El anglicismo influencer se ha colado de manera irremediable en nuestro vocabulario habitual a raíz del boom de las redes sociales. Y a pesar de que el término no está recogido en nuestro diccionario, la Real Academia Española propone el uso sustantivo del adjetivo «influyente» para referirse a la persona cuyo conocimiento o prestigio en un determinado ámbito puede influir en el comportamiento de otras con sus opiniones y decisiones.
Esta moda de los influencers –a los que muchos ponen fecha de caducidad– ha dado un vuelco radical al mundo del marketing digital, acuñando, incluso una categoría propia «el marketing de influencers». No son pocas las empresas que pagan a estos nuevos ídolos de masas ingentes cantidades de dinero por acudir a un estreno, comer en exclusivos restaurantes, descubrir destinos paradisiacos o promocionar determinados productos y servicios. Vamos, la envidia de cualquiera. Algo que, sin contar con los quebraderos de cabeza que ha provocado a la Hacienda pública en los últimos años, no tendría mayor trascendencia hasta que nos topamos con la salud. El notable incremento de influencers que recomiendan tratamientos que precisan de un diagnóstico y de una prescripción ha unido a las organizaciones profesionales de médicos, farmacéuticos y dentistas para lanzar un mensaje claro a la población: los «consejos» de estos prescriptores en nómina pueden suponer un riesgo para la salud. Un tema, sin duda, de gran calado al que hay que encontrar una solución coherente con unos límites bien delimitados y regulados. No se puede frivolizar con la salud. No esperemos a llevarnos, una vez más, las manos a la cabeza, por favor.
No obstante, la labor de prescripción o referencia también puede tener connotaciones positivas. Y aquí, discúlpenme, me van a permitir echarnos unas flores. En esta ocasión no hablamos de personas con nombres y apellidos, sino de la marca referente en la información odontológica. Recién salido del horno, tenemos un estudio en el que se muestran las cifras de crecimiento fulgurante de Gaceta Dental en redes sociales el último año. Así, en 2019, el número de seguidores superó los 25.000: Facebook es la plataforma líder, con más de 12.300; a continuación, Twitter, con más de 10.800; Instagram suma 1.200 (en solo cinco meses) y LinkedIn, la plataforma por excelencia en el entorno B2B -¡perdón! se me ha colado otro anglicismo y, rizando el rizo, un acrónimo, hablamos, del Business to Business, en «cristiano» de las transacciones comerciales entre empresas-, más de 1.400. En definitiva, la «comunidad social» más relevante entre los medios de comunicación especializados en el sector, y la más activa ya que genera el mayor número de interacciones. Un liderazgo, y una influencia, en este caso bien entendida. Gaceta Dental es hoy más que nunca una herramienta de conexión, de formación e información, que trata de hacer crecer al sector y a todos sus protagonistas. Así se pondrá de relieve en ExpoDental 2020 donde Gaceta Dental estará con dos stands, un año más, como líder indiscutible de la información odontológica.
