La posibilidad de desarrollo de la carrera profesional, medidas que permiten conciliar la vida laboral y personal, formación continuada, clases de inglés, sedes con espacios extra de comodidad o un alto nivel de comunicación entre todos los niveles jerárquicos, entre otros, permiten que una clínica dental sea elegida para trabajar en ella. Pero no sólo es mérito de las empresas. Para que sea posible este escenario de excelencia hay que contar necesariamente con las personas. Empleados motivados y comprometidos con mejorar el servicio al paciente hacen posible el crecimiento de las organizaciones, aún en tiempos de crisis. Y es que está demostrado que un empleado feliz es, también, más productivo y eficiente.
Parece consensuado que no hay una fórmula única para conseguirlo y, al final, es una cuestión de actitud y un ejercicio de madurez empresarial. La clave para crear un lugar de trabajo excelente no es un conjunto de beneficios, programas o prácticas que se deben dar a los colaboradores, sino la construcción de relaciones de calidad caracterizadas por la confianza, el orgullo y el compañerismo.
Es así como las relaciones basadas en la confianza dejan de ser un factor secundario y se convierten en la clave para mejorar los resultados del negocio.
Según Great Place to Work, los empleados consideran que un lugar para trabajar es excelente si:
• Confían en las personas para las que trabajan.
• Sienten orgullo por lo que hacen.
• Disfrutan de las personas con las que trabajan.
La confianza es el eje fundamental de los ambientes de trabajo excelentes, que se genera a través de la credibilidad con los jefes, el respeto con el que los empleados sienten que son tratados, y la justicia con la que esperan ser tratados. El grado de orgullo respecto a la organización, y los niveles de conexión auténtica y camaradería que sienten los empleados son componentes esenciales.
Mundipharma es la empresa de menos de 100 empleados donde mejor se trabaja en España en 2014, según Great Place to Work, que elabora el ‘termómetro de la felicidad’. Este estudio se realiza a través de una investigación anual que se basa en información recogida que representa a más de 10 millones de empleados en 50 países y más de 6.000 organizaciones que varían en tamaño, industria, madurez y estructura.
Desde el punto de vista del líder, un lugar para trabajar excelente es aquel donde:
• Se logran los objetivos de la organización.
• Las personas dan lo mejor de sí mismos.
• Trabajan como equipo en un clima de confianza.
Hay nueve áreas culturales donde los líderes y jefes construyen ambientes de confianza. Las empresas con climas de trabajo excelentes logran los objetivos de la organización inspirando, comunicando y escuchando. Tienen empleados que dan lo mejor de sí mismos cuando se les agradece, se les desarrolla y se les cuida. Y pueden trabajar juntos como equipo al contratar, compartir y celebrar.
Es la hora de las «Happy Companies»
Según expertos, las «empresas felices» son aquellas que fomentan la participación de sus empleados y su bienestar, y, a través de esta práctica, logran mejorar su productividad, ya que «la felicidad es buena para los negocios».
Distintos autores han definido una empresa feliz («happy company») como una organización en donde los colaboradores de todos sus niveles jerárquicos aplican sus fortalezas, trabajan en equipo para lograr objetivos comunes, y le encuentran un sentido y satisfacción en las acciones que hacen, influyendo positivamente en su vida.
La palabra felicidad hace referencia a la emoción positiva de tener placer y satisfacción por lo que se hace y se tiene. La felicidad es uno de los aspectos que no debe olvidarse en la cultura organizacional de una empresa, es un detonante que favorece al desempeño efectivo de todos los elementos que la componen.
El doctor Ben-Shahar, el gurú de Harvard sobre el tema de la felicidad, ha estudiado la felicidad en la empresa en profundidad. Él sostiene que el sentimiento positivo de los trabajadores hacia su empresa se logra cuando el trabajo impone desafíos que conectan a la persona con sus pasiones.
Cada vez más las empresas modifican sus prácticas para que sus empleados se sientan realizados tanto profesional como personalmente, ya que encuentran que estas personas son más eficientes, creativas y productivas. Una de las razones para que las empresas estén prestando más atención a sus trabajadores es que la falta de talento verdadero ha hecho imperativo que las compañías seduzcan y retengan a sus empleados ya entrenados.
Alexander Kjerulf, autor del best seller «La hora feliz es de 9 a 5», habla de tres niveles para crear una empresa feliz. Poder tomar café y comida gratis pertenecerían al nivel de estímulos. Un buen ambiente de trabajo, un salario justo y unas garantías laborales básicas, al nivel de seguridad. Pero aún quedaría un nivel intermedio, llamado de elección, que es el más difícil de conseguir. Y es que en el trabajo, como en la vida, la gente tiene que decidir ser feliz. Nadie les puede obligar.
Kjerulf explica que casi todas las compañías dicen que quieren empleados «motivados, poderosos y felices», pero muy pocas hacen algo por conseguirlo. Según su experiencia, las empresas que realmente crean un caldo de cultivo para la felicidad mantienen corta la distancia entre directivos y empleados, consiguen un balance razonable entre individualismo y colectivismo, favorecen una cultura en la cual la gente se cuida más entre sí, y generan un bajo nivel de incertidumbre que permite a los empleados apostar por opciones novedosas y arriesgadas.
Joan Elías, autor del libro «En busca del Lovework», opina que tanto el jefe como el empleado han de alcanzar un compromiso en el que queden establecidas las nuevas reglas del juego. Cada uno tiene cinco obligaciones que cumplir. Por un lado, el directivo tiene que respetar a las personas, mantener un control científico, comunicar adecuadamente, tener coherencia estratégica y no desmotivar.
Por su parte, el empleado, además de venir motivado de casa, tiene que aceptar nuevos proyectos, rendir cuentas de su trabajo, compartir la información y aprender a pensar en grupo.
Objetivo: alcanzar el Lovework
Para llegar al Lovework, el papel de la empresa es fundamental, ya que ésta tiene que comprometerse tanto con el directivo como con el empleado. Por eso es necesario que la compañía establezca mecanismos de compensación paralelos al sueldo, que apueste por facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar o que fomente la innovación y la creatividad entre sus empleados.
Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo croata y autor del libro «Fluir, una psicología de la felicidad», arranca del supuesto de que todo el mundo tiene, alguna vez, una «experiencia óptima». Ahora se trata de reconocer sus características: se trata de potenciar este sentimiento de fuerza, control sin esfuerzo, rendimiento máximo y superación del ego limitado. Se trata, en fin, de aprender a ser creativos y alcanzar la genuina calidad de vida.
El Instituto Coca-Cola de la Felicidad elaboró una macroencuesta en 2008 y algunas de las conclusiones que se publicaron, y que han servido como referentes de cara a estudios posteriores, indicaban que para ser felices en el trabajo hay que sentirse útiles, ver que lo que uno hace se corresponde con su formación e interés y tener el reconocimiento de los directivos y de los compañeros.
En definitiva, parece que el concepto de felicidad en el trabajo está relacionado con un ejercicio que debe realizar toda la organización. Parece que los expertos coinciden en que no se puede esperar, sino que se debe propiciar como un acto de generosidad desde los directivos hacia los empleados y desde los empleados de cara al éxito de la organización.
Es evidente que la felicidad para millones de personas pasaría por tener un puesto de trabajo, aunque no es menos cierto que nada impide a una pequeña empresa, como puede ser una clínica dental, a adoptar el modelo «empresa feliz», donde se cuide el desarrollo de las personas que la forman, siempre que éstas lleguen a sus puestos de trabajos con un alto nivel de motivación endógena que permita conseguir más fácilmente el éxito.