Un colegio profesional es una corporación de derecho público integrada por quienes ejercen profesiones liberales. Así se define en Wikipedia, el nuevo diccionario. Una de sus obligaciones es la difusión de toda información de interés público. Nuestro colegio profesional, el de odontólogos y estomatólogos, tiene la obligación de denunciar el gran aumento de casos de intrusismo y publicidad engañosa: los anuncios de tratamientos milagro.
Auténticos curanderos del siglo XVIII que venden pócimas y elixires en forma de implantes dentales, anunciándose impunemente como «la vanguardia de la Odontología», «implantes en dos minutos» o «implantes sin cirugía», con informaciones pretenciosas en las que dan lecciones sobre tratamientos que gran número de compañeros utilizan habitualmente, pero engañando a la población como que son los únicos que utilizan esas técnicas. Curiosamente, luego son los que copan todas las denuncias que presentan los pacientes al Colegio de Odontólogos por tratamientos abusivos y/o realizados con mala praxis, tratamientos que duran poco y de los que luego no se hacen responsables.
No son profesores ni se les ve por los congresos ni reuniones científicas, aunque sus fracasos son objeto de estudio y publicación por otros compañeros con más ética y dignidad. Pero la gran masa de la población en general acaba creyendo que el odontólogo más cauto, el que respeta las normas sin correr riesgos innecesarios está menos actualizado o es menos capaz que aquel que cuelga el reclamo. Esto viene incentivado por las campañas publicitarias de las multinacionales del diente, esas grandes empresas con grandes presupuestos de publicidad que comercializan con la salud como el que lo hace con ropa o calzado. Ahí es donde encontramos un verdadero problema, una amenaza para el usuario en tratamiento por alguna de estas multinacionales que, mayoritariamente, justifican las decisiones clínicas en el marketing de una campaña. Estos mensajes llegan a divulgarse con tanto empeño que calan entre el público como si se tratase de una única alternativa. Recomendamos entrar en la página del Colegio (www.icoev.es) y visualizar el vídeo que hemos realizado en este sentido.
Además de aquellos que realizan publicidad engañosa, sufrimos a los intrusos. Aquellos que venden servicios sin la titulación correspondiente y que han causado graves problemas a los pacientes a los que han tratado, incluidos cánceres y fallecimientos derivados de prótesis mal ajustadas. Estos intrusos no están solo en los barrios marginales, los encontramos dando presupuestos, diagnósticos e, incluso, realizando tratamientos en clínicas dentales autorizadas en las que figura un odontólogo-a al frente de las mismas. La mejora en la comunicación entre colegiados ha conseguido poner en marcha mecanismos de defensa contra estos abusos y, además, el colegio profesional está al servicio del ciudadano y dispone de una comisión dedicada al estudio de todas las denuncias que se puedan presentar.
Artículo elaborado por: Dr. Enrique Llobel. Presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia.