Marina Lozano, experta en Antropología dental e investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES)
Marina Lozano, investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), ha colaborado con investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) en el descubrimiento de un homínido de más de 4.000 años de antigüedad con un molar de más en Atapuerca. Esta experta en Antropología dental nos cuenta los hábitos alimenticios del Neolítico y la incidencia que éstos tenían en la salud oral de las poblaciones de la época.
—¿Qué características y patologías bucodentales presentaba el individuo encontrado recientemente en Atapuerca?
—La principal característica es la presencia de un cuarto molar mandibular. Además, presentaba numerosas patologías bucodentales como caries en estado avanzado, abscesos, cálculo, exostosis alveolar, modificaciones en la oclusión por desgaste oclusal excesivo, patología temporomandibular y marcas del uso de palillos que utilizaban a modo de cepillo interproximal.
—¿Cómo era la salud bucodental en el Neolítico?
—La salud bucodental empeoró con respecto a épocas anteriores. A partir del Neolítico crece el porcentaje de caries dental, afectando a más individuos dentro de las poblaciones. La ausencia de tratamientos preventivos (higiene dental) y paliativos conllevaba, en muchos casos, la pérdida de las piezas dentales afectadas e infecciones que producían abscesos. La enfermedad periodontal también vio incrementada su incidencia. Por otro lado, se observa un mayor porcentaje de malposición dentaria y apiñamiento, principalmente de la dentición anterior.
—¿Qué costumbres alimenticias revelan estos restos?
—El Neolítico significó una etapa de cambio radical en la manera de conseguir el alimento. En el Paleolítico todos los alimentos se conseguían de la caza, pesca y recolección. De manera gradual, durante el Neolítico, los seres humanos fueron capaces de producir y empezaron a cultivar y a criar animales. Esto conllevó un cambio en la dieta centrada principalmente en cereales, muy ricos en carbohidratos, y en productos animales. La consecuencia fue el aumento de algunas patologías como la caries dental.
—¿Podemos saber, a partir de este descubrimiento, si se practicaba algún tipo de higiene bucodental?
—Las caries y el cálculo identificados en este individuo nos llevan a pensar que no se realizó ningún tipo de higiene bucodental. Sin embargo, en un molar superior hay marcas que indican que se usaba de manera habitual el palillo de dientes. Este hábito, ya identificado incluso en Homo habilis hace 1,8 millones de años, puede estar relacionado tanto con una rudimentaria higiene interdental, como con un simple hábito o como un intento de aliviar las molestias bucodentales por empaquetamiento alimenticio o por otras patologías identificadas.
—¿Dónde han sido encontrados exactamente estos restos humanos?
—Este individuo, que vivió hace unos 4.760-4.200 años, forma parte de un enterramiento colectivo de unos 22 individuos procedentes del yacimiento de la Cueva de El Mirador, en la Sierra de Atapuerca (Burgos).
—¿Quiénes han colaborado o forman parte de la investigación?
—Esta investigación es fruto de una estrecha colaboración entre la Facultad de Odontología de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) y el IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social). Además, se enmarca en el contexto de la tesis doctoral que está realizando Dolors Ceperuelo, la primera firmante del artículo publicado recientemente en el Journal of Comparative Human Biology.
—¿Por qué ha sido tan trascendente para la comunidad científica este descubrimiento?
—Es la primera vez que se identifica un cuarto molar en un individuo con esta antigüedad. Además, en la población actual la incidencia de este tipo de dientes supernumerarios es escasa, entre un 0,1 y un 3,4%, pero se desconoce cuál fue la incidencia en poblaciones pasadas.
—¿Qué tecnologías se han empleado para analizar los restos encontrados?
—La principal novedad es que se ha empleado CBCT (Tomografía Computarizada de Haz Cónico) para un mejor diagnóstico.
—¿Qué datos nos puede revelar un diente?
—Los dientes aportan muchísima información acerca de un ser humano. Además, debido a su estructura y composición, fosilizan muy bien y perduran en el tiempo. Por tanto, a partir de los dientes hallados en yacimientos arqueológicos podemos saber mucho acerca de la especie a la que perteneció, cómo se desarrollaban, cómo se formaban las piezas dentales, qué comían, qué enfermedades sufrieron o la edad de muerte del individuo. Además, también suelen conservar muy bien el ADN y, por tanto, conseguir una información mucho más extensa de su genoma.
En el estudio de las poblaciones pretéritas la Antropología Dental es una disciplina esencial para obtener gran cantidad de información.
—¿Cuáles son los descubrimientos recientes que más han sorprendido a la comunidad científica en este campo de investigación?
—La Antropología Dental aplicada a especies fósiles es un campo que continuamente está ofreciendo nuevos hallazgos. Pero, en los últimos días, el descubrimiento del que más se está hablando es la publicación de un estudio dental en la revista Science en el que se indica que nuestra especie, Homo sapiens, ya estaba en Europa hace unos 41.000 años compitiendo estrechamente con los Neandertales.
Artículo: S. Benazzi, V. Slon, S. Talamo, F. Negrino, M. Peresani, S.E. Bailey, S. Sawyer, D. Panetta, G. Vicino, E. Starnini, M.A. Mannino, P.A. Salvadori, M. Meyer, S. Pääbo, and J.J. Hublin. Science aaa2773Published online 23 April 2015 [DOI:10.1126/science.aaa2773].