La obsesión por lucir una sonrisa perfecta ha provocado un aumento de la popularidad de los tratamientos dentales de ortodoncia “invisible” y blanqueamientos. Sin embargo, la proliferación de empresas ha puesto en alerta a los dentistas por el riesgo que supone para los pacientes.
Cómo funciona este tipo de publicidad
Estas compañías promocionan sus productos en las redes sociales. Ofrecen tratamientos de ortodoncia con alineadores transparentes a unos precios más baratos que las clínicas dentales y sin control por parte del dentista.
En algunos casos, el paciente acude solo una vez al establecimiento, donde le harán una toma de impresión digital. Posteriormente, le entregarán todos los alineadores del tratamiento.
A veces, es el propio paciente quien se hace las fotos y los moldes en su propio domicilio. Después, los envía a la empresa y recibe los alineadores, que se irá cambiando según la pauta que le dé la empresa.
En ambos casos, el seguimiento por parte del facultativo será inexistente. Lo que proporcionan ciertas compañías al paciente es una revisión online, una modalidad que en Odontología queda reservada para situaciones excepcionales.
Tal y como señala el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, “la telemedicina en el sector odontológico solo es útil en casos muy concretos. Para hacer un buen diagnóstico es necesario que el dentista realice una revisión minuciosa de la boca del paciente, utilizando el instrumental adecuado y realizando las pruebas complementarias que considere pertinentes. Por ejemplo, no se puede detectar una caries, revisar un tratamiento de ortodoncia o pautar un tratamiento de implantología sin que el paciente haya asistido a la consulta”.
Blanqueamientos dentales
Ocurre lo mismo con los blanqueamientos dentales. Según la normativa solo pueden venderse al público general aquellos que tengan una concentración ≤0,1% de peróxido de hidrógeno, cuyos efectos son mínimos o ni siquiera apreciables. De hecho, en muchos casos podría tratarse de publicidad engañosa.
Por otro lado, la venta de productos con mayor concentración de peróxido de hidrógeno debe quedar restringida a los dentistas. Llevar a cabo estos tratamientos en el propio domicilio sin control sanitario puede provocar inflamación de encías, deterioro del esmalte, sensibilidad dental, e incluso pérdida de dientes.
Los riesgos de realizarse tratamientos dentales sin control facultativo
“La venta al público general de determinados productos sanitarios y tratamientos, como es el caso de estos alineadores y blanqueamientos, puede desencadenar graves problemas irreversibles en la salud bucodental de los usuarios, además de estar prohibido por la normativa vigente, ya que no permite la publicidad dirigida al público en general de productos sanitarios destinados a ser utilizados o aplicados exclusivamente por profesionales”, explica el Dr. Castro Reino.
El Dr. Castro insiste en que la mejor forma para saber si se necesita un tratamiento odontológico es “acudir a una clínica dental y someterse a una exploración para que el dentista realice el diagnóstico adecuado”.
Así, a través de un exhaustivo estudio (impresiones orales, radiografías, fotografías…) pueden obtenerse detalles fundamentales para el tratamiento. De acuerdo con los resultados, el dentista desarrollará un plan de tratamiento adecuado y personalizado, además de realizar revisiones periódicas al paciente.