Presentamos el caso de una paciente de 50 años que acude por primera vez a nuestra consulta. No refiere dolor y demanda mejorar su estética. A pesar del motivo de la consulta, tiene unas expectativas realistas, se muestra muy colaboradora y asume en todo momento la dificultad que entraña el caso y el tiempo probable de tratamiento. Además, la paciente no presenta patología médica y no fuma.