Estudio experimental multicéntrico
Antecedentes
Llevamos miles de años de evolución en el planeta conviviendo con unos niveles de calidad del aire apenas contaminados.
Nuestro organismo está diseñado para la correcta transferencia de oxígeno a través de la sangre y el aparato respiratorio.
Sin embargo, en el último siglo hemos convertido nuestro entorno en una fuente de contaminantes atmosféricos que van desde dióxido de nitrógeno NO2, dióxido de azufre SO2, compuestos orgánicos volátiles COV, formaldehídos HVOC, monóxido de carbono CO, virus, bacterias, y un sinfín de compuestos que incluyen millones de nanopartículas que portan estos patógenos (1).
La proporción de nanopartículas con las que convivimos, extendidas en el aire o contenidas en atomizadores, influye significativamente en nuestro estado de salud, ya que pueden entrar en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, alcanzar la corriente sanguínea y llegar a los tejidos funcionales (2).
La unidad de nanofiltrado de amplio espectro (UNAE24/365) retira las nanopartículas ambientales con alta efectividad gracias a un sistema de filtrado múltiple antibacteriano, fotocatalítico, electroestimulador y de carbón activado.
La retirada de dichas nanopartículas ambientales debería reducir significativamente los efectos anteriormente citados siguiendo una curva dosis-respuesta, directamente relacionada con el estado basal del individuo.
Hoy día, estamos expuestos a muchos contaminantes suspendidos en el aire, siendo un factor que puede ser desencadenante de múltiples enfermedades sistémicas (3). Es necesario comprobar la eficacia en la eliminación de partículas portadoras de patógenos suspendidas en el aire con el uso de purificadores.