Estoy realmente orgullosa de que los dos hayan elegido esta profesión porque les veo felices. El pequeño, Jaime, acaba de terminar. Es ortodoncista y está conmigo, desde que volvió de EE.UU. hace poco más de dos meses, en la clínica en la que trabajo con mi hermana, que también es odontopediatra. Estoy feliz de estar con él, nos entendemos muy bien y me siento muy orgullosa de que haya elegido, además, mi misma especialidad de ortodoncista.

EN NINGÚN MOMENTO INCULCAMOS A NUESTROS HIJOS QUE SIGUIERAN ESTA PROFESIÓN. NO OBSTANTE, DESDE PEQUEÑOS NOS HAN VISTO CONTENTOS CON NUESTRA PROFESIÓN, Y CREO QUE ESO LES HA INFLUIDO

DRA. MARGARITA LÓPEZ-AREAL ESPECIALISTA EN ORTODONCIA

La visión de la profesión es diferente entre ambos, llevamos poco, pero veo que me escucha, sobre todo cuando hablo con los pacientes y les explico todo el tratamiento. Yo le escucho a él especialmente cuando habla de las nuevas tecnologías, porque en eso él está muy preparado. Nos escuchamos mutuamente y aprendemos el uno del otro. Estaba deseando que Jaime se incorporara a mi consulta para acometer nuevos proyectos juntos. Aprendo mucho de él, sin duda. Y eso es muy positivo», comenta la Dra. Margarita López-Areal.

Y parece que las palabras de la doctora coinciden con las del más joven de la familia, el Dr. Jaime Gil López-Areal: «mis padres siempre han hablado maravillas de esta profesión, especialmente mi padre, que siente una gran pasión por la Odontología. El verles día a día tan contentos, sin duda, nos influyó. En mi caso, tuve dudas de si hacer Medicina u Odontología y, al final, me decanté por esta última porque al tener dos clínicas y la familia entera dedicada a ella, quería formar parte del equipo. Además, cuando empecé la carrera, mi hermano Alfonso aún estaba terminando y le veía contento. Me facilitaba el tener todos sus apuntes y explicaciones suyas y de mis padres, por lo que todo fue un punto a favor para decantarme por la opción familiar.

No obstante, no tienes la vida hecha. Al final tienes que sacar las notas en la carrera, notas para entrar en el Máster, tienes que formarte y tener un nivel para dar continuidad a la clínica. Hay cierta presión por alcanzar el nivel de los padres, incluso de mi hermano; pero es más bien un reto que algo negativo. También tuve ciertas dudas por la especialidad y al final me decanté por la Ortodoncia, como mi madre, porque va más con mi personalidad.

Ahora que estoy trabajando disfruto de esta profesión, porque veo que hay mucho más detrás de poner brackets. Sin duda, hay que abrirse y adaptarse a las nuevas tecnologías. Es cierto que la tecnología asusta, sobre todo, al pensar que no se cuente con un ortodoncista para determinadas prácticas lowcost, pero creo que siempre habrá niños con dientes torcidos y padres dispuestos a darles la mejor de las sonrisas. Mis padres son bastante tradicionales, pero en general entienden, se adaptan bien y por eso hacemos buen equipo», concluye el Dr. Jaime Gil López-Areal.

LA IDEA DE CONSEGUIR EL MODELO DE VIDA DE MIS PADRES FUE POR LO QUE ME DECANTÉ POR LA ODONTOLOGÍA. LA PASIÓN VINO DESPUÉS, CUANDO VES QUE TE ENCAJA, QUE ERES BUENO, QUE LOS PACIENTES SE QUEDAN CONTENTOS

ALFONSO GIL LÓPEZ-AREAL ESPECIALISTA EN PERIODONCIA AVANZADA, IMPLANTOLOGÍA Y REHABILITACIÓN ORAL

Su hermano mayor, el Dr. Alfonso Gil López-Areal, está a punto de terminar su tercera especialidad: Estética y Rehabilitación Oral en la Universidad de Zúrich, donde trabaja y se dedica a la investigación. Previamente, estuvo 4 años en Los Ángeles, cuna de la Cirugía Estética, donde cursó las Especialidades de Periodoncia e Implantología. Tiene previsto incorporarse a la clínica de su padre tras este verano y llega con mucha fuerza. Al igual que sucedía con su hermano, Alfonso no tenía una pasión especial por la Odontología, «pero veía a mis padres con un modelo de vida bueno, con unos objetivos muy marcados y que eran felices.

344_Reportaje
Los hermanos Jaime Gil López-Areal, especialista en Ortodoncia, y Alfonso Gil López-Areal, especialista en Periodoncia Avanzada, Implantología y Rehabilitación Oral.

Entonces, ¿para qué me voy a poner a estudiar otra cosa si veo que ellos se levantan encantados y se van a trabajar contentos y vuelven igual? Y con la idea de conseguir ese modelo de vida fue por lo que me decanté por la Odontología. La pasión vino después, cuando ves que te encaja, que eres bueno, que los pacientes se quedan contentos. Entonces ves que todo merece la pena y te empiezas a apasionar más por esta profesión. Sobre todo, por la recompensa emocional de tus pacientes. Ahora mismo estoy encantado y no lo cambiaría por nada.

Lo que ocurre es que cuando trabajas te das cuenta de que no todo era como lo imaginabas, porque una cosa es ser dentista y otra cosa es tener una clínica. La parte técnica es muy bonita por su conexión con el paciente, pero la parte de gestión es muy diferente a lo que pensaba. En estos años en Suiza me he dado cuenta de lo mucho que aquí cuidan el conocer al paciente y veo el rendimiento que se obtiene. Esto es algo que me gustaría aportar cuando vuelva a Bilbao a la clínica de mi padre», finaliza el Dr. Alfonso Gil López-Areal.

ME ENTUSIASMA QUE NUESTROS HIJOS ALFONSO Y JAIME ELIGIERAN LA MISMA PROFESIÓN QUE EJERCEMOS SUS PADRES. SINCERAMENTE CREO QUE ES UNA IDEA EXTRAORDINARIA Y QUE ESTA PROFESIÓN LES VA A PROPORCIONAR MÚLTIPLES HORAS DE ALEGRÍAS Y SATISFACCIONES TRABAJANDO EN EQUIPO EN LA PRÁCTICA DIARIA

JAIME A. GIL CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y ODONTOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO

Mientras, en la clínica Albia de Bilbao, el Dr. Jaime A. Gil continúa dando lo mejor a una profesión totalmente vocacional: «desde mi adolescencia siempre pensé que quería ser médico. Cuando estaba cursando el cuarto curso de Medicina, mi dentista José Ramón Cirarda me invitó a que acudiese a visitar su consulta tantas veces como desease. Cuando finalicé los estudios, no tenía ninguna duda sobre la especialidad que deseaba ejercer: la Estomatología».

Lo que sí fue influencia de sus padres, y a su vez ha trasmitido a sus propios hijos, ha sido la formación en la excelencia: «Desde niño mi padre me inculcó la idea de realizar la formación postgraduada en una universidad de prestigio en EE.UU. Por eso me trasladé a la ciudad de Los Ángeles y, sin duda, esta decisión ha marcado mi vida profesional». Ahora que sus hijos están siguiendo el mismo camino y se han formado también en la misma universidad de Los Ángeles, el Dr. Jaime Gil asegura que «me entusiasma que nuestros hijos Alfonso y Jaime eligieran nuestra misma profesión.

TUVE DUDAS DE SI HACER MEDICINA U ODONTOLOGÍA Y AL FINAL ME DECANTÉ POR ESTA ÚLTIMA PORQUE AL TENER DOS CLÍNICAS Y LA FAMILIA ENTERA DEDICADA A ELLA, QUERÍA FORMAR PARTE DEL EQUIPO

JAIME GIL LÓPEZ-AREAL ESPECIALISTA EN ORTODONCIA

Sinceramente creo que es una idea extraordinaria y que esta profesión les va a proporcionar múltiples horas de alegrías y satisfacciones trabajando en equipo en la práctica diaria. A nivel profesional me gustaría recomendarles que continúen su formación durante toda su vida. ¡Nunca se acaba de aprender! A nivel personal desearía recomendarles que el día que tengan una pareja estable o decidan casarse vivan su vida con una actitud clave para conseguir disfrutar en un mundo feliz ‘Happy wife, happy life’», concluye el Dr. Jaime A. Gil.


Trabajar en familia: 7 Consejos básicos para mantener una buena relación

Las familias Galván, Mozas y Gil López-Areal nos han mostrado cómo conseguir que las distintas generaciones puedan trabajar juntas sin poner en riesgo el negocio ni las relaciones personales. Para ello, estas familias se han basado en unas serie de premisas básicas:

1. Prepararse con mejores estudios que los padres. La preparación es un elemento indispensable para trabajar de manera efectiva en la clínica familiar, manteniendo el estándar de calidad. Los estudios y los nuevos conocimientos en tecnologías hacen que los perfiles de los jóvenes dentistas se complementen con la experiencia de sus padres.

2. Adquirir experiencia laboral previa. Es muy positivo que el hijo trabaje un tiempo en otra clínica antes de incorporarse al negocio familiar para así conocer cómo debe ser el trato profesional y adquirir formas de trabajo diferentes a las que ha visto en casa.

3. Respetarse profesionalmente. Conviene que los hijos tengan el mismo respeto por su padre o madre, como el que tendrían por un jefe, respetando la manera como el padre hace las cosas, escuchando y colaborando mutuamente. Pero, a la vez, el padre, a pesar de su dilatada experiencia, debe recordar que su hijo ha estudiado y se ha preparado para ello y, quizás, quiera experimentar haciendo las cosas diferentes.

4. Definir los roles de cada uno. Hay que dejar claro qué debe hacer cada uno, sobre qué aspectos debe rendir cuentas, y qué está bajo su control y qué no. Esta lista y definición de roles es preferible que quede por escrito.

5. Ofrecer independencia. Si cada uno sabe qué debe hacer, y cómo hacerlo, entonces se debe respetar y dejar independencia en la ejecución.

6. Comunicarse de forma abierta. Hay que tener claro que en el día a día se van a presentar conflictos y se debe hablar abiertamente sobre lo que ocurre, y no esquivar la conversación para «mantener la paz». Pero es esencial que la comunicación sea asertiva, es decir, sin ser hiriente ni perjudicar al otro.

7. Explorar nuevos horizontes. Es recomendable que los padres dejen a sus hijos explorar sus propios horizontes y objetivos, para que estén convencidos de que quieren trabajar con sus padres y de que es el mejor camino para ellos, y así no participar en la clínica familiar por presión.

Autores

Copywriter de salud y redactora web. Durante 13 años ha sido directora de publicaciones de una editorial dedicada a revistas sanitarias y profesionales y ha sido directora de comunicación de sociedades científicas.

artículos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!