Caso clínico con seis años de seguimiento
Introducción
La cirugía periapical es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar la periodontitis apical crónica persistente en casos en los que no ha habido curación tras el retratamiento de conductos o, en algunos casos, el tratamiento de conductos convencional (1).
El uso de alta magnificación (≥10x) ha demostrado obtener mejores resultados en los tratamientos odontológicos (2). En la cirugía periapical se ha modificado la técnica evolucionando hacia la microcirugía, introduciendo cambios que aportan mejoras tanto en el diagnóstico como en el tratamiento en sí y mejorando el pronóstico a largo plazo (3).
Las diferencias entre la cirugía periapical tradicional y la microcirugía periapical incluyen los instrumentos para el acceso a la lesión (fresas estándar o más pequeñas o con piezoeléctrico), tamaño de la osteotomía, uso de microinstrumentos, ángulo de bisel (agudo a casi plano), preparación retrógrada del conducto radicular, materiales de relleno más biocompatibles en comparación con la amalgama, y el uso del azul de metileno para identificar microfracturas y conductos adicionales junto con el uso del microscopio o endoscopio (1, 4). En el diagnóstico, el uso de la tinción con azul de metileno y la observación bajo magnificación ayuda a encontrar y descartar fisuras radiculares que no son visibles ni clínica ni radiográficamente, o que solo podemos intuir de las maneras anteriores (5).