Un equipo científico de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) investiga los factores biológicos de las enfermedades bucales en relación con otros de carácter social y psicológico en el campo de la Odontología para mejorar la atención al paciente en las clínicas dentales.
El equipo de investigación de la URJC aborda la Odontología desde una perspectiva más allá del modelo biomédico, que estudia al paciente con enfermedades bucales según sus características anatómicas y funcionales y busca establecer un correcto tratamiento que permita su curación, incluyendo en sus estudios otros factores de carácter social y psicológico, tal y como informan desde la Universidad. “Nosotros consideramos que la aportación del médico como ayuda al paciente dental es muy positiva para el enfermo, no sólo curándolo sino también apoyándolo empáticamente mediante el diálogo en su proceso curativo, previniendo sus dolencias a través de técnicas de promoción de conductas saludables o aconsejándolo en la resolución de posibles problemas de la unidad familiar y sociales”, explica María José González-Olmo, investigadora del departamento de Enfermería y Estomatología. “No se trata de considerar negativa la ciencia médica tradicional, sino de tener en cuenta que la evolución es necesaria para la ciencia”.
Actualmente, este enfoque biopsicosocial cobra especial relevancia ante la situación de la pandemia sanitaria provocada por la COVID-19, donde la relación con el paciente también se ha visto afectada. Debido al impacto que ha supuesto la enfermedad del nuevo coronavirus en la atención a los pacientes dentales, el equipo científico formado por el Dr. Martín Romero-Maroto, la Dra. María Carrillo-Díaz y la Dra. María José González-Olmo estudia cómo hacer frente las consecuencias de la pandemia en las clínicas dentales (González et al., 2020). “Es obvio que hoy no es posible atender solamente aspectos técnicos de los pacientes que acuden a la clínica dental, puesto que se presentarán casos de aturdimientos emocionales y problemas de índole social que habrá que atender, es decir, hay que coordinar dichos aspectos técnicos con otras vertientes psicosociales”, subraya la Dra. González-Olmo.
Los resultados de este estudio, realizado antes del periodo de confinamiento, revelan datos significativos de cómo el nivel de miedo al contagio por COVID-19 ya había aumentado en esas primeras semanas del inicio de la pandemia entre los mayores de 60 años con patologías sistémicas. “Se requerirán futuras líneas de investigación, al final de la pandemia, para confirmar el impacto real en la salud oral de la población y el efecto económico en las clínicas dentales”, señala la investigadora.
El paciente, un sujeto activo
Las líneas de investigación en las que trabaja actualmente el equipo científico de la URJC introducen la variable diálogo médico-paciente, que puede permitir al médico interpretar lo más correctamente posible la enfermedad. Mediante este ejercicio de empatía, a los pacientes se les facilita que expresen sus preocupaciones por sus dolencias y se les ayuda a verbalizar preguntas que se hacen acerca del tratamiento. “Hay que buscar que el enfermo se exprese emocionalmente y colabore eficazmente en su proceso curativo”, afirma la investigadora de la URJC. “Es importante considerar que todo individuo es también emocional y social. Si nos quedamos anclados en el sistema tradicional biomédico, sin complementarlo, ampliarlo e integrarlo con otras muchas perspectivas psicosociales, corremos el riesgo de caer en un reduccionismo que podría ser nocivo para la mejora de la salud bucal”.
Esta perspectiva en el estudio de la Odontología conduce a los investigadores a considerar al paciente como un sujeto activo de todo el proceso de la salud. Los estudios que están realizando apuntan a que esta colaboración entre el médico y el paciente podría favorecer la adherencia al tratamiento, prevenir la ansiedad a procesos curativos de larga duración y mejorar la salud oral del enfermo en general.