Lanzamiento de un plan de lucha
Países como Reino Unido, Holanda, Noruega o Estados Unidos han reducido las incidencias gracias a planes específicos.
Más de 3.000 personas en España fallecen al año como consecuencia de Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS), afectando a uno de cada 15 personas hospitalizadas y alcanzando hasta al 30% de los pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs).
A raíz de estos datos, la Fundación Tecnología y Salud, con el apoyo de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), e impulsado por diversas empresas, han presentado en una Jornada celebrada en Madrid, un Plan de Lucha contra las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS). En el mismo, se alerta sobre el impacto de estas infecciones y aporta recomendaciones para la utilización racional de los recursos, con el objetivo de minimizar el impacto negativo que las IRAS tienen en nuestro sistema sanitario, y disminuir hasta en un 30% los casos de infección nosocomial en los próximos años. El Plan está dirigido a todos los agentes relacionados con la prevención, control y gestión de estas infecciones, así como a los pacientes afectados por ellas y a la ciudadanía en general.
Un problema de salud pública
El manejo y, sobre todo, la prevención de estas infecciones, que se consideran los eventos adversos más frecuentes en los hospitales, constituyen un reto para cualquier profesional y gestor del sistema sanitario. Según han puesto de manifiesto los expertos reunidos en la jornada, entre un 5% y hasta un 15% de los pacientes ingresados en un hospital acaba padeciendo una infección nosocomial, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que en Europa, anualmente, se producen 4,5 millones de IRAS al año que suponen 37.000 muertes y 16 millones de estancias hospitalarias adicionales. En España, el último estudio EPINE señala una prevalencia del 7,61%.
Ante este escenario, Enrique Álvarez, presidente de Fenin, señaló que «los datos sobre incidencia, efectos y costes de las IRAS son tremendamente impactantes en sí mismos y eliminan de raíz el debate acerca de la necesidad de implantar medidas efectivas al respecto. De hecho, el 95% de los profesionales y gestores sanitarios consideran que el control de las infecciones adquiridas en el entorno sanitario debe ser una de las cinco prioridades de los sistemas sanitarios».
En este sentido, las infecciones nosocomiales y los problemas relacionados con la medicación constituyen los dos eventos adversos más frecuentes en los hospitales, muy ligados a los procedimientos invasivos más complejos y a los servicios críticos y quirúrgicos. «La complejidad de los procedimientos y los entornos altamente especializados y dotados técnicamente donde se producen las IRAS sugieren que el abordaje del problema debe hacerse desde una perspectiva en la que los avances técnicos y la tecnología sean un elemento clave. De hecho, la tecnología es un potente aliado en la prevención y control de las IRAS y el reto fundamental para las organizaciones sanitarias es optimizar las políticas de inversión en función del valor añadido que la tecnología aporta al control de las IRAS», explica el presidente de Fenin.
Elevado impacto económico
Las IRAS suponen un sobrecoste económico y humano de la atención sanitaria que los sistemas sanitarios tienen que contener. Según José Luis Gómez, presidente de la Fundación Tecnología y Salud, «las estancias hospitalarias adicionales por las IRAS suponen en nuestro país un coste de 700 millones de euros. Es necesario una aplicación rigurosa de medidas de prevención y control, una utilización racional de los recursos y ofertar servicios sanitarios con un nivel mayor de calidad».
El Plan se orienta hacia la implicación efectiva de la administración sanitaria central y autonómica y de los directores y gerentes de los centros sanitarios. Algunos países de nuestro entorno como Reino Unido, Holanda, Noruega o Estados Unidos han conseguido reducir la incidencia de las IRAS gracias a planes de actuación específicos en los que la tecnología sanitaria plantea un campo de colaboración muy amplio y se convierte en un potente aliado en la prevención y control de estas infecciones.