La mejora de la autoestima y de la calidad de vida de los pacientes es la mejor recompensa para los profesionales que colaboran con Smile is a Foundation, que a través de sus proyectos proporciona atención sanitaria a personas con graves dificultades económicas. Su objetivo: hacerles sentirse bien por dentro y por fuera para que consigan una vida personal y laboral más satisfactoria.
«He acudido a la clínica y me han tratado de maravilla, sin hacer distinciones por mi aspecto. Me he sentido como un millonario», son las palabras de agradecimiento del paciente «Y» después de recibir la atención de Smile is a Foundation dentro del programa «ProBoca el cambio», desarrollado en Madrid.
Y no es el único. Otra paciente, que identificaremos como «D», admite que le daba vergüenza sonreír, «me tapaba la boca con la mano. Ahora estoy feliz, me encuentro más segura de mi misma y lo mejor es que he encontrado trabajo cuidando a una persona mayor».
Smile is a Foundation promueve y coordina proyectos de ayuda humanitaria en el ámbito biosanitario, a nivel internacional, para mejorar las condiciones de vida en las poblaciones destinatarias de las acciones de cooperación.
Sus proyectos «Smile and See», desarrollado en Zimbabwe, y «ProBoca el cambio», en Madrid, fueron los ganadores del Premio Solidaridad Gaceta Dental 2020.
Smile is a Foundation nació en 2011 con el proyecto Sonrisas para Zimbabwe, puesto en marcha por Sergio Morante y Diego Romero, y fue presentada en sociedad en julio de 2016. «Queríamos aportar nuestro granito de arena en ese maravilloso país que conocíamos porque llevábamos ya muchos años trabajando en cooperación internacional, colaborando con diferentes organizaciones y en distintos países –explica Diego Romero, presidente de la Fundación–, y un día surgió la oportunidad de cooperar en Zimbabwe como socio del proyecto y proporcionar parte de la estructura necesaria para llevar la atención médica especializada necesaria».
Mejorar la salud oral de la población
El área Odontológica del proyecto (la Fundación también trabaja en el área de Oftalmología) tiene como objetivo mejorar las condiciones de salud oral de la población local, realizando tanto campañas de prevención y concienciación de hábitos de higiene dental, como en el tratamiento clínico de las patologías bucales.
Los tratamientos más empleados son paliativos, mediante la extracción de piezas dentales en aquellos casos cuyo pronóstico es desfavorable. Cuando el diagnóstico lo dictamina, se opta por tratamientos restauradores, y en algunos casos por cirugía oral.
Con el fin de prevenir patologías futuras, también se está ampliando el área de prevención y formación en hábitos de higiene, con tratamientos de fluorización en estudiantes.
Además de los tratamientos clínicos, las acciones de SIF tienen una impronta formativa ya que trasladan al personal sanitario de las clínicas y hospitales con los que se colabora, y a profesores de los centros escolares donde se actúa, los conocimientos apropiados para que puedan cubrir estas necesidades a largo plazo.
«Smile and See», proyecto en Zimbabwe
En noviembre y diciembre de 2019 se desarrolló la novena campaña del proyecto «Smile and See», en Zimbabwe, en las regiones de Tsholotsho y Hwange, en el oeste del país.
Las cifras dan una idea de la envergadura de este proyecto. Desde 2011 han atendido a 27.700 pacientes que recibieron tratamientos tanto de Odontología como de Oftalmología. Solo en 2019 se atendió a 6.169 pacientes, de los cuales, 4.400 recibieron tratamientos odontológicos, incluidas 740 fluorizaciones y tratamientos preventivos a menores en edad escolar.
«Zimbabwe es un país con muchas carencias a nivel asistencial –nos cuenta Romero–, y en ese punto también trabajamos, proporcionando asistencias y formaciones, pero es su gente la que nos hace volver cada año con más ganas y es en cada campaña allí donde recogemos las fuerzas para preparar la siguiente».
La fundación apuesta por seguir trabajando en Zimbabwe «mientras se nos necesite y mientras podamos», y no descartan crecer y alcanzar otros países. «Tenemos varias propuestas que podrían materializarse si conseguimos fortalecer la base de donantes y socios», asegura.
«Proboca el cambio», proyecto en Madrid
El proyecto «ProBoca el cambio» que la Fundación ha desarrollado en Madrid, da cobertura y atención sanitaria a personas con graves dificultades económicas. Su objetivo: acabar con las diferencias y los prejuicios sociales, para que las personas beneficiadas puedan sentirse bien por dentro y por fuera, y consigan una vida personal y laboral más satisfactoria.
«Es un proyecto joven, al que pretendemos ver crecer, señala Romero. Estamos dando cobertura sanitaria en el área odontológica a personas en riesgo de exclusión social, con el fin de mejorar su calidad de vida, eliminar prejuicios sociales, mejorando su autoestima, la integración en su entorno social, mejorando su empleabilidad y dando nuevas oportunidades a personas con graves dificultades de acceso a las mismas».
El proyecto se puso en marcha contactando con diversas personas y entidades que comparten la misión, visión y valores de Smile is a Foundation, concretamente PerioCentrum y la Fundación Hospitalaria de la Orden de Malta en Madrid, que atienden al mayor número de pacientes posible con los mejores tratamientos a disposición de las personas beneficiarias.
También cuentan con el apoyo de diversas casas comerciales, laboratorios protésicos y otros profesionales dispuestos a dejar una huella positiva y duradera en la vida de estas personas.
Con este punto de partida se empezó a desarrollar un proyecto que a día de hoy atiende a personas en riesgo de exclusión social, para que puedan tener acceso a servicios médicos odontológicos, y de esta manera mejores condiciones de vida.
Los pacientes pasan por una primera atención en la propia Fundación Orden de Malta, y se les deriva a Periocentrum Madrid, donde pasan los primeros protocolos de tratamiento que más tarde serán ejecutados en esta clínica o en otras de la red de colaboración de Smile is a Foundation.
En 2020 pudieron atender a 59 pacientes que recibieron un total de 118 tratamientos, la mayoría, de periodoncia básica.
«Nos encantaría poder alcanzar otras ciudades con el proyecto, pero como comentaba, nos gusta hacer las cosas bien y aún es pronto para poder dar ese paso. Los proyectos deben seguir su curso», puntualiza.
Futuro esperanzador
A pesar de la situación generada por la pandemia, desde Smile is a Foundation afrontan este 2021 con esperanza: «pretendemos reforzar nuestros proyectos tanto en España como en Zimbabwe, ya que debido a la pandemia, el Tercer Sector se ha visto afectado de manera determinante. Todos los proyectos se han resentido de manera directa en su funcionamiento y operatividad durante el pasado 2020, y se han reducido nuestras bases de socios y donantes», admite el presidente, quien asume que los próximos años serán de resiliencia y duro trabajo para alcanzar los objetivos propuestos.
«Estamos dispuestos a hacer todo lo que esté en nuestras manos. Con Smile is a Foundation colaboran instituciones y personas increíbles, y estamos seguros de que conseguiremos reforzar la base de donantes y socios para poder seguir realizando la labor que llevamos a cabo desde hace muchos años con un cariño y una profesionalidad dignas del equipo de personas que las llevan a término», concluye.
Un pequeño milagro
El incentivo para seguir adelante a pesar de las dificultades, es el impacto que su ayuda tiene en los pacientes. La mayor satisfacción para los profesionales que colaboran con Smile is a Foundation es ver la repercusión que los tratamientos tienen en el día a día de las personas, que mejoran su calidad de vida, aumentan su autoestima y en algunos casos incluso les ayuda a incorporarse al mundo laboral. Un efecto que se refleja en las emocionadas palabras de agradecimiento que dedican a los profesionales. Como las del paciente «C», que reconoce: «me han tratado con respeto y afecto y me he sentido como uno más en la consulta. Menos mal que todavía hay gente buena en el mundo que se acuerda de nosotros». O las del paciente «J», un exheroinómano que vive en la calle y que dice emocionado: «muchísimas gracias por hacer posible este pequeño milagro».