Introducción
Flujo digital en Implantología (Figura 1)
El plan de tratamiento en Implantología se basa en cuatro fases: diagnóstico, planificación, cirugía y rehabilitación (1). El esquema propuesto (2) se ha utilizado en los dos últimos años en más de 100 casos clínicos, tanto convencionales, como de pacientes edéntulos, en casos estéticos (3) y en casos complejos (4).
Planificación de la rehabilitación completa de maxilar superior
Los motivos y causas de una rehabilitación completa son variados y, en función de ellos, se debe planificar el tipo y técnica de cada rehabilitación, pero todos ellos tienen en común una característica: la recuperación o mejora de la estética del paciente, simultánea a la de la función.
Basándonos en el concepto de rehabilitación protésicamente guiada, el diseño de la prótesis definitiva del paciente es el que condicionará la planificación y técnica quirúrgica a utilizar.
Desde el punto de vista implantológico, el número de implantes necesarios para una reconstrucción total del maxilar varía, desde el concepto de “all on four”, hasta las rehabilitaciones multiimplantes que se preconizaron en el pasado, si bien debe definirse según disponibilidades óseas, tamaño del arco y tipo de restauración.
La técnica quirúrgica puede variar entre el uso de injertos óseos o técnicas complejas de rehabilitación hasta la realización de implantes en arbotantes anatómicos, con la simplicidad y predictibilidad que estos ofrecen.
Por otra parte, está suficientemente demostrado el uso de implantes angulados en rehabilitaciones completas, por su eficacia y buenos resultados al cabo del tiempo, superponibles a otras técnicas.
El tipo de implantes a emplear varía según el tipo de restauración, pero en restauraciones fijas en el sector anterior está suficientemente probada la técnica BOPT sobre implantes, con excelentes resultados en el tiempo y estética probada (5).