En la actualidad la Odontología Estética se ha encaramado al primer lugar en el interés del odontólogo por ofrecer tratamientos a sus pacientes. Parece ya lejano el período durante el que la Implantología y los tratamientos meramente funcionales ocupaban este lugar y hoy día todos nuestros tratamientos parecen requerir del calificativo «estética».
Cuando pretendemos ofrecer tratamientos estéticos a nuestros pacientes en Odontología rehabilitadora, la Odontología mínimamente invasiva ocupa un lugar predominante, pues el hecho de ser conservadores con los tejidos nos hará conseguir mejores resultados. La rehabilitación completa o parcial de nuestros pacientes con cerámica adherida está ampliamente documentada y la lucha por ser mas conservadores nos hacen ofrecer a nuestros pacientes restauraciones más y más finas con preparaciones más y más conservadoras.
Ahora bien, ¿cuáles son los límites de este tipo de restauraciones y qué material debemos de utilizar?, ¿dónde se encuentra el límite de nuestro conservadurismo?, ¿qué protocolos de trabajo debemos de seguir? ¿qué parámetros nos aseguran la estabilidad a corto y medio plazo de los resultados estéticos y funcionales conseguidos?. La respuesta a estas preguntas es clave para asegurar tratamientos de calidad y altamente estéticos en nuestros pacientes.