En el artículo publicado en la revista del mes de mayo discutíamos una proposición de una nueva nomenclatura para los procesos digitales involucrados en la rehabilitación protética del paciente.
Queremos presentar nuevos casos que apoyan el uso del escáner intraoral en la rehabilitación de nuestros pacientes.
Pero antes, una reflexión que no tengo duda que será compartida por todos vosotros: la tecnología debe aportar beneficios sobre la técnica que complementa o trata de reemplazar para ser aplicada en la rutina diaria. En el caso del proceso DID, en el que, recordamos, partimos de una toma de impresiones digital intraoral, lo que tratamos de reemplazar es la toma de impresiones convencional.
Por ello, el proceso DID debería:
1. Ser fiable y reproducible, es decir, no ser fruto de la casualidad y producir resultados reproducibles.
2. Ser, al menos, igual de exacto que el proceso convencional. Hemos demostrado que es aún más exacto.
3. Generar una mejora en los procesos. Debe ser tan rápido o más que una toma de impresiones convencional.
4. Ser universal, es decir, ser útil tanto en prótesis fija sobre diente natural, como en removible o sobre implantes.
5. A ser posible, generar un beneficio económico, bien directamente o indirectamente.
6. Eliminar los defectos de la técnica a la que reemplaza. Al no usar materiales de impresión ni de vaciado y eliminar los colados, todo el proceso es mucho más exacto y predecible.
7. Generar beneficios accesorios, como puede ser el factor diferenciador que su utilización genera ante los pacientes en nuestra clínica.
Completamente de acuerdo con el artículo. Enhorabuena a los autores.