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Uno de los mayores equívocos a la hora de lavarnos los dientes es pensar que todas las pastas son iguales. Somos muchos los que nos lanzamos a las ofertas que vemos en el supermercado sin pensar en las consecuencias que estas puedan tener para la salud de nuestra boca o derivados.
Del flúor, ese elemento que previene la caries, se han dicho muchas cosas y, aunque resulta positivo para nuestros dientes, debemos cuidar el grado en el que lo usamos para no sufrir las consecuencias más tarde. Gracias a los numerosos estudios que se han hecho en el tiempo hoy todo nos resulta más claro.
¿Qué es exactamente el flúor?
Activo en muchas partes de la corteza terrestre, el flúor es un elemento químico de número atómico 9 y símbolo F que hace efecto sobre nuestros dientes. Presente en buena parte de los productos naturales que consumimos día a día (el agua potable, por ejemplo) nos encontramos con un término que todo el mundo conoce pero del que no muchos saben.
El flúor y su efectividad en la prevención de la caries y la fluorosis
El descubrimiento de las propiedades del flúor se remonta hasta principios del siglo XX y la llegada de un personaje que todos deberíamos memorizar. Frederick Mackey, un dentista de Estados Unidos que trabajaba en Colorado, observó una serie de detalles en sus pacientes que llenaba de manchas el esmalte.
Tras noches de trabajo determinó que en el agua de la zona había un alto grado de flúor en su compuesto y esto era lo que estaba provocando esas manchas marrones tan poco estéticas y desagradables. Sin embargo, con el paso del tiempo, vio que el compuesto también ayudaba a prevenir la caries. De esta forma estábamos ante un elemento que era positivo para la boca pero que no se podía consumir en exceso.
Pastas de dientes con flúor, ¿es lo que necesito para mis dientes?
Las pastas de dientes con flúor existen desde hace años. Conscientes de sus propiedades, incluso en la escuela nos han hecho tomar pequeñas cantidades de este líquido azul que no es ajeno a la polémica. En este artículo vemos cómo el compuesto, en pequeñas cantidades y sabiendo de su uso, sí que es positivo para nuestros dientes.
La acción que ejerce este elemento sobre el esmalte puede que sea un tanto perjudicial si no ponemos determinadas medidas pero, sabiendo cómo combate la caries casi todos los especialistas terminan por recomendarlo. Consumido en pequeñas dosis damos con un compuesto que sí que nos beneficia.
En cualquier caso, a pesar de que sus beneficios están más que probados, no se aconseja el uso de pastas de dientes con flúor en personas menores de ocho años. De esta forma, solo a partir de esa edad, cuando somos niños, tendremos vía para disfrutar de todas las ventajas que nos ofrece éste de cara a la caries.
¿Cómo sabemos si el nivel de flúor ingerido es suficiente?
Las pastas de dientes con flúor se suelen usar cuando el agua de nuestra zona contiene niveles muy bajos de este compuesto. Con independencia del país en el que vivamos, cada distrito de ciudad está marcado por las normas del ayuntamiento. Si nuestro lugar de residencia ya disfruta de una carga X de este elemento solo con la crema de esmalte será suficiente para cuidar nuestra boca.
Cuando el agua no es fluorada (esta información la puedes obtener en algunos centros cívicos) lo recomendable es hablar con nuestro dentista para que nos recete tablas del químico a fin de proteger nuestros dientes. Él, haciendo un análisis previo del cuidado que ejerces sobre tu boca, sabrá mejor que nadie qué es lo que tienes que hacer.
El flúor dental, a pesar de que existen negacionistas sobre sus efectos, es muy positivo para que una boca esté sana, fuerte y con todo lo que necesita para que el esmalte tenga una vejez saludable. Sabido esto, si quieres que tus piezas resistan al paso del tiempo lo único que debes hacer es cuidarlas como es debido.