Dr. Antonio Bowen, presidente de la Sociedad Española de Implantes (SEI)
Tras una etapa un tanto convulsa, las aguas parecen haber vuelto a su cauce en la Sociedad Española de Implantes (SEI). Su presidente, el Dr. Antonio Bowen y su equipo, trabajan desde hace cinco meses en una organización que, afirma, «hemos recogido en mal estado». Por delante, tres años y medio más de mandato –que, según sus palabras, será el único–, con un montón de proyectos sobre la mesa.
—Preside usted desde diciembre la Sociedad Española de Implantes (SEI) tras un proceso electoral y un arranque bastante convulsos debido al enfrentamiento con la otra candidatura que concurría a las urnas. ¿Podemos decir que ya están las aguas calmadas dentro de la SEI?
—Nuestro comienzo de legislatura no fue, ni mucho menos, tal y como lo habríamos deseado. Fuimos víctimas de una situación muy desagradable. El problema con la otra candidatura se genera al no ser aceptada su presentación a las elecciones por la mesa electoral, tras comprobar que, parte de sus candidatos, incumplían los Estatutos de la SEI, ya que tenían intereses comerciales y económicos en empresas del sector. En dicha decisión mi candidatura no tuvo la más mínima intervención, ya que no ocupaba ningún cargo en la Junta Electoral, sin embargo, nos tocó sufrir las consecuencias de una situación esperpéntica en la que algunos de los anteriores miembros fueron capaces de hacer cosas inimaginables para permanecer en el puesto.
Fue algo incomprensible y deprimente, pero, afortunadamente, la situación se encuentra totalmente normalizada y el caos que auguraron no se ha producido. La Sociedad está en plena normalidad funcional y estructural, trabajando a diario en el futuro de la institución.
—¿Entonces no se ha visto muy perjudicada la Sociedad por estos problemas internos?
—Evidentemente ni para la SEI ni para ningún profesional es agradable verse involucrado en constantes «dimes y diretes» y en una situación en la que se han producido roturas de puertas, desaparición de ordenadores y datos contables… entre otras cosas en las que nunca he querido ni debo entrar. Esto me ha servido para comprobar lo perjudicial que es para una asociación que sus dirigentes se perpetúen en los cargos, con la consiguiente necesidad de limitar la permanencia de los puestos en la Junta Directiva de la SEI a un máximo de dos legislaturas, en beneficio de todos.
Mi única tristeza es no haber podido terminar hasta ahora la auditoría prometida a los socios, pero, desgraciadamente, algunas personas de la anterior Junta nos siguen sin facilitar el acceso a ciertos datos bancarios que precisamos para comprobar el estado económico real de la Sociedad. Por lo demás, pasados los primeros momentos de caos, la respuesta está siendo muy positiva. Con gran satisfacción hemos leído correos y cartas de apoyo y ánimo que nos auguran lo mejor para esta nueva etapa. Hay tranquilidad y deseos de que las cosas cambien a mejor y evolucionen, y en eso estamos trabajando. Tenemos la suerte de contar con muchos socios que, con ganas e ilusión, colaboran en los proyectos actuales de la SEI. A todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento.
—¿Con qué talante han cogido usted y su equipo las riendas de la SEI?
—Hemos recogido una SEI en mal estado, necesitada de mucho trabajo e ilusión, porque requiere invertir muchas horas y esfuerzo para adaptarla a lo que debe ser una sociedad y a cómo debe funcionar.
Teníamos una SEI enfrentada, no sólo con particulares, sino también con instituciones y casas comerciales. Disponíamos de una sociedad que era consecuencia de una gestión personalizada y no institucional, cuando lo que debiera ser es todo lo contrario, es decir, una institución por encima de las personas que en cada momento la dirigen.
Ese es nuestro talante: pensar en el futuro de la institución, no en el personal, aplicar talento y hacer que, en esta legislatura, se puedan sentar las bases para un crecimiento real y sostenido de la SEI por ella misma, no por las personas que, temporalmente, la gestionamos. De ahí mi compromiso particular de dedicar sólo una legislatura al frente de la SEI; y el de la Junta Directiva de limitar el tiempo de los mandatos.
—En el tiempo que lleva al frente de la Sociedad, ¿qué acciones se han llevado a cabo?
—En estos cinco escasos meses de funcionamiento hemos completado la auditoría de gestión, reorganizado la secretaría de la Sociedad, recompuesto relaciones con casas comerciales, eliminado gastos suntuarios, creado la Biblioteca Virtual de la SEI y colaborado en múltiples cursos y eventos. Además, estamos organizando formaciones para el último trimestre de este año, así como el Congreso del próximo, y hemos comenzado la auditoría contable, a pesar de las trabas que han intentado ponernos.
En fin, ha sido un comienzo intenso. Para la última etapa del año intentaremos poner en marcha la revista de la SEI y presentar, en Asamblea, el proyecto de reforma estatutaria y los resultados de la auditoría contable de la Sociedad.
—En el número pasado de GACETA DENTAL nos hacíamos eco de un convenio firmado con el Colegio de Dentistas madrileño. ¿Nos puede concretar un poco más qué puntos incluye el mismo?
—Es un convenio marco de colaboración. La política del COEM ha sido la de firmar acuerdos con todas las sociedades científicas para colaborar en proyectos formativos e investigadores y facilitar, a la vez, a los miembros de instituciones y no residentes en el área de la I Región el acceso a las actividades formativas del COEM.
El Colegio de Dentistas de Madrid ofreció este acuerdo a la anterior Junta Directiva, pero no fue aceptado, lo que no acabamos de entender, ya que la oferta para los asociados de la SEI era importante y nada costosa, por lo que fue uno de los objetivos que nos marcamos en nuestra campaña electoral.
—¿Esta política de acuerdos con instituciones será seña de identidad de la actual Junta Directiva?
—Al iniciar nuestra andadura en la SEI nos hemos encontrado con un rechazo por parte de múltiples sociedades e instituciones. En estos meses estamos intentando rehacer las relaciones perdidas o los enfrentamientos que, inexplicablemente, habían surgido en los últimos tiempos.
Estamos dispuestos a entablar relaciones con asociaciones e instituciones que tengan intereses comunes con la SEI, y en esta dirección irá una parte significativa de nuestros esfuerzos.
—La formación de los asociados, según su programa, era un aspecto también prioritario para su equipo. ¿Cómo se materializará este propósito?
—Una de las partes más importantes de nuestro programa para esta legislatura es la de procurar una formación continuada asequible y de alto nivel para nuestros socios. Seguiremos con los congresos como el punto máximo de reunión y formación, acompañados por los simposios que organizaremos sobre temas específicos y cursos puntuales sobre temas de actualidad.
Mantendremos relaciones con otras sociedades para realizar cursos y jornadas de actualización de forma conjunta y seguiremos con nuestro programa de Formación Básica en Implantología, que permanecerá similar al que se realiza en la actualidad.
Procuraremos también ofrecer una formación internacional de alto nivel mediante acuerdos puntuales con universidades extranjeras. Y, por supuesto, buscaremos colaboración con las españolas para facilitar que nuestros socios puedan acceder a formaciones de la mano de los excelentes docentes e investigadores que tenemos en nuestro país.
—¿Podemos decir que el profesional que practica Implantología está bien formado en nuestro país?
—En general, el nivel profesional en España es muy bueno. De todas formas, debemos considerar que hay dos niveles de formación: por una parte, una Implantología general, a la que acceden una gran mayoría de profesionales; y una especializada, que requiere una mayor inversión formativa y que tiene un nivel superior. Creo que no tenemos nada que envidiar en cuanto a la formación postgraduada que se realiza en otros países. Podemos estar orgullosos de nuestros implantólogos y decir, sin duda alguna, que estamos en la cresta de la ola.
—Centrándonos en la Implantología, y en su evolución, nos decía, hace unos meses, que a día de hoy esta disciplina es el caballo de batalla sobre el que se está desarrollando la evolución mercantilista de la profesión. ¿Qué hará la SEI para rectificar esta situación?
—La situación es muy complicada, en efecto. La Implantología, como la Odontología en general, se está convirtiendo en un bien de consumo, con el terrible componente de mercantilismo que ello implica.
El hecho de que el ejercicio de una profesión conlleva un aspecto económico importante es innegable, pero ese no es el objetivo de la Implantología. Con la mercantilización de las profesiones prima el sentido económico y, entonces, son las leyes del mercado, basadas en la oferta y la demanda, las que rigen esa actividad, no el código deontológico de la profesión.
Cuando eso ocurre en una profesión sanitaria el riesgo es inmenso, tanto por la actividad en sí misma como por el efecto que ello produce en los que ya no son tratados como pacientes sino como meros consumidores –a los que ni siquiera se les considera usuarios–, y en los profesionales, que dejan de ser considerados como tales por el empleador y pasan a convertirse en productores.
Por eso, desde la SEI, tenemos pensado realizar campañas para concienciar a la población de qué es la Implantología: un tratamiento médico-rehabilitador, no un fin en sí mismo.
—Sobre su evolución en técnicas, productos, herramientas… ¿cuáles creen que han sido más revolucionarias y cuáles marcarán el futuro?
—Es complicado decirlo porque todo en Implantología es innovador, desde el concepto de osteointegración, las técnicas quirúrgicas, protésicas, radiológicas, informáticas, biológicas…, hasta la formación del implantólogo, la organización de la clínica, la economía de la misma, etcétera. La Implantología ha supuesto la mayor revolución de la Odontología en los últimos 25 años y ha cambiado la perspectiva de la salud bucodental y de la rehabilitación oral, suponiendo la evolución de las técnicas auxiliares y de la investigación odontológica y, lo más importante, mejorando la calidad de vida de las personas.
El futuro es incierto porque hay una Implantología que se desarrolla a dos velocidades: una básica, centrada en el concepto coste; y otra de muy alto nivel, que cuenta con todos los recursos. Desde el punto de vista tecnológico parece que el futuro puede pasar por la cirugía robótica y por la personalización de las prótesis y la caracterización de superficies bioactivas de los implantes.
—¿Qué le apasiona de este campo odontológico?
—Me apasiona todo. Desde el reto que supone el devolver una función a la boca del paciente, hasta conseguir su satisfacción y felicidad; desde el uso de las técnicas tradicionales, hasta el de la más alta tecnología; desde la intervención más sencilla, hasta el reto de las grandes cirugías; desde leer el artículo más básico, hasta los complejos trabajos de investigación… Me apasiona el hecho de que la Implantología sea una especialidad en constante evolución y mejora, y que sea la columna vertebral de la rehabilitación oral.
—Durante su mandato al frente de la SEI, ¿qué logros le gustaría conseguir?
—Me gustaría hacer que la SEI volviera a ocupar el puesto que le corresponde como la Sociedad decana de la Implantología en España y un referente a nivel internacional; que la renovación de ideas y personas fuera la norma de la Sociedad, y que retomara los lazos de fraternidad y amistad que la distinguieron desde sus inicios fundacionales.
Junta directiva de la SEI
Presidente: Dr. Antonio Bowen Antolín.
Vicepresidente: Dr. Juan Carlos Vara de La Fuente.
Secretario: Dr. Joaquín Carmona Rodríguez.
Tesorero: Dr. Rafael Gómez Font.
Vocales: Dres. Ignacio Corral Pazos de Provens, Francisco Carroquino, Alfonso González de Vega, Luis Martín Villa, José Guijarro de Pablos y Alberto Fernández Ruiz.
Perfil
El Dr. Antonio Bowen Antolín es Licenciado en Medicina y Cirugía y en Odontología, y doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es Fellow del Board Europeo de Cirugía Oral, especialista en Láser Médico (nivel 1º) por CEC y la Universidad de Barcelona, y Postgraduate en Implantología por UCLA. Es socio fundador de la Sociedad Española de Láser y Fototerapia en Odontología, vocal de su Junta Directiva y vocal de la Comisión Científica del COEM. Además, es miembro del Comité Científico de GACETA DENTAL.
Más personal
Nacido en… Madrid.
Estado civil… Casado.
Aficiones… Viajar, tecnología, cine, gastronomía, etc.
Deportes… Esquí y paddle.
Un libro… «Fleming», de André Maurois.
Una película… Las películas de James Bond.
Un lugar… Con nieve, Zermatt, y sin ella, Madrid y Nueva York.
Música preferida… Pop español.
Viajes en cartera… Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Islandia, Groenlandia y muchos más.