Dr. Eduardo Anitua, Director Científico de BTI (Biotechnology Institute)
El doctor Eduardo Anitua es uno de los máximos referentes de la profesión odontológica nacional e internacionalmente. Desde su Vitoria natal, dirige el BTI Biotechnology Institute, un centro de investigación en el que desarrolla su capacidad creativa y su pasión por la profesión. «Un privilegio que me divierte, me motiva y se retroalimenta», asegura. Hace unas semanas, nos trasladamos a las instalaciones de la compañía, donde pudimos comprobar, de primera mano, cómo trabaja el doctor Anitua y el equipo de más de trescientos profesionales que coordina.
—¿Desde el inicio de su carrera dentro de la profesión dental se interesó por la investigación?
—Como alumno de Medicina ya dedicaba parte de mi tiempo a la investigación. En la universidad vi que nuestro trabajo era básicamente docente y por eso decidimos crear una empresa cuyo ADN es la investigación. Tras 27 años de actividad, creo que somos pocas las compañías que podemos decir que seguimos invirtiendo el 100% de nuestros beneficios en I+D+i.
—¿A lo largo de estos casi 30 años de qué logro profesional se siente más orgulloso?
—Esto es como cuando a uno le preguntan sobre los hijos. No quiero más a uno que a otro, lo que sí es cierto es que hay áreas en las que hemos trabajado que han alcanzado una mayor repercusión. En Implantología oral, por ejemplo, somos de los que más hemos cambiado las cosas; hemos sido de los primeros en el mundo en desarrollar la cirugía piezoeléctrica; en cuestiones como la expansión de cresta, la aplicación de técnicas mínimamente invasivas en elevación de seno, la utilización de implantes extracortos o carga inmediata hemos sido pioneros… Además, somos de los pocos que tenemos trabajos con 12 y 15 años de seguimiento en clínica, trabajos avalados por más de 200 publicaciones científicas.
Si hablamos de diseño, hemos sido los primeros en desarrollar en el mundo una superficie bioactiva. Nuestra superficie UnicCa es el mayor avance en estos momentos en diseño de superficies. Asimismo, hemos desarrollado el sistema de implantes más versátil que existe actualmente en el mercado, que permite la adaptación del implante al hueso, no del paciente al sistema de implantes. Hemos sido la primera empresa en implantar un software de diagnóstico y planificación y en CAD/CAM tenemos patentes en cambios de angulación. Tenemos más de 40 patentes internacionales vivas.
—Lo que parece claro, doctor Anitua, es que ha habido un antes y un después en el sector dental con el boom de la Implantología.
—La Implantología introdujo un antes y un después en la programación de los planes de tratamiento. Recuerdo hace 20 años cuando presentabas tus planes de tratamiento basados en implantes y había gente que se oponía. Decían que no creían en la Implantología, como si se tratase de una religión, pero no es religión, es ciencia y se va consolidando.
La Implantología cambió la evolución de la Odontología, pero, desde mi punto de vista, no siempre para mejor debido a que en ocasiones se ha primado la rentabilidad por delante de la calidad, lo cual en mi opinión es un tremendo error que va a tener consecuencias muy negativas.
Raro es el día que no hago alguna cirugía de retratamientos en casos fracasados. Hoy en día se hacen tratamientos condenados al fracaso y la gente lo sabe. Recibo pacientes que vienen de otras clínicas y cuando hablas con éstas y les dices que manden la marca del implante que le han puesto, hay algunas que no tienen ni los registros sanitarios.
Esto no es ninguna tontería, estamos hablando de salud. Los componentes protésicos, los tornillos que se ponen… son todos productos sanitarios y todo tiene que tener una trazabilidad. Si esto no se hace, hablamos de un delito que influye directamente en la salud de las personas y parece lógico, por tanto, que para nosotros sea una gran responsabilidad.
—La periimplantitis, protagonista de su última obra, parece ser uno de los principales retos que debe superar la Implantología actual.
—La periimplantitis es una nueva enfermedad que ha ido apareciendo, y lo malo es que se está cultivando, incluso diría que conscientemente; todos sabemos que el conjunto implante-componente protésico tiene unos costes que son variables, pero hay niveles por debajo de los cuales se pone en riesgo la salud del paciente.
Antes se quitaban piezas de forma innecesaria. Había gente que no creía en la endodoncia, pero es que no sabían hacer endodoncia: quitaban un diente y se olvidaban del problema. Pero ahora hay gente que está poniendo implantes y realizando tratamientos con mínima predictibilidad y poca experiencia.
Es cierto que la periimplantitis no tiene un histórico tan amplio, pero ya es una realidad cada día más evidente. Para mí es más importante saber qué tratamientos son predecibles para que a un paciente que ha tenido una mala experiencia o un mal tratamiento no se le trate con otro igual de malo o peor.
—Las soluciones clínicas desarrolladas por su compañía como el plasma rico en factores de crecimiento –PRGF®-Endoret– también están encontrando aplicaciones en áreas distintas a la Odontología.
—Creo que es de las pocas veces en la historia de la Odontología que una técnica que se desarrolla en el área de la Cirugía Oral se traslada a campos como la Medicina deportiva, cirugía estética, oftalmología, cirugía general, torácica, cardiovascular o curación de heridas, entre otras.
Estas ramas son vasos comunicantes. Cuando tienes la oportunidad de entrar en otras áreas supone un plus de dedicación, pero hay pasión y una obligación ética y moral de seguir creciendo. Además, en mi caso todo esto me apasiona, trabajaría en BTI gratis…. Nuestra idea es crear el huerto para que puedan crecer todas las ideas en el área de la terapia regenerativa.
Esto ha salido de nuestras investigaciones y justifica muchas de las cosas que estamos haciendo y que da a nuestra empresa una gran relevancia. Hemos desarrollado un tratamiento para frenar el fotoenvejecimiento: infiltrando factores de crecimiento consigues regenerar la piel, lo mismo que las heridas que tardan en curar en pacientes diabéticos. Que muchos de los avances que hemos hecho en la Medicina Oral se hayan empleado en otros campos hace que miren con mucho más respeto la Odontología. Y lo más importante es que estamos curando pacientes.
Hemos desarrollado recientemente un colirio para las úlceras corneales y ojo seco. Todo el desarrollo de producto se ha hecho en nuestras instalaciones. Trabajamos con el top ten de la Oftalmología, el Instituto Fernández Vega, con el Bascom Palmer en Estados Unidos, con el centro de referencia en Inglaterra, etc. En definitiva, con los centros más relevantes del mundo. Con algunos contactamos nosotros y otros lo hicieron directamente.
Todos los equipos de primera división de disciplinas como baloncesto o fútbol y en tenis y atletismo están usando nuestras soluciones para tratar las lesiones musculares y tendinosas de sus jugadores.
Ahora nuestras patentes generan ingresos por todos los avances, se trata de nuestro mayor patrimonio y estamos encantados de reinvertirlo. Hemos tenido muchas ofertas, sobre todo del extranjero, pero nuestra idea es que todo esto se siga desarrollando en España.
—Todo esto se consigue con trabajo, ¿pero también con intuición o la capacidad de adelantarse a las necesidades futuras?
—La intuición solo aporta valor cuando se acompaña de trabajo y metodología. La visión sin trabajo no sirve. A muchas personas se le han podido ocurrir ideas como las nuestras, pero no las han desarrollado. No conozco a nadie que haya triunfado en la investigación y que no se haya dedicado a ella plenamente, pero sobre todo hay que tener un gran equipo. Cuando uno consigue rodearse de ese grupo de personas es cuando se alcanzan los logros.
—Dejando a un lado la investigación y volviendo a la clínica, de su discurso se puede comprobar el protagonismo que concede al paciente, precisamente ahora cuando muchos de sus colegas denuncian la pérdida de la visión humanista de la profesión.
—Llevo más de 30 años dedicado a la Odontología y la Cirugía Oral, y los de mi generación, cuando acabábamos la carrera, no nos preocupábamos de ganar dinero. El objetivo no era éste, sino curar pacientes. En estos momentos, ha entrado gente del bussines al sector como quien vende ventanas o lavadoras, ofreciendo tratamientos, los necesite el paciente o no. Ahora en algunas clínicas te regalan el diagnóstico. Y te pueden regalar el tratamiento, pero el diagnóstico no. Hay una enorme confusión en esto. No nos podemos olvidar que la Odontología y la Cirugía Oral son un trocito de la Medicina. Hay que tormárselas con su debido respeto.
Ramón Antín, uno de los grandes prostodoncistas fallecido recientemente, dijo hace tiempo: que venían tiempos muy difíciles y se refería a los pacientes. Creo que los pacientes nunca habían estado tan desamparados como lo están ahora.
Estos son momentos de crisis, y no sólo económica, también de valores. Éstas se han unido y hay que salir de las dos. En la económica parece que vamos cogiendo un camino, pero en la de valores también hay que encontrar una salida. Yo he tenido mucha gente joven que viene a aprender. Les das la oportunidad, pero no están dispuestos a hacer el esfuerzo por esta crisis de valores.
Nosotros estamos buscando excelentes profesionales para incorporarlos a la clínica y a los equipos de investigación. Prostodoncistas, periodoncistas que les guste la excelencia, odontólogos que les guste la investigación, pero con pasión, y ésta debe venir de casa. Nosotros podemos ayudar a crecer, pero donde no hay semilla es difícil que crezca algo.
—Ha habido ofertas para entrar en su compañía, pero ¿ha habido intentos de fichaje de la cabeza pensante para llevárselo a otros centros diciéndole: «Tú pide…»?
—Esa frase la he oído de gente de países árabes y europeos: «Dinos lo que quieres para montar esto en una capital europea». Pero creo que, aunque uno tenga acierto, no tiene por qué ser un motivo por el que te tengas que expatriar. Vitoria tiene sus limitaciones, pero es mi ciudad y es donde vive mi familia.
—Trabaja doce horas, cuando sale de casa es de noche, cuando vuelve a casa es de noche… Aparte de esta pasión por su trabajo, ¿tiene tiempo para disfrutar de su tiempo libre con su familia y amigos?
—La verdad es que tengo menos del que me gustaría. La vida es una permanente renuncia. Paso menos tiempo del deseable con mi familia y amigos, dedico menos tiempo del que quiero al deporte [estuvo a punto de dedicarse profesionalmente al esquí], pero todo ese tiempo se lo he arañado y lo he dedicado a la investigación. He reducido mi tiempo de ocio, pero así es la única manera de compartir esta dualidad y mantener la excelencia clínica e investigadora.
Currrículum del Dr. Eduardo Anitua
– Doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia.
– Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca.
– Especialidad en Estomatología por la Universidad del País Vasco.
– Director del programa de “Formación Continuada de Implantología y Rehabilitación Oral” de BTI .
– Diplomado en Prótesis y Oclusión por el Pankey Institute (Florida-USA).
– Miembro activo de más de 20 Sociedades Científicas nacionales e internacionales.
– Autor de más de 10 libros en distintas áreas de la Medicina. Autor de más de doscientos artículos en revistas nacionales y de ámbito internacional.
– Dictante de más de quinientos cursos y conferencias sobre Implantes, Prótesis y Estética Dental, en congresos nacionales e internacionales.
– Profesor invitado de universidades nacionales e internacionales.
– Presidente de la Fundación Eduardo Anitua.
– Director científico de BTI (Biotechnology Institute).
– Práctica privada dedicada a la Implantología y Rehabilitación Oral en Vitoria (España).