La incertidumbre que produce la imparable evolución digital en las empresas de todos los sectores ha dado lugar a la creación de una guía práctica promovida por el Foro Económico Mundial (FEM) para ayudar a los altos ejecutivos a afrontar los retos que propone esta obligada transformación que marcará el futuro de sus compañías. Se estima que este año las empresas de todo el mundo dedicarán más de un billón de euros a financiar sus esfuerzos de transformación digital, aunque solo un decepcionante 1% de esas propuestas conseguirá alcanzar las expectativas que se hayan marcado.
No obstante, y paradójicamente, según el FEM, también está demostrado que las empresas que no dediquen recursos a la digitalización están destinadas a desaparecer, superadas por sus competidoras que sí apuesten por esa innovación tecnológica y de comunicación que supone el mundo digital. Unas previsiones que afectarán a todas las compañías, independientemente del sector en que desarrollen su actividad y de su tamaño.
Fruto de la colaboración del FEM con la firma global de consultoría estratégica Bain & Company ha sido la puesta en marcha del proyecto denominado Empresa Digital que permitió la creación de un grupo de trabajo con altos ejecutivos de 40 compañías globales para conocer sus propuestas de digitalización y los resultados alcanzados con la puesta en marcha en sus respectivas empresas.
De las conclusiones obtenidas en ese grupo de trabajo ha surgido la guía práctica La empresa digital: pasar de la experimentación a la transformación que, publicada el pasado septiembre, ha reunido las experiencias de transformación digital que han tenido éxito y cuáles de las decisiones adoptadas han sido las acertadas. Una transformación que, según los datos recogidos en el proyecto, generalmente se limita a las dos primeras fases del ciclo que es necesario para llevar a cabo ese cambio; se generan ideas y se prueban, pero no se alcanza la última etapa, consistente en convertir esa experimentación en nuevas formas de trabajo.
Entre las conclusiones obtenidas en este grupo de trabajo se puso de manifiesto que las empresas que hacen presupuestos al comienzo de cada ejercicio solo con vistas a un año, sin una previsión de futuro más amplia en la que se tenga en cuenta que el ritmo apresurado de cambio tecnológico actual será mucho mayor en el futuro, están destinadas a estancarse. También quedó patente que la planificación tradicional resta flexibilidad a las empresas y dificulta su toma de decisiones para evolucionar adecuadamente, por lo que hay que hacer previsiones más amplias hasta de diez años. Son proyecciones a futuro con una gran incertidumbre, pero que proporcionan a las compañías un enfoque estructural que les permitirá variar el rumbo en función de las transformaciones tecnológicas que se vayan produciendo.
En el grupo de trabajo del FEM quedó claro también que los ejecutivos destinados a tomar las decisiones acerca de la transformación digital de sus empresas han de tener un nuevo enfoque en las estrategias que aborden esos planes de cambio tecnológico.
Más empresas de sanidad
Ese fracaso en el proceso tecnológico de las empresas no ha sido la consecuencia directa del incremento de la mortandad empresarial acaecida en España en los primeros diez meses de este año, que ha conocido 3.903 procesos concursales, un 4,11% más que en el mismo periodo de 2017 (3.749), si bien ha descendido un 7,47% el número de disoluciones de empresas, que hasta octubre de 2018 fue de 20.991, mientras que en 2017 fue de 22.686.
El Estudio sobre Demografía Empresarial publicado por Informa aporta también datos sobre la creación de nuevas sociedades, que en los diez primeros meses de este año ha alcanzado la cifra de 80.896, un 0,21% más que en 2017, cuando se crearon 80.727. El sector de la sanidad ha aportado 1.779 nuevas sociedades, un 6,78% más que en 2017 (1.666), para lo que fueron necesarias unas inversiones de 35,2 millones de euros, un 31,11% más que los 26,8 millones de euros invertidos en 2017.
José Luis del Moral
