Introducción
Durante muchos años, para numerosos profesionales, tanto protésicos dentales como odontólogos, resultaba estresante tratar los casos de fracturas de cerámica que habían permanecido mucho tiempo en la boca.
Se sabe que cuando se produce una fractura en cualquier rehabilitación de cerámica de la cavidad bucal no es buena idea volver a introducir la restauración en el horno. La consecuencia más probable es la rotura de la cerámica, con los inconvenientes que supone tener que repararla, por no hablar de los costes.
Actualmente, estas fracturas se pueden reparar de forma rápida y sencilla, sin el alto coste de repetir la restauración desde cero.
Situación inicial
Caso de un paciente con un puente de metal-cerámica: en un puente de tres partes del 12 al 21, se ha producido una fractura en la pieza n.º 11 (Figuras 1 y 2).
Preparación y adhesión
Antes de empezar, es muy importante conocer el tono, la saturación y el valor de la restauración. Una vez que disponemos de estos datos, podemos empezar con una fresa de diamante de grano medio, fresando la superficie cinco décimas de milímetro en la parte vestibular y palatina; se rasca el resto de la pieza. Se somete a arenado el área que se va a reparar, protegiendo el resto de las piezas del puente (Figuras 3 y 4).