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«Los estudiantes tenemos un poder del que no somos conscientes: en nuestras manos está el futuro de la Odontología»

Álvaro Negrillo, Presidente de ANEO (Federación Nacional de Estudiantes de Odontología)

Álvaro Negrillo afronta su último curso de carrera con una gran responsabilidad: representar a los estudiantes de Odontología españoles ante un panorama nada halagüeño. Conseguir la aplicación del númerus clausus en el acceso al Grado, contar con las especialidades oficiales para luchar en igualdad de oportunidades con el resto de colegas europeos y dar uniformidad a los planes de estudio de la carrera en toda España serían, a su juicio, los tres pilares básicos para dibujar un escenario formativo ideal en el ámbito nacional.

—Desde el mes de julio de 2015, ocupa la presidencia de ANEO. ¿Qué objetivos aspira alcanzar al frente de la Federación?
—Nuestro principal propósito es darnos a conocer entre los estudiantes a los que representamos. ANEO es mucho más que un colectivo de estudiantes. Gracias al trabajo que se labró tiempo atrás, disponemos de un gran abanico de herramientas que nos ayudan a defender nuestros intereses o satisfacer las necesidades de cualquier estudiante.

El colectivo al que representamos tiende a pensar que no se les tiene en cuenta, pero la realidad es otra: gracias a las iniciativas y al apoyo de empresas y sociedades tenemos voz y voto en numerosos aspectos que nos repercuten; y esto es algo que queremos difundir a todo aquel estudiante que no sepa de nuestra existencia.

Los estudiantes tenemos un poder del que no somos conscientes: en nuestras manos sostenemos el futuro de la disciplina. Las sociedades y organismos vinculados a la Odontología son conscientes de nuestra importancia. Desde ANEO queremos agradecerles que se vuelquen con nosotros pues sin ellos nuestros objetivos y aspiraciones no serían ni la mitad de ambiciosos de lo que lo son en la actualidad. Confiamos siempre en poder ser merecedores de la oportunidad que nos brindan y estar a la altura de la ayuda que nos ofrecen.

—Desde la Federación estudiantil, ¿cuáles son sus principales reivindicaciones?
—La principal es lograr una conciencia general acerca de la situación actual que vive la profesión. La plétora profesional en España es una realidad que obliga a los estudiantes a valorar, por un lado, la opción de emigrar para encontrar un futuro decente o, por otro, quedarse aquí con la incertidumbre de si encontrarán un empleo a la altura de sus expectativas y formación profesional. Lo que nos mueve es facilitar el mismo número de oportunidades a todos los alumnos en el territorio nacional.

—¿Cuántos miembros componen ANEO y qué actividades se impulsan desde la Federación?
—ANEO se compone, actualmente, por los representantes de las universidades de Santiago de Compostela, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Salamanca, Granada, Complutense de Madrid y Rey Juan Carlos; aunque la familia sigue aumentando debido a que cada vez hay más estudiantes interesados en la Federación –como los procedentes de Murcia o Valladolid– y sus inquietudes son mayores. Desde ANEO continuaremos con aquellas actividades que conocemos bien, intentando, al mismo tiempo, llevarlas a un nivel superior para poder continuar con la línea ascendente que experimentamos año tras año. Por mencionar algunas, podemos destacar la revista oficial (disponible gratuitamente en nuestra web), los talleres de higiene bucodental regionales, las jornadas invernales y, en especial, nuestro congreso que este año se celebrará en Barcelona, coincidiendo con la nueva edición de la EDSA (European Dental Students Association). Nosotros nos encargaremos de coordinar este evento, lo que aumentará exponencialmente la asistencia e interés a nivel internacional. Además, tenemos en mente nuevas actividades como concursos de higiene bucodental, orientados a los más pequeños, en colaboración con la Asociación Dibujando Sonrisas Sanas, para mejorar la educación en salud bucodental de las generaciones más jóvenes de la población.

—¿Por qué decidió involucrarse en ANEO?
—Mi compañera Ana Torres Moneu –antigua representante de la Universidad Complutense de Madrid en ANEO– me ofreció la posibilidad de conocer la federación y saber un poco más acerca de sus actividades. En mi tercer curso de la carrera –hace ya dos años– me animé a involucrarme más en el proyecto y en las acciones que se llevaban a cabo bajo la presidencia de Teresa Román, mi antecesora en el cargo. Conocer desde dentro ANEO me animó a involucrarme más, tanto que decidí tomar las riendas apoyado en la confianza que la anterior presidenta me brindó y en la convicción de mis compañeros al plantear nuevos horizontes.

—En la mayoría de los casos, el presidente de ANEO ocupa el cargo cuando llega al último curso, ¿resulta operativo? ¿No sería más efectivo estar un par de años para sacar adelante los proyectos?
—La presidencia normalmente se toma en los cursos más avanzados ya que está directamente relacionada con la experiencia que se tiene dentro de ANEO. En este caso, el cargo ha coincidido con mi último curso y eso me compromete a constituir una buena base con los proyectos que tenemos en mente para que, de este modo, los compañeros que tomen el relevo puedan continuar en el mismo camino que ahora pretendemos. Por eso, cuando tuve que constituir una nueva ejecutiva, me aseguré de que la misma fuese cómplice de todo lo que llevemos a cabo y así lograr la continuidad que necesitamos. Estoy muy contento con mi equipo ejecutivo pues representa el sustrato necesario para estar tranquilo en lo que al futuro se refiere.

Álvaro Negrillo conversando con José Luis del Moral, director de GACETA DENTAL.
Álvaro Negrillo conversando con José Luis del Moral, director de GACETA DENTAL.

—Desde hace tiempo se habla de plétora y en consecuencia de desempleo en el sector dental, algo inimaginable hace algunos años. Cuando empezó usted la carrera la crisis era una realidad y el sector se veía que iba a sufrir lo suyo. ¿Por qué decidió, a pesar de todo, decantarse por la Odontología?
—Cuando entras en la universidad sólo atiendes al impulso que te lleva a la formación de una disciplina en la que te gustaría trabajar el resto de tu vida. Cuando llegas a la facultad, descubres que el nuevo alumno, salvo algunas excepciones, desconoce la verdadera situación de la Odontología. El reto se plantea cuando decides continuar en una disciplina que, sorpresivamente, está más dañada de lo que se considera. La percepción de los que no están involucrados en el sector no es acorde con la realidad que vivimos y aquí, probablemente, es donde residan los principales prejuicios que hoy estamos pagando. La población no termina de comprender nuestras peticiones pues, desde su punto de vista, la Odontología sigue siendo sinónimo de «dinero»; es un estigma que arrastramos erróneamente y considero que, en ocasiones, es una limitación a la hora de exponer la precariedad en nuestra profesión.

Por eso los organismos responsables de propiciar el cambio deben ver más allá de los tópicos y tomar conciencia de las necesidades de un sector cada vez más deteriorado. A pesar de las dificultades, sigo en Odontología porque confiamos en la posibilidad de un cambio y en la viabilidad de devolver la dignidad a la profesión.

—¿El númerus clausus en Odontología es más utopía que realidad?
—Después de tanta insistencia y trabajo, el hecho de no haberlo conseguido aún puede hacerlo ver como una utopía que no se alcanzará a corto plazo, pero desde ANEO no cejamos en nuestro interés de que se implante, no sólo por nuestro futuro, sino por el de las futuras generaciones que se enfrentan a un panorama cada vez más exigente.

Este asunto comienza a ser un problema de interés internacional ya que hay países que ven a España como el agujero de entrada para todos aquellos estudiantes que se vieron limitados por el númerus clausus de su país. Esta plétora profesional, cada vez más acentuada, necesita solución, algo que comienza a ser una petición global que esperamos sea escuchada y comprendida por los organismos responsables.

Es necesario hacer un ejercicio de reflexión: nuestras peticiones no sólo se basan en el prejuicio para el odontólogo sino que también se busca proteger al paciente frente a las malas praxis que puede conllevar la precariedad en nuestra futura profesión.

—¿Viven con preocupación sus compañeros de aula la situación actual de la profesión?
—Ningún compañero puede hacer caso omiso a la situación actual del mercado laboral. Lamentablemente, muchos compañeros se ven obligados a buscar salidas fuera del país y los que no se han de conformar con una situación precaria en la que el mejor sueldo es la experiencia adquirida con la práctica tras terminar la universidad.

—Haciendo un ejercicio de imaginación ¿cómo se ve, profesionalmente hablando, dentro de tres años?
—Las posibles salidas son muy variadas y todas atrayentes aunque, en un futuro, no me disgustaría dedicarme a la investigación. No es una salida de la que se pueda vivir exclusivamente (al menos a corto plazo), pero sí me gustaría pensar que es algo que puedo alternar con mi actividad clínica una vez me haya asentado como profesional. Sin embargo, de momento, prefiero aprovechar el margen del último año que me queda para poder decantarme por una u otra vía.

—¿Es cómo le gustaría verse o es un aceptar las circunstancias?
—Obviamente es un compendio de ambos factores, aunque influyen otros tantos. La opción de una formación de postgrado no está al alcance de mis posibilidades, aunque una salida profesional inmediata no me desagrada pues la experiencia es fundamental en la carrera de cualquier profesional. Una vez activo, podré ahorrar para después optar a cursar algún tipo de especialización sobre la que desarrolle mi vida profesional.

—¿Qué desea para usted y para sus compañeros, a los que representa, de cara al futuro?
—Lo único que deseo para mis compañeros es un mayor abanico de oportunidades del que se nos presenta a nosotros. Si estamos trabajando desde todas las facultades de España es porque sentimos la inquietud y la necesidad de allanar el terreno en el presente para entregar un testigo a las próximas generaciones de dentistas del cual podamos sentirnos satisfechos.

—¿Se plantea ejercer la profesión fuera de España? Y puestos a elegir, ¿qué países ofrecen mejores condiciones a los profesionales? ¿Qué le cuentan quienes han decidido hacer las maletas?
—Ahora mismo es una opción que se contempla por todo estudiante, al menos, durante un período de tiempo debido al panorama nacional a día de hoy. Los países que más españoles están recibiendo, por la experiencia que compartimos con compañeros que se han ido, son Francia, Alemania, Reino Unido y Holanda, entre otros. El idioma es un factor significativo y en países nórdicos, si bien existe la demanda de profesionales, la formación se imparte en su idioma oficial, lo que supone una importante limitación.

—¿Cree que las especialidades oficiales en Odontología serán una realidad en España o es la historia de nunca acabar? ¿Por qué cree que no se dan pasos más en firme en este terreno?
—Sí creo que son posibles, más aún tras los esfuerzos que está llevando a cabo el Consejo de Dentistas, ANEO, la Conferencia de Decanos y las sociedades científicas. Sabemos que es un proceso laborioso que implica un cambio desde las bases de la educación universitaria; hecho que muchas veces hemos de asumir como lento y laborioso. Con las especialidades oficiales el profesional de la Odontología española será más competitivo en el campo internacional, aunque sigue siendo necesario el apoyo del mayor número posible de profesionales y entidades.

En el futuro, Álvaro Negrillo no descarta dedicarse a la investigación.
En el futuro, Álvaro Negrillo no descarta dedicarse a la investigación.

—¿Cómo es, en su opinión, la formación de postgrado que se ofrece dentro del panorama formativo odontológico en España?
—La formación actual es, desde mi punto de vista, demasiado variada y específica. Parece haber una afición mayúscula en segmentar la formación de postgrado con un resultado que ofrece una doble lectura: por un lado, se favorece la especialización en un campo, pero, por otro lado, se relega a un segundo plano una formación más completa y general dentro de la disciplina que se ha escogido.

Otro de los problemas que plantea esta formación es que, a pesar de ser muy competente, sigue sin ser reconocida oficialmente en el panorama internacional; por lo que al odontólogo español se le forma a un alto nivel, pero en una clara desventaja frente a estudiantes que realizan una formación equivalente en un país vecino. Dentro de la UE, recordemos que solo Luxemburgo y España no tienen reconocidas las especialidades oficiales.

—¿Se trata de una formación asequible para todos los bolsillos?
—Objetivamente no creo que sea asequible para todos los bolsillos. No quiero juzgar la cuantía de la formación pues pretendo confiar en que los precios son estipulados en base al coste que genera la formación del alumno y no a otros intereses.

—Si tuviera que dibujar un escenario formativo perfecto en el campo odontológico para España, ¿qué elementos tendría?
—Podría resumirlo en tres pilares fundamentales: númerus clausus, especialidades oficiales y uniformidad en planes de estudios.

Ya se ha hablado demasiado de los dos puntos anteriores y creo que la necesidad de su implantación es mayúscula y está bien argumentada, pero también hay otro aspecto importante que es importante abordar y que lo ignoran muchos profesionales. A pesar de que las universidades sigan un modelo estipulado por la UE denominado «Bolonia», es llamativa la heterogeneidad en los planes de estudio de los grados de Odontología que se imparten en las facultades españolas, siendo, teóricamente, el mismo. Desde ANEO estamos trabajando en este aspecto con cambios paulatinos pero, aún así, sigue siendo necesario el esfuerzo de estudiantes y entidades educativas para asegurar la igualdad de oportunidades a todos los estudiantes del país.

—Además de la formación de Grado o de postgrado, se ve mucho rostro joven en los congresos y cursos organizados por colegios y sociedades. ¿Qué aportan al estudiante o recién titulado estas citas científicas?
—La formación es una necesidad para las nuevas generaciones de odontólogos. La tendencia creciente es que el alumno de Odontología se preocupe por ser más competente, profesional y perfeccionista pues es consciente de que es la única vía a seguir en un entorno exigente.

La Odontología se está convirtiendo en una disciplina cada vez más rigurosa, lo que nos obliga a complementar nuestra formación profesional con la asistencia a este tipo de citas que suelen ofrecer, además, descuentos sustanciosos a los estudiantes.

Más personal

–Nacido en… Madrid
–Estado civil… Soltero
–Aficiones… Lectura, música, deportes y gastronomía.
–Deportes… Baloncesto y fútbol sobre todo, aunque este último lo juegue horriblemente mal.
–Un libro… El sueño del celta de Mario Vargas Llosa.
–Una película… Memento.
–Un lugar… Mi casa.
–Música preferida… Todo tipo de buena música. No puedo decantarme por un género en concreto; tengo una lista de reproducción demasiado variada.
–Viajes en cartera… Granada y Barcelona (Asambleas de ANEO), Coimbra (Congreso de la EDSA) y Londres por ocio.

 

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