InicioCiencia y clínicaCasos clínicosLa función, la forma y la estructura

La función, la forma y la estructura

Resumen
El autor relata las observaciones realizadas en el cráneo de un gorila, y las inferencias que de esta observación se pueden extraer siguiendo un pensamiento lógico. Para apoyar sus razonamientos, aporta cortes tomográficos del cráneo y la mandíbula del gorila (cortesía del Centro Radiológico Ortega Piga) y fotos.

Descargar

Luis de la Macorra Revilla.

Doctor en Medicina y Cirugía. Ex Profesor de la Cátedra de Odontología Conservadora. UCM Presidente de la Asociación Española de Biofísica. Experto en biomecánica craneofacial humana y comparada.

Miguel Lacasa Litner.

Licenciado en Odontología. Universidad de Barcelona. 2001. Masterando en Ortodoncia. IUM. Madrid. Práctica de ortodoncia en Madrid y Úbeda

Conclusiones: la masticación unilateral del gorila por su lado derecho le debió ocasionar la hipertrofia muscular de ese lado, lo que llevó consigo el refuerzo óseo en las zonas de inserción de los principales músculos masticatorios.

Abstract
The author relates observations done in a gorilla skull, and what he infers from this observation by logical thought. To lean his reasonings, he shows tomographic cuts of gorilla skull, including jaw, and photos. Conclussions:The unilateral mastication for the right side, should have caused to him muscular hipertrofia, and this went with him bonny reinforcement in masticatiom muscles zone of insertion
Palabras clave
Gori diastema intermolar, hiperfunción unilateral, refuerzo óseo.

Key words
Intermolar diastema, unilateral hiperfunction, bonny reforcement?

Introducción
En más de una ocasión me han preguntado qué es necesario para dominar la biomecánica, y he contestado que la primera cosa es tener conocimientos lo más amplios posibles de mecánica. Esto nos retrotrae a 4.º de bachiller, cuando estudiábamos las palancas, los planos inclinados, las poleas, las resistencias, etc.; y que no podemos dar por sabidas por tener aprobado el curso correspondiente, sino que tenemos que repasarlas por haber sido olvidados los pocos conocimientos que teníamos.

La prueba a la que yo someto a los futuros aspirantes al conocimiento de la mecánica es preguntarles si recuerdan cómo se descompone una fuerza que incide en un plano inclinado.

La función, la forma y la estructura
En arquitectura y otras ciencias físicas la función (F), la forma (f) y la estructura (E) están relacionadas entre sí de una manera lineal, de tal manera que con determinada estructura solamente se pueda concebir determinada forma, y ésta facilitar ciertas funciones. Es algo conocido para el observador de lo cotidiano, el consejo que aparece en las cajas de tetrabricks que podemos adquirir en los supermercados y que dice: “No apilar más de 7 alturas”, exigencia directa de la resistencia estructural del tetrabrick, que no puede soportar más allá de determinada carga. Del mismo modo, el ladrillo no soporta construcciones de más de siete pisos, por lo que en edificios más altos hay que presuponer la existencia de una estructura metálica que constituya el armazón.

Durante muchos años he intentado encontrar un caso que mostrara manifiestamente la influencia de la función en la forma y se presentó en mi consulta un chico de unos 12 años, con manifiesta hipertrofia del lóbulo frontal derecho. Lo primero que hice fue preguntar: ¿por qué lado comes? A lo que el paciente responde que por el lado izquierdo. A la exploración mostró una lesión careosa de gran extensión oclusal en el primer molar inferior derecho con afectación pulpar y diagnóstico de pulpitis hipertrófica, hipertrofia que rellenaba toda la cavidad careosa, que le obligaba a no usar ese lado en la masticación para evitar dolor y comer exclusivamente por el lado izquierdo.

Aquello abrió mi mente hacia la posibilidad de que existiera una relación directa entre el uso unilateral izquierdo del aparato masticatorio y la zona receptora de los impulsos mecánicos en el lóbulo frontal derecho, que originó la hipertrofia de la eminencia frontal derecha. Este caso fue el primero en nuestra experiencia que motivó la orientación de nuestro pensamiento biomecánico. Con él, comenzamos una nueva etapa en la que intentábamos ver la relación entre la función y la forma. Pasaron unos cuantos años y tuvimos oportunidad de tener en nuestras manos el cráneo de un gorila, “GORI” (Fig ura 1), que ha sido nuestro maestro por la claridad de exposición de sus problemas biomecánicos.

Al cabo del tiempo, me dediqué a estudiar a Gori con mis “gafas biomecánicas” recién estrenadas. Empecé por desarticular la mandíbula del cráneo, y una cosa que me extrañó en esta operación fue el que los cóndilos encajaban en las fosas glenoideas muy ajustados en sentido medio-lateral. Entre otras cosas observé que mi maestro Gori presentaba entre el segundo y tercer molar inferior izquierdo un diastema que medí introduciendo diferentes monedas en él, para deducir que tenía 0,6 mm. Enhebrando el pensamiento lógico, pensé el seguro empaquetamiento que tendría en dicho espacio intermolar debido a la falta del contacto interdentario. ¿Cuál sería la reacción de este animal al intentar comer y sentir que entre sus dos molares entraban las fibras de su alimentación empaquetándose en el espacio intermolar? De momento, y al principio, una ligera molestia, pero cuando el espacio estuviera completo de restos alimenticios, el seguir comiendo, inevitablemente, le provocaría compresión en la papila interdentaria y a la larga irritación de dicha papila, posible periodontitis marginal, y todo ello teniendo en cuenta que la dieta de Gori eran hojas, tallos, brotes, frutas y algún pequeño animalejo. Con el tiempo, la fermentación de los restos alimenticios en el espacio interdentario provocaría mayores molestias y a la larga se producirían caries interproximales que podemos demostrar con las radiografías adjuntas (Figura 2). En ellas se aprecia un curioso dispositivo de defensa pulpar que no es como en el humano, que se defiende de la caries interponiendo la capa de dentina secundaria y retrayéndose la pulpa, sino que como la pulpa de estos animales tiene una extraña forma de cruz polilobulada, aísla uno de los brazos o cuernos pulpares, el atacado por la caries, interponiendo una tapia dentinal entre la lesión y el centro de la pulpa.

Hasta aquí hemos ido desarrollando lo que Claudio Bernal llamaba el pensamiento lógico, que partiendo de un hecho cierto, como es en nuestro caso, el de un diastema, no hacemos más que ir pensando lo que lógicamente pasaría en momentos lo más inmediatos al hecho acontecido.

Esas caries progresarían en la profundidad provocando las molestias de todos conocidas. Ante esta situación vamos a intentar pensar con el cerebro de Gori. Él encontraría sin duda una relación entre el dolor y la masticación. Dándose esta concatenación masticación-dolor, después de repetidas experiencias idénticas, y observando que el dolor cedía o disminuía con el reposo, instintivamente tendería a no masticar por ese lado. Pero como quiera que la necesidad de comer es insalvable, tendería a comer por el lado derecho, lo que le permitiría alimentarse sin dolor o con escaso dolor. Así las cosas, se convirtió Gori en un masticador unilateral y cojeando de la masticación, siguió su desarrollo vital con el pequeño handicap de ser de masticación unilateral.

Sigamos intentando no perder el hilo del pensamiento lógico. El uso unilateral de la mandíbula provocaría un mayor entrenamiento del lado derecho, afectando principalmente a sus músculos masticatorios, predominantemente el masetero, del que vamos a intentar imaginar su desarrollo y comportamiento por el uso unilateral posterior. En primer lugar, el uso de un solo lado le produciría una mayor lentitud en el acto masticatorio, ya que el lado izquierdo debido al dolor a la masticación, lo procuraba dejar inactivo. Todos sabemos que el desarrollo muscular está ligado a la función, como podemos observar en el caso de los culturistas que repiten cientos de veces determinadas contracciones musculares con el resultado de hipertrofia muscular. De nada le valdría a Gori tener un masetero muy fuerte si sus puntos de inserción en el hueso no hubieran seguido un proceso parecido de adaptación para no dejar puntos de menor resistencia, pero, para que el efecto del músculo se transmita al hueso es necesario que el eslabón intermedio entre ambos (tendón) adquiera una resistencia de acuerdo con la situación que va recibiendo el sistema hueso-tendón-músculo con el entrenamiento.

Este efecto producido por el entrenamiento iría creando modificaciones morfológicas encaminadas a lo que podríamos llamar un perfeccionamiento funcional.

Es difícil demostrar de una manera clara dichas modificaciones por ser mínimas y progresivas, pero trataremos de mostrarlas de 2 maneras. En primer lugar, mostrando una fotografía frontal de Gori con una línea media imaginaria (Figura 1) lo que evidencia las asimetrías, y en segundo lugar, con los cortes correspondientes al TAC de Gori (Figuras 3-7), que deberá el lector observar con detenimiento y sin precipitación para poder concebir la relación de la imagen con los supuestos que hemos considerado en los diferentes pasos que vamos dando por el sendero del pensamiento lógico.

Conclusiones
Cómo el lector habrá podido observar, los cortes tomográficos y la fotografía muestran mayores grosores de hueso en aquellas zonas en las que insertan los músculos masticatorios del lado derecho, por el que masticaba Gori. Esto demuestra la adaptación que sufre la estructura ósea, y por ende, la forma del cráneo, debido a las mayores exigencias funcionales durante un periodo de tiempo prolongado.

Bibliograf’a recomendada
1. De la macorra Revilla, L. Biomecánica Craneofacial. Ed.Díaz de Santos, 2002.

artículos relacionados