Según los datos de la Encuesta de Salud Oral en España de 2020, los mayores son los que más sufren la pérdida dental: los adultos de 65 a 74 años presentan una media de once piezas dentales perdidas, el 9,5% presenta 16 o más dientes ausentes y el 7,3% se considera desdentado total.
Según un nuevo estudio sobre adultos mayores chinos, dirigido por investigadores del Colegio de Enfermería Rory Meyers de la NYU, los adultos mayores que están socialmente aislados son más propensos a perder dientes – y a perderlos más rápidamente a lo largo del tiempo – que los que tienen más interacción social. Así lo han publicado en Community Dentistry and Oral Epidemiology.
Y es que en China, los adultos mayores entre 65 y 74 años tienen menos de 23 dientes de media y el 4,5% de este grupo de edad los ha perdido todos.
«Nuestro estudio sugiere que el mantenimiento y la mejora de las conexiones sociales pueden beneficiar a la salud bucodental de los adultos mayores«, dijo Xiang Qi, estudiante de doctorado en NYU Meyers y primer autor del estudio. «Los hallazgos se alinean con estudios anteriores que demuestran que los indicadores estructurales de desconexión social pueden tener poderosos efectos en los indicadores de salud y bienestar».
Aislamiento social y soledad
El aislamiento social y la soledad en los adultos mayores son problemas importantes para la salud pública en todo el mundo.
Por un lado, las enfermedades de las encías, el tabaquismo, la falta de acceso a la atención dental y las enfermedades crónicas como la diabetes y las cardiopatías aumentan el riesgo de que los dientes se pierdan.
Y por otro lado, la pérdida de dientes puede ser un factor de riesgo para la demencia, enfermedades cardíacas, trastornos mentales, y muerte prematura. Además de tener un impacto significativo en la calidad de vida, afectando a la nutrición, el habla y la autoestima.
En algunos países, como Estados Unidos y China, hasta uno de cada tres adultos mayores se siente solo, según la Organización Mundial de la Salud. En España, según un documento publicado por el Observatorio del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), el 27% de las personas de 65 a 69 años dice sentirse solas, porcentaje que asciende al 36% entre las mayores de 80 años.
A esto hay que sumarle que la pandemia de COVID-19 ha hecho que se hayan interrumpido muchas interacciones en persona, para proteger a los mayores de la infección. Pero por otro lado, esta precaución ha acrecentado aún más este problema de aislamiento y soledad.
Y aunque a priori lo parezca, ambas cosas no son lo mismo. De hecho, los autores del estudio hacen una distinción entre aislamiento social y soledad:
- El aislamiento social es una medida objetiva que se define como el hecho de tener pocas relaciones sociales o un contacto social infrecuente con otras personas.
- La soledad, sin embargo, la definen como el sentimiento creado por la falta de conexión social.
Teniendo en cuenta que tal como afirma Bei Wu, profesor del Decanato de Salud Global de la NYU Meyers y autor principal del estudio, si bien es cierto que el aislamiento social y la soledad suelen ir de la mano, es posible vivir solo y estar socialmente aislado pero no sentirse solo. O por el contrario, una persona adulta mayor puede estar rodeada de gente, pero seguir sintiéndose sola.
Metodología y resultados del estudio
En el estudio, se analizaron los datos de 4.268 adultos de 65 años o más en China. De los cuales, un 27,5% estaban socialmente aislados, y el 26,5% informó que se sentía solo.
Los participantes completaron encuestas en tres momentos diferentes a lo largo del tiempo: 2011-12, 2014 y 2018. En ellas se capturaron medidas de aislamiento social y soledad, cuántos dientes tenían y cuántos perdían a lo largo del periodo de 7 años, además de otros factores.
Los investigadores descubrieron que los niveles más altos de aislamiento social iban ligados a tener menos dientes y a perderlos más rápidamente a lo largo del tiempo. Incluso cuando factores como la higiene bucal, el estado de salud, el consumo de tabaco y alcohol y la soledad estaban controlados.
El motivo, según explicaba Wu, es un deterioro funcional que actúa como nexo importante entre el aislamiento social y la pérdida dental. «Los adultos mayores socialmente aislados tienden a participar menos en comportamientos sociales y en campañas que promocionan la salud, lo que podría tener un impacto negativo en su funcionamiento general y en su higiene bucal, así como aumentar su riesgo de inflamación sistémica».
Sorprendentemente, la soledad no se asoció con el número de dientes restantes, ni con la tasa de pérdida de dientes.
Tal como expresaba Qi, si bien el aislamiento social puede dar lugar a una falta de apoyo que afecte a cómo se comportan los adultos mayores respecto a su salud, en el caso de los adultos mayores que se sienten solos, «eso no quiere decir que no tengan redes sociales de apoyo, las cuales en realidad les están ayudando a mantener comportamientos saludables».
Dado que el aislamiento social y la pérdida de dientes son problemas globales, los autores resaltan la importancia de estos hallazgos, así como de desarrollar intervenciones para reducir el aislamiento social, fomentando el apoyo intergeneracional dentro de las familias y mejorando las conexiones sociales y entre iguales de los adultos mayores dentro de sus comunidades locales.
Fuente: Medical Xpress