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Cinco casos de abscesos cerebrales por infección odontogénica

Los abscesos cerebrales se caracterizan por la presencia de colecciones purulentas en el parénquima cerebral. Suelen surgir en respuesta a una infección por un traumatismo craneal, una intervención quirúrgica o de forma secundaria a una sepsis. Los abscesos cerebrales por infección odontogénica son poco frecuentes, pero cuando suceden, están asociados a una alta incidencia de complicaciones graves y una alta tasa de mortalidad, dependiendo de la virulencia de las bacterias que lo causan, los factores de resistencia del huésped y la anatomía regional.

Según Schuman y Turner (1994), los procedimientos dentales que pueden causar abscesos cerebrales incluyen la cirugía dentoalveolar, la odontología operativa, la terapia periodontal y el pulido de dientes. Según una revisión sistemática llevada a cabo por Moazzam et al. (2015), la periodontitis y la caries que culminan en una afectación periapical, especialmente en los molares, tienen un mayor riesgo de causar una infección del sistema nervioso central. Además, se ha demostrado que incluso el simple cepillado de dientes o la masticación pueden inducir una bacteriemia transitoria, de modo que los patógenos de la cavidad oral pueden llegar al cerebro, causando el absceso.

Por todo esto, el propósito de este estudio es resaltar la importancia del abordaje odontológico para la resolución de estos casos.

Para ello se reportaron cinco casos de absceso cerebral por infección odontogénica, de pacientes atendidos en el Hospital Clínico de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (HCFMUSP). Todos ellos acudieron con diferentes síntomas y tras inspecciones durante o posteriores al tratamiento de los abscesos cerebrales, se pudo comprobar la existencia de infecciones odontogénicas.

  • Paciente 1: Mujer, 22 años. Informó de que los síntomas clínicos de los abscesos cerebrales aparecieron después de la extracción del tercer molar inferior derecho, que un mes antes tenía pericoronitis asociada. Tras el alta hospitalaria, el equipo de Odontología optó por el uso de clindamicina por vía oral durante 6 meses.
  • Paciente 2: Varón, 17 años. En el examen clínico intraoral se observó la destrucción coronaria del segundo premolar superior izquierdo y del primer molar superior izquierdo, con pérdida del surco vestibular en ambos dientes, así como gingivitis generalizada. Tras las extracciones de los primeros y segundos premolares maxilares izquierdos y del primer molar superior izquierdo, el paciente evolucionó hacia una mejora de su estado general.
  • Paciente 3: Mujer, 45 años. En el examen clínico intraoral se observó una dentición permanente completa pero con mala higiene bucal, bolsas periodontales en los molares superiores derechos e izquierdos, y drenaje de secreción purulenta durante la presión digital en la zona gingival. La mandíbula mostraba una marcada pérdida ósea en la región de los molares superiores derecho e izquierdo, con afectación de la furcación y lesión periapical en el primer molar superior derecho. La paciente fue sometida a un raspado subgingival y supragingival, y a la posterior extracción de varios molares.
  • Paciente 4: Hombre, 36 años. La TC de la cara mostró la presencia de gas en el tercer molar superior del lado derecho. Al ser el tercer molar superior derecho el único foco infeccioso posible identificado, se solicitó la evaluación del equipo odontológico. Se procedió a la extracción de los primeros y terceros molares superiores derechos y en el seguimiento de 5 meses tras la extirpación de los abscesos, el TAC del cráneo no mostró más lesiones.
  • Paciente 5: Mujer, 54 años. En la valoración odontológica en la UCI se detectó la presencia de una corona metálica en el segundo molar inferior izquierdo, con movilidad dental de grado I y posibilidad de lesión periapical en dicho diente. Se sugirió entonces al equipo médico la realización de un TAC de la cara y se realizó la extracción del segundo molar inferior izquierdo. Un día después de la cirugía, la paciente no presentaba signos flogísticos ni infecciosos en la cavidad oral, y conservaba la apertura bucal.

Según Gemelli et al. (2020), tras el alta médica en los casos de abscesos cerebrales con foco odontogénico, es importante el seguimiento por parte del equipo de dentistas, así como continuar con el tratamiento dental, para eliminar otros posibles focos infecciosos.

En todos los casos aquí tratados, el tratamiento consistió en el drenaje del absceso cerebral, antibioterapia y extracción de todos los dientes responsables de la infección. El Streptococcus sp. fue el agente causal de todos los casos reportados en este artículo.

Queda así destacada la importancia de la presencia del odontólogo dentro de los hospitales que realizan atención clínica dental. Este mismo sentimiento va en línea con lo que afirmaba recientemente el profesor Williams, del FDI, que debe haber una integración más estrecha entre la atención médica bucal y la general o el nacimiento de la Fundación Española de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello, que igualmente aboga por conectar a todas las disciplinas – incluyendo la Odontología – para progresar en el tratamiento integral del paciente.

Fuente: Practice Update.
Leer el estudio completo en inglés.

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