Estaba cantado. Ya se ha hecho oficial lo que se apuntaba como seguro desde hace meses: Juan Ignacio Rodríguez Ruiz repetirá al frente de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPES). Así, pues, el doctor Rodríguez –Nacho para propios y extraños– hará historia al convertirse en el primer presidente de esa sociedad científica que resulta reelegido, al no presentarse una candidatura alternativa a la encabezada por el dentista cántabro dentro del plazo reglamentario marcado en los estatutos para la recepción de propuestas de candidatos. La posible reelección de Nacho empezó a fraguarse ya en el mes de octubre de 2014 durante el 44 Congreso SEPES que se celebró en Málaga. En los pasillos del palacio de congresos malagueño se hablaba sin parar de que en la Asamblea ordinaria celebrada se había elogiado la buena gestión que estaba llevando a cabo el doctor Rodríguez Ruiz y que sería provechoso que se presentara a las próximas elecciones, lo que suponía romper la tradición no escrita pero sí efectiva de que la presidencia de SEPES solo se ejercía durante una legislatura. El 30 de mayo pasado se cerró el plazo de admisión de candidaturas con la presentación única de la encabezada por Nacho y conformada por la misma junta directiva que le ha acompañado en el último trienio. La designación de la nueva junta se llevará a cabo en la Asamblea General Ordinaria que celebrará SEPES el 9 de octubre de 2015 en el Nuevo Palacio de Congresos de Sevilla (FIBES), en el marco de la 45 Reunión anual de la sociedad.
Siempre son los mismos. Un comentario común en casi todos los congresos que se celebran es que siempre se ven las mismas caras entre los asistentes. Vamos, que son los mismos los que acuden a las reuniones profesionales en busca de formación para conocer los últimos avances y técnicas en el campo dental. Una apreciación que confirma el doctor José María Suárez Quintanilla en su editorial de la revista del Consejo del mes de junio. Dice el director de RCOE que «hasta un 30 por ciento de los dentistas más jóvenes, no vuelven a asistir a ninguno» de los cursos de formación continuada o congresos «tras obtener el Grado de Odontología». La falta de vocación, el desinterés o la falta de respeto a la profesión son algunos de los argumentos argüidos por el presidente del Colegio de Dentistas de A Coruña para intentar justificar esa actitud de los odontólogos más bisoños y extiende esta falta de profesionalidad a la adquisición, alquiler o consulta de libros o revistas científicas, con cifras de utilización de estos soportes que se mantienen en los mismos niveles de los años ochenta del pasado siglo. El «consumo de ciencia» por parte de los jóvenes profesionales disminuye, asegura el doctor Suárez Quintanilla, quien además apunta acertadamente que la profesión de dentista ha dejado de ser vocacional. No cabe duda que esa falta de vocación es un hecho, al menos en la misma proporción que lo era antes de que llegase la burbuja inflacionista de odontólogos.