Para la preparación del esmalte en selladores de fosas y fisuras
Introducción
Actualmente, y a pesar de todos los avances en el campo de la Odontología, la caries dental sigue siendo la enfermedad crónica más frecuente en la infancia a nivel mundial (1-4). La caries dental es una enfermedad infecciosa de origen microbiano, localizada en los tejidos duros dentarios, iniciada con una desmineralización del esmalte por ácidos orgánicos producidos por bacterias orales específicas que metabolizan a los hidratos de carbono de la dieta (2, 4-8).
En el gabinete dental se hace primordial la determinación del diagnóstico de caries de manera individualizada para cada paciente, con el objetivo de aplicar qué métodos preventivos son los más indicados para cada caso (3, 9). Hoy en día el control de la enfermedad mediante el establecimiento de estrategias preventivas individualizadas supone uno de los desafíos más importantes para la mayoría de los odontopediatras en su práctica clínica diaria (2, 5, 10-13).
Entre las diferentes estrategias preventivas, destacamos los selladores de fosas y fisuras que constituyen un tratamiento seguro y efectivo en la prevención de la caries dental, mediante el establecimiento de una barrera física en las superficies oclusales que pretenden evitar el intercambio metabólico entre los microorganismos de las fisuras y el ambiente oral, además de prevenir el crecimiento bacteriano y la consecuente formación de lesiones caries en estas zonas (10, 11, 14-16).