Introducción
La erupción de los dientes permanentes forma parte de una compleja serie de acontecimientos controlados genéticamente. A través de estos fenómenos, un germen se desarrolla y el diente erupciona en la arcada en su posición funcional, según los tiempos establecidos.
Sin embargo, durante este proceso evolutivo, pueden ocurrir numerosos acontecimientos que pueden interferir en la erupción dentaria, provocando la inclusión, que es un cuadro clínico muy frecuente (1).
Los dientes incluidos son aquellos que no erupcionan y permanecen dentro del maxilar más allá de su edad de erupción normal, a pesar de tener la raíz completamente formada. Aunque algunos autores cuestionan la validez de la utilización del término «incluido» como el más apropiado para definir de manera genérica el tema que nos ocupa, usaremos este término, ya que en la literatura científica y en la práctica clínica se hace referencia a los «dientes incluidos» para referirse indistintamente a los dientes retenidos, impactados e incluidos.
La frecuencia relativa de inclusión varía de unos dientes a otros (Tabla 1), siendo los terceros molares inferiores los dientes incluidos con mayor frecuencia, seguidos de los caninos superiores (2).