Los implantes postextracción son insertados en el mismo acto quirúrgico en el cual se realiza la extracción dental. Esta técnica es cada vez más empleada, pues está demostrado que tiene buenos resultados de supervivencia con reducción del tiempo global de tratamiento.
Después de una extracción dentaria se desencadena un proceso biológico de regeneración ósea que se divide en diversos estadios (1-3). Durante estos, se producen cambios cualitativos en el proceso alveolar, el cual, transcurrido un tiempo, hace que se forme tejido óseo cortical en la zona más coronal de la cresta, mientras que en el interior del alveolo el tejido óseo inmaduro es reemplazado, de forma gradual, por médula ósea y por trabéculas óseas con estructura laminar (4).
Tras la extracción dental, independientemente de si se coloca o no un implante inmediato, el alveolo sufre el colapso de gran parte de su cortical vestibular (5-7).
La colocación de implantes postextracción fue llevada a cabo, por primera vez, a finales de los años 70 (Schulte & Heimke 1976), como alternativa al protocolo clásico de cirugía de implantes dentales descrito por Branemark.