Introducción
Para poder colocar implantes en el maxilar posterior, la atrofia de los rebordes alveolares nos obliga a menudo a recurrir a la técnica del sinus-lift. Esta técnica, también llamada de injerto subantral, se viene realizando desde hace 30 años y es probablemente una de las mejor documentadas en Implantología Oral. En efecto, desde mediados de los 90, numerosos estudios clínicos han confirmado su predictabilidad. Las revisiones sistemáticas ofrecen tasas de supervivencia a largo plazo de los implantes colocados tras el aumento de seno superiores al 90% (1-7).
Sin embargo, este tipo de cirugía es «sensible a la técnica», y el aumento sinusal no está exento de complicaciones (8, 9). Entre otras, se han reportado lesiones nerviosas, complicaciones hemorrágicas, infección aguda o crónica con posible pérdida del injerto, apertura de la herida quirúrgica y potencialmente comunicación buco-sinusal, o incapacidad de conseguir estabilidad primaria de los implantes y su posible migración al seno, etc.
Pero la complicación intra-quirúrgica más frecuente es sin duda la perforación de la membrana de Schneider. La incidencia media de esta perforación en el acto operatorio se sitúa entre el 25-30% de los casos (10). Así pues, debemos esperar que se nos perfore la membrana en uno de cada cuatro sinus-lift que emprendamos. Dada su alta frecuencia, es importante conocer:
Las circunstancias en que se presentan estas perforaciones.
Su significado clínico real.
Y los posibles abordajes de que se dispone para su reparación.
De todo esto va a tratar el presente trabajo.