Dres. Álvaro Ferrando y Luis Segura-Mori, ganadores de los Premios Gaceta Dental 2020
A pesar de su juventud, pisan con fuerza en el panorama odontológico nacional. Son los doctores Álvaro Ferrando y Luis Segura-Mori, ganadores de la última edición de los Premios Gaceta Dental en las categorías de Mejor Artículo Científico y Mejor Caso Clínico. Con ellos, los protagonistas de este mes, charlamos sobre el momento excepcional que se vive a nivel mundial, marcado por la COVID-19; cómo están abordando la atención clínica o cómo valoran el auge de la formación on line en estos últimos meses. Nos hablan de presente, pero también de un futuro que, por el momento, se presenta lleno de incertidumbre, retos y desafíos.
—Sin duda, la COVID-19 está marcando el devenir de todos desde que se declaró la pandemia, pero ¿cómo creen que está encajando el sector dental este nuevo escenario?
—Álvaro Ferrando: En mi opinión, creo que las clínicas privadas tradicionales no han experimentado aún la recesión que se preveía, por el contrario, las macroclínicas y cadenas/franquicias sí que acusan una disminución del flujo de pacientes y, por tanto, de ingresos. Solo hace falta ver el reciente desenlace de Dentix. Si algo bueno tiene la pandemia es que al final se premia la Odontología de calidad personalizada frente al low cost y el fast dentstry. En lo que respecta a la industria, tengo menos conocimiento, pero el hecho de que todos los congresos y reuniones presenciales se reduzcan o desaparezcan, es muy negativo y nos conduce al aislacionismo en la consulta junto al perjuicio económico de todo el sector.
—Luis Segura-Mori. A mediados de marzo de 2020 la mayoría de clínicas en España tuvimos que limitar nuestra actividad a la atención de pacientes de urgencia y, como consecuencia, el resto de empresas del sector se vieron obligadas a reducir enormemente o incluso paralizar su actividad. Vivimos tiempos de una incertidumbre jamás vivida que fuimos capeando con ERTEs, moratorias, ICOs, nuevos protocolos y, sobre todo, mucho trabajo. Terminado el confinamiento tuvimos unos meses de aparente recuperación y vuelta a una pseudonormalidad que no parecía tan dramática como habíamos vaticinado. Pero es ahora, al menos en mi caso, cuando confirmamos que los efectos económicos no caducaban en mayo y todo apunta a que nos golpearán durante algún tiempo.
—El equipo de la Clínica Ferrando lleva más de dos décadas ofreciendo un servicio de salud bucodental integral en Murcia, pero en estos momentos la atención se ha tenido que adaptar a nuevos protocolos, ¿cómo está funcionando en la operativa diaria de su clínica? ¿Cómo se ha formado en este sentido su equipo?
—A. F.: En cuanto al protocolo clínico, hemos adoptado las medidas recomendadas por el Consejo General de Dentistas de España. Disponemos de felpudos desinfectantes en la entrada, le tomamos la temperatura al paciente y le indicamos seguidamente el lavado de manos con gel hidroalcohólico. Los acompañantes se han reducido, y si acuden, esperan fuera de la clínica para no saturar la sala de espera. En lo que respecta a nosotros, nos protegemos siempre con doble mascarilla FFP2/KN95 + quirúrgica encima, guantes, pantallas o lupas cerradas, gorro y batas desechables, a la vez que se desinfectan los gabinetes cuidadosamente entre paciente y paciente dejando un tiempo considerable de ventilación. Además usamos rutinariamente el dique de goma en los procedimientos restauradores.
En nuestra clínica el modelo de funcionamiento habitual nunca ha estado basado en la cantidad de pacientes, por eso podemos continuar con una dinámica muy parecida a la de la antigua normalidad. Personalmente me dedico a la Odontología restauradora y nunca he visto más de 7 u 8 pacientes al día, y suele ser muy frecuente que ocupe una media jornada completa con un solo paciente para resolverle más problemas de una vez, ya que me dedico a la rehabilitación total y siempre he trabajado con citas largas intentando evitar situaciones de estrés que influyen mucho en los resultados finales. Además, documento la mayoría de los casos con fines docentes y no me arrepiento en absoluto de esta manera de entender la profesión. En el caso de mi hermano, el Dr. Raúl Ferrando, que se dedica a Ortodoncia exclusiva, trabaja con una agenda más intensa, pero ahora se reparten más los pacientes para que nunca se abarrote la consulta.
—El paciente interesado en acudir a la Clínica Dental Segura-Mori & Álvarez lo primero que encuentra en su web es el Protocolo COVID-19. ¿Cómo se están adaptando los pacientes a las medidas específicas para acudir al dentista? ¿Y su propio equipo?
—L. S. M.: Los pacientes están respondiendo francamente bien a los nuevos protocolos de seguridad en la clínica, de hecho nos transmiten su satisfacción por la sensación de protección y seguridad que les aporta. En cuanto al equipo, ya estábamos muy acostumbrados a trabajar bajo estrictas de medidas de higiene, desinfección y esterilización, por lo que en ese sentido partíamos de una posición ventajosa. Tras adaptar la clínica y entrenar los nuevos protocolos pudimos reabrir con la tranquilidad de ofrecer nuestros servicios en un entorno seguro. Es cierto que los primeros días tardábamos bastante más tiempo de lo normal, pero una vez interiorizados los nuevos protocolos conseguimos sistematizarlos de una manera muy eficiente. Es importante mencionar que tengo la suerte de contar con un equipo de enorme calidad humana y muy comprometido.
—¿Cómo valoran el que los dentistas se pongan a disposición de las autoridades sanitarias para colaborar activamente en las labores de rastreo, así como en la realización de las pruebas diagnósticas de detección del SARS-CoV-2?
—A.F.: Lo veo francamente positivo, todo lo que sea servir de ayuda en estos momentos me parece que está dentro de nuestro deber como profesionales sanitarios.
—L. S. M.: Muy positivamente. Los dentistas siempre hemos sido un gremio muy comprometido con la preservación de la salud y prevención de la enfermedad, además, gozamos de una elevada cualificación profesional que nos permitiría realizar estas tareas con rigurosidad y fiabilidad.
—Dr. Ferrando, anteriormente comentaba, al igual que otros colegas de la profesión, que incluso han notado un aumento de la demanda de tratamientos desde el comienzo de la desescalada, pero ¿temen los efectos de la crisis económica a partir de ahora?
—A.F.: Sin duda, en algún momento notaremos el frenazo de la economía y el cambio en las prioridades de la población porque las ayudas gubernamentales, ERTEs, etc. acabarán y vendrán malos tiempos para todos. Pero como bien dices, aún no nos podemos quejar y aunque tenemos que ser cautos, mejor no pensar a largo plazo y adaptarnos a los acontecimientos.
—La incertidumbre en estos momentos es global, pero la situación de Madrid, Dr. Segura-Mori, es especialmente delicada por la elevada cifra de casos. En este sentido, ¿ha notado en su clínica un descenso de pacientes significativo? ¿Están observando un aumento de dolencias como consecuencia del «estrés pandémico»?
—L. S. M.: Tras levantarse el primer estado de alarma tuvimos unos meses de afluencia masiva, tanto de pacientes antiguos como nuevos, daba la sensación de que nada hubiera pasado. Desde hace unas semanas está disminuyendo significativamente la asistencia de pacientes. En mi clínica tengo identificados tres motivos: pacientes que ante la incertidumbre prefieren posponer el tratamiento, pacientes con mucho miedo al virus que evitan salir de casa si no es absolutamente imprescindible y pacientes a los que la pandemia les ha dejado económicamente muy mermados.
—En este sentido ¿qué mensaje trasladaría el Dr. Ferrando a la población para que acudan al dentista, si es el miedo al contagio lo que le frena?
—A.F.: Que la consulta del dentista de toda la vida es más segura que nunca, que estamos preparados para proteger y protegernos, y que nuestra costumbre, a diferencia de otras consultas de especialidades médicas, en centros de atención primaria, por ejemplo, ha sido y es trabajar con alta protección (mascarillas, guantes, gorros, lupas/pantallas, batas desechables), propiciando un ambiente limpio y seguro ya desde antes de la pandemia.
—Aunque es prematuro hablar de ello, algunas fuentes aseguran que el Gobierno baraja incluir en los Presupuestos Generales del Estado de 2021 una subida del 21% de IVA a las actividades sanitarias. Dr. Segura-Mori, ¿cómo cree que esto podría afectar a las clínicas dentales?
—L. S. M.: Sería una medida completamente antidemocrática y terrible para la ciudadanía, me cuesta creer que ningún Gobierno se atreva a tomarla. En mi opinión, muchos de los tratamientos odontológicos deberían ser incluidos en el Sistema Nacional de Salud al tratarse de servicios de Medicina esenciales. Hay sectores de la población que no pueden permitirse una buena atención bucodental y para la mayoría supone un servicio costoso ya que solo lo pueden recibir de forma privada. Ante esta situación, no parece inteligente gravar estos servicios con un 21% de IVA.
—Acaban de ganar dos de los premios anuales de Gaceta Dental. Y es que las nuevas generaciones de dentistas vienen pisando fuerte. Desde su punto de vista, ¿qué aportan los profesionales más jóvenes al sector? ¿Qué han heredado de sus predecesores?
—A.F.: La gente joven siempre aporta dinamismo, evolución y cambio en las técnicas, pero también advierto que se ha perdido un poco el valor que supone tener siempre presente la «humildad para aprender». No podemos olvidar que los maestros están ahí por algo y que habría que respetarlos siempre. En mi caso, he tenido la suerte de ser influenciado por grandes dentistas de todo el mundo, y desde hace cuatro años por mis dos directores de tesis doctoral (los Dres. Agustín Pascual Moscardó y Salvatore Sauro), de la cual se deriva la investigación ganadora del premio, y debo reconocer públicamente que jamás hubiera sido posible tal trabajo sin su experiencia, sabiduría y apoyo.
—L. S. M.: Lo cierto es que España tiene ahora mismo una Odontología de primer nivel mundial, tengo la suerte de viajar fuera por motivos docentes y lo he podido comprobar en primera persona. Llevamos casi dos décadas de plétora profesional y ese exceso de dentistas es un gran estímulo para seguir aprendiendo y poder diferenciarte. Creo que los dentistas más jóvenes vienen con muchas ganas, y si a eso le sumas la constancia y el talento de muchos de ellos el resultado es el que tenemos. En cuanto a los dentistas seniors, nuestros maestros, les debemos el respeto a la profesión y todo lo que hicieron, con muchas menos posibilidades, por asentar las bases de la Odontología moderna.
—Sus rostros son habituales en los carteles de congresos, jornadas y cursos del sector odontológico. ¿Cómo valoran la transformación digital de la formación de los últimos meses? ¿Qué beneficios reporta esta formación y cuáles son sus principales inconvenientes?
—A.F.: Sinceramente, creo que ha habido un exceso de formación virtual propiciado claramente por el confinamiento, yo soy un adicto a la Odontología y partidario de la formación presencial siempre, aunque he desarrollado y consumido desde siempre formación online. Está claro que es una oportunidad si sabes escoger y tienes criterio, el inconveniente es que es muy fácil equivocarte cuando tienes menos experiencia, y correr el riesgo de perder el tiempo y el dinero consumiendo formación odontológica que luego realmente no te aporta nada en tu práctica clínica diaria.
—L. S. M.: Creo que la formación online ha llegado para quedarse, aunque tendrá que reinventarse para que sea algo más que un ponente hablando y enseñando diapositivas. No hay duda de que la formación online te abre la puerta a ponentes y asistentes de todo el mundo con muchos menos recursos y en mucho menos tiempo. Viviendo en un mundo globalizado en el que la inmediatez es casi imperativa, este tipo de formación ofrece muchas ventajas. Sin embargo, captar y mantener la atención del oyente es clave para el éxito docente, y si esto es difícil en formato presencial, mucho más lo es a distancia sabiendo que puedes pausar y retomar la actividad cuando quieras y que no hay que mantener ningún código de conducta. En mi opinión, la formación del futuro será mixta, con una parte presencial, puesto que necesitamos practicar lo que aprendemos, y otra parte online que sea mucho más interactiva, participativa y difícilmente pirateable.
—Por tener la doble perspectiva, ¿cómo están siendo sus experiencias formativas en los últimos meses como formadores y como estudiantes (si es que han estado inscritos en algún curso)?
—A.F.: Muy grata, he realizado varias charlas online, en redes sociales y en universidades, y la verdad, que muy contento con el feed-back. Actualmente estoy haciendo un curso modular online con el Dr. Didier Dietschi y también estoy encantado porque me permite aprender y contrastar mi práctica clínica sin desplazarme.
—L. S. M.: Desde el confinamiento habré dado diez o doce webinars y un solo curso presencial, teórico-práctico. Este último lo disfruté mucho. La interacción con los alumnos y el componente práctico es algo muy difícil de lograr con las plataformas online de que disponemos todavía. Como asistente, me he apuntado a muchos webinars y cursos online en los que he aprendido mucho en muy poco tiempo. Aprovecho la ocasión para agradecer a todos los compañeros que de manera altruista han compartido sus conocimientos.
—Aunque aún el grado de incertidumbre es grande, ¿cómo creen que transcurrirá la atención clínica en los próximos meses?
—A.F.: De momento soy optimista y creo que continuaremos sin notar mucho la crisis, 2021 será otro cantar.
—L. S. M.: Es difícil saberlo, pero creo que serán meses de inestabilidad en los que tendremos que aprender a convivir con menos pacientes, más cancelaciones de citas, bajas laborales del equipo y contención del gasto. Existe un problema sanitario grave que nos afecta a todos y el reto, además de resolverlo, es crear un plan estratégico que minimice el impacto económico sin que nuestra calidad asistencial ni nuestra estructura se vea afectada. Toca trabajar duro para logarlo.
—Desde sus puntos de vista, ¿se recuperará el sector pronto?
—A.F.: Si no sale la vacuna a principios de 2021, iremos abocados inexorablemente a una crisis peor que la inmobiliaria de hace 10 años. El único camino será ofrecer a nuestros pacientes un servicio profesional exquisito, y recalco el concepto de servicio por ser un término que engloba y define mejor nuestra actividad sanitaria, en lugar de producto, que es lo que algunos gurús del marketing odontológico se empeñan en imponer. Además, creo que hay que desechar todo lo superfluo que nos rodea en las consultas y por qué no decirlo en nuestra vida, para focalizarnos realmente en resolver los problemas de los pacientes.
—L. S. M.: Quizá es una obviedad, pero hasta que no se estabilice la situación sanitaria no se recuperará casi ningún sector, tampoco el nuestro. Aunque estoy convencido de que igual que hemos superado otras crisis también lo haremos con esta. Me gustaría terminar enviando un mensaje de apoyo y cariño a todos aquellos que de manera directa o indirecta están sufriendo los efectos del virus, en especial a las familias de aquellos que ya no están.
¿Teleodontología?
—La pandemia ha impulsado, en cierto modo, la atención médica a distancia, en especial durante el confinamiento más duro. ¿Creen que calará la «teleodontología» de cara al futuro o es algo circunstancial?
—A.F.: En mi humilde opinión fue circunstancial, la Odontología es presencial por naturaleza y los resultados que demandan los pacientes no pueden ser satisfechos de modo virtual.
—L. S. M.: La Odontología es una rama de la Medicina en la que, salvo alguna excepción, el diagnóstico y tratamiento implica necesariamente el contacto directo con el paciente. A corto plazo no veo que la «teleodontología» tenga posibilidades reales.