Dr. Julio Acero Sanz, Presidente de la IAOMS (Sociedad Mundial de Cirugía Oral y Maxilofacial)
Renovar la estructura de la organización y potenciar la formación de postgrado son dos de los objetivos del Dr. Julio Acero al frente de la Sociedad Mundial de Cirugía Oral y Maxilofacial (IAOMS). Se trata del primer español en ocupar este cargo, un claro reconocimiento a un brillante currículo repleto de logros profesionales.
—Tomó posesión como presidente de la IAOMS, la organización de referencia mundial en el campo de la Cirugía Oral y Maxilofacial, hace escasos meses. Es usted el primer español en ocupar este cargo. ¿No da un poco de vértigo?
—Desde el 1 de enero de este año, tras haber sido dos años presidente electo, ocupo la presidencia de la IAOMS, cargo en el que estaré dos años. Asumirlo lógicamente es un motivo de orgullo, pero también un compromiso y una responsabilidad importante. Eso sí, me siento motivado para hacerlo lo mejor posible.
—¿Cuáles son las líneas de trabajo que ha emprendido al frente de la IAOMS?
—Estamos haciendo una renovación importante en la estructura de la sociedad, desde el punto de vista organizativo y de nuevos proyectos científicos. En las sociedades en las que estoy, me gusta dejar un poquito de huella y desarrollar nuevas actividades.
Tenemos nuestro cuartel general en Chicago y ya me he desplazado hasta allí en varias ocasiones, además de estar potenciando la comunicación electrónica porque queremos dar mucha importancia a la relación con los miembros. Pensamos que un problema que padecen algunas sociedades nacionales e internacionales es que muchas veces miran hacia sí mismas y no hacia los miembros. Mi propósito es que estos sientan que la sociedad son ellos y para ello hemos renovado un poco la estructura, desarrollando el área de comunicación. Así, se envían comunicaciones a los miembros de forma periódica y contamos con el boletín «Face to face» de gran calidad que dirige un español, el Dr. Javier González Lagunas de Barcelona, y que está funcionando muy bien.
Por otro lado, estamos potenciando la formación de postgrado, desarrollando programas internaciones en Latinoamérica o Sri Lanka y emprendiendo nuevos proyectos para comenzar en Asia (ya aprobado en Birmania).
Asimismo, estamos intentando promover becas de formación. La sociedad internacional ofrece vacantes de formación postgraduada en China e India para que colegas jóvenes de países poco desarrollados estén un año aprendiendo allí con los gastos cubiertos.
Otro proyecto educativo muy interesante totalmente nuevo consiste en realizar simposios internacionales en diferentes continentes para que los socios hagan actividades complementarias a los congresos y de máximo nivel. El primero lo acabamos de celebrar en Colombia, en colaboración con la Sociedad Latinoamericana de Cirugía Oral y Maxilofacial.
—¿Cómo ha sido el camino hasta llegar donde está? Organizar su agenda no debe ser una tarea sencilla.
—Llevo muchos años dedicado a la actividad profesional internacional, algo que nunca busqué, sino que ha sido el discurrir fluido de mi evolución profesional. Desde joven, cuando era residente en el Hospital Ramón y Cajal, iba a los congresos y mis jefes me iban incorporando a la actividad científica. Después, ya como especialista, en el Hospital Gregorio Marañón accedí a la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), y como los compañeros veían mi interés me iban llevando por ese camino. Llegué a la presidencia de la sociedad española, me nombraron representante de la sociedad europea y a nivel internacional… Todo ha sido como un discurrir, compatibilizándolo siempre con la actividad clínica, que en mi caso es súper intensa. Volví al Ramón y Cajal, ya como jefe de servicio, e inicié también actividad privada en el Hospital Universitario Quirón. Todo es compatible si nos entregamos a nuestra tarea con dedicación y entusiasmo y además tengo el orgullo de tener magníficos equipos trabajando siempre al máximo nivel.
Todo lo he podido compaginar con la actividad educativa en la universidad española. Soy miembro del departamento de Cirugía en la Universidad de Alcalá. Lógicamente con tantas cosas se le quita tiempo a la familia, pero el que les dedico es intenso. Podemos decir que la intensidad define mi vida tanto a nivel clínico como existencial.
Aunque me gusta estar en los sitios personalmente, trato de limitar mis viajes. A modo de anécdota, mis compañeros me dicen que si tengo algún doble por ahí para poder atender todos mis compromisos. Yo soy de los que piensan que «si queremos casi siempre podemos».
—¿Es la Cirugía Oral y Maxilofacial una especialidad lo suficientemente reconocida en España?
—En España sí que es una especialidad bien reconocida. Quisiera aprovechar esta ocasión para agradecer a todos los que nos han precedido y han contribuido a reconocer la especialidad que, actualmente, tiene una buena salud y un nivel homologable al de los mejores países. No obstante, tenemos aún problemas, que no van tanto por el nivel científico y técnico, que es de los mejores del mundo, como por la implantación o la formación.
Hay zonas geográficas donde la especialidad no está bien cubierta –en el libro blanco editado recientemente por la SECOM se pone de relieve la inexistencia de servicios de Cirugía Oral y Maxilofacial en hospitales públicos de algunas provincias españolas– y otro gran reto es la organización de la formación previa a la consecución del título. La mayoría de los especialistas somos doble titulados –odontólogos o estomatólogos y cirujanos– y estamos intentando recuperar este tipo de formación.
—A este respecto, el libro blanco de la SECOM revela también que la rama tiene una presencia irregular en los planes de estudio de las licenciaturas de Medicina y Odontología, lo que causa desconocimiento de la especialidad entre los profesionales médicos.
—Especialmente en Medicina en muchas áreas no está incluida. A nivel personal he luchado para que se implantara en más universidades. En la Universidad de Alcalá y en la Universidad Europea se está ya impartiendo en Medicina. Hay en centros en los que está muy desarrollada como en la Universidad Complutense de Madrid, pero en otras es un problema. Mi opinión coincide totalmente con lo que se recoge en el libro blanco de la sociedad nacional.
—No obstante, existen muchas diferencias dentro de la rama a nivel mundial. ¿Qué modelos nos podemos encontrar?
—Uno de los problemas de la especialidad a nivel mundial es este, la gran variedad de modelos que existen en los países, algo que muchas veces está relacionado con la formación básica previa a la de especialista, lo que sucede, por ejemplo, en España. Hay modelos diferentes en muchas áreas del mundo y dentro de un continente también existen variedades.
Hay países que tienen el máximo desarrollo con una formación básica médica y dental y donde se practican todos los ámbitos de las especialidad desde la cirugía oral hasta la cirugía de base de cráneo oncológica. Asimismo, tenemos que comprender que el desarrollo económico también influye mucho en el desarrollo de cualquier especialidad quirúrgica. En países poco desarrollados, que es uno de los puntos donde la sociedad internacional ejerce su labor educativa, intentamos ayudar y promocionar la especialidad pues no tienen los suficientes medios económicos como para realizar tratamientos al máximo nivel.
Se pueden impartir conocimientos pero, a veces, es complicado ponerlos en práctica cuando se necesita tecnología muy sofisticada, por ejemplo, la que se emplea en la cirugía reconstructiva oncológica.
—Entonces, es imposible dar uniformidad a tal diversidad. ¿Sería esto lo deseable?
—Estos grandes temas los tenemos que mover estratégicamente pensando en objetivos a muy largo plazo. La armonización no podemos alcanzarla en un año solo cambiando normas. Si yo miro cómo estaban las especialidades a nivel mundial hace treinta años a como están ahora hay variabilidad, pero hay más convergencia de la que había entonces. Gran parte de esto se produce gracias a la educación. Si se van impartiendo contenidos similares en diferentes áreas, esto a su vez, estimula, incluso a los cirujanos que no pueden ejecutar determinados tratamientos. Al menos así saben cuál es el estándar de referencia al que tienen que tender.
—Pero conseguir una armonización será clave para garantizar la movilidad internacional del profesional.
—La globalización efectivamente es un tema que afecta o involucra a todos los campos de actividad y tienes la responsabilidad de colaborar en ella. Pero, una cosa es globalizar los contenidos educativos y otra son las oportunidades de circulación de los profesionales. Y en esto sí que tiene que ver mucho con el reconocimiento de los títulos. Dentro de Europa se ha avanzado bastante, pero a nivel de otros continentetes es todo más difuso, dependiendo generalmente de las legislaciones de cada Estado. Personalmente, por ejemplo, he promovido a europeos que han sido contratados en Hong-Kong o en Oriente Medio con títulos reconocidos.
Hay países donde la formación no está tan bien estructurada, por lo que se ha desarrollado un Board Internacional en Cirugía Oral y Maxilofacial con el fin de promover la acreditación internacional de la formación de los especialistas, otra novedad en la sociedad mundial. El año pasado se celebró el primer examen; se ha creado un comité que es independiente, para que no haya interferencias de nuestra sociedad, pero sí está promovido por ella.
Se ha realizado ya un examen en Japón y va a haber otro en La India, para que haya una referencia internacional objetiva que garantice que cada persona que ha pasado por ese examen cumpla con unos mínimos.
—Desde que usted emprendió su carrera, ¿cómo ha visto evolucionar el campo de la Cirugía Oral y Maxilofacial? ¿Cuáles son los campos en los que más se está investigando y avanzando?
—Es una de las especialidades que más ha evolucionado. La revolución digital ha sido determinante. Estamos trabajando mucho con tecnologías digitales en reconstrucción tridimensional, planificación virtual, cirugía virtual, preparación de guías 3D para reconstrucciones y deformidades, etc.
Otro campo que se ha desarrollado mucho es la reconstrucción con trasplantes microvasculares de tejidos, que ha sido un boom en los 80 y que hoy día es el estándar de los servicios de Cirugía Maxilofacial para reconstruir los tejidos perdidos por tumores o por accidentes con colgajos. Otras áreas de desarrollo son los biomateriales, la ingeniería genética y tisular, etc.
—¿Qué área se vislumbra como más prometedora dentro de la Cirugía Oral y Maxilofacial?
—Si somos capaces de regenerar tejidos con ingeniería tisular, o de realizar tratamientos según las bases genéticas del cáncer, hablaríamos de avances importantísimos. Se están buscando también nuevos tratamientos basados en la inmunoterapia y en otros con medicamentos en lugar de cirugía. Habría quizás que centrarnos en otras áreas como las malformaciones, la estética, la reconstrucción, la rehabilitación o los implantes, campo este último que se ha desarrollado mucho en los últimos años.
Carrera profesional
El Dr. Julio Acero Sanz es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Estomatología por la Universidad Complutense de Madrid. Llevó a cabo su especialización en Cirugía Oral y Maxilofacial (MIR) en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía con mención Cum Laude por la Universidad Autónoma de Madrid.
El Dr. Acero además es Fellow of the European Board of Oral and Maxillofacial Surgery y Fellow Ad eundem Royal College of Surgeons of England, además de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Iasi (Rumanía) y Profesor Invitado de diversas Universidades extranjeras.
Además es Jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y del Hospital Universitario Quirón Madrid.
En el ámbito universitario, es profesor asociado de Cirugía en la Universidad de Alcalá de Henares y profesor asociado de Medicina en la Universidad Europea de Madrid.
El Dr. Acero es autor de múltiples publicaciones y ponencias de congresos nacionales e internacionales, y miembro activo o de Honor de diversas sociedades científicas de carácter nacional e internacional.
Es imposible que la especialidad se desarrolle sin el doble grado. Debe terminar el querer unir lo imposible, la base de solo el grado dental es una muralla en que se detiene la especialidad. IAOMS ha tomado el camino equivocado. El único camino es hacer obligatorio el doble grado a nivel mundial.