El uso de la factura electrónica en el sector de la salud en España sigue siendo una asignatura pendiente, según un estudio de SERES en el periodo 2017-2018. Este informe revela que el sector de la salud representa el 0,36% de las empresas emisoras de facturas electrónicas españolas y también el 1,35% de las receptoras.
Por volumen de facturas, esta participación supone menos del 0,1% del total de las facturas emitidas y el 0,13% de las recibidas. «Es evidente que queda mucho por hacer. Estas cifras son paradójicas, porque se trata de un sector de actividad muy importante para todo el territorio español», explica Alberto Redondo, director de Marketing y Comuniación de SERES.
Total nacional
De acuerdo con el estudio, el número de facturas electrónicas procesadas en 2018 en España ascendió a 181.884.086 documentos, un 14,92% más que en 2017. Del total, 147.953.331 documentos corresponden a transacciones entre empresas (B2B), 22.292.891 a operaciones entre empresas y las administraciones públicas (B2G) y 11.637.864 a ventas de empresas a particulares (B2C).
Según el informe, gracias al uso de la factura electrónica, las empresas españolas se ahorraron en 2018 algo más de 900 millones de euros en la gestión de las facturas recibidas y 511 millones de euros en la gestión de las facturas emitidas. También se ahorraron 662.145 horas en la tramitación de las facturas recibidas y 106.963 horas en las emitidas, además de reducir de manera significativa el impacto medioambiental derivado de la eliminación del uso de papel.