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El calzado sanitario: prevención de riesgos clínicos

En todos los puestos de trabajo se necesita una adaptación ergonómica que incluya tanto el ambiente de trabajo como las características del trabajador y las actividades que este realiza en su profesión. En nuestro caso el ambiente de trabajo es la clínica dental, los trabajadores son los dentistas y su profesión es la Odontología.

El calzado de trabajo es un elemento importante en esta adaptación y afecta en gran medida a la protección y al confort de los usuarios y, por tanto, al final al rendimiento en el trabajo.

En el ámbito sanitario, los profesionales realizan de manera contínua numerosos desplazamientos en la clínica dental, a veces tránsito por escaleras o largos períodos de permanencia de pie o en posiciones estáticas, por lo que supone posibilidad de aparición de fatiga con molestias en la planta del pie como, por ejemplo, sobrecargas por desequilibrios o aumento de presiones, hinchazón, cansancio y malestar general, llegando incluso a veces a dolores que pueden alterar la bipedestación y la marcha de las extremidades inferiores, lo que a la larga puede producir alteraciones a nivel de articulaciones del pie y rodilla, con repercusiones a niveles más altos como la cadera y la espalda.

El calzado utilizado en la calle no se debe de utilizar en la clínica dental o en el centro sanitario de trabajo, debido al trasiego de microorganismos del exterior al interior de la clínica y al revés, con lo que favorecemos el cruce de infecciones, es por lo que debemos prestarle una adecuada atención a la hora de su elección y uso adecuado dentro de nuestro ambiente de trabajo (1)

Por otro lado, ya se viene prestando atención desde la universidad en cuanto a la formación de los alumnos y el uso de las barreras de protección y seguridad dentro de la clínica dental (gafas, guantes, mascarillas, gorros , vestimentas y calzado incluido), sin olvidar que también estas medidas son elementos de marketing en cuanto a seguridad y confianza para nuestros pacientes (2,3,4,5,6)

El calzado de trabajo debe de ser especializado para la profesión sanitaria ya que requiere tener características de protección y funcionalidad, así como comodidad para la realización de la jornada laboral, que suele ser de ocho horas, e incluso a veces más, y que suele trascurrir en ambientes interiores cerrados que a veces generan humedad con el consiguiente aumento de sudoración del pie en el interior del calzado

En la Unión Europea existe una legislación vigente que contempla las condiciones que deben de reunir los equipos de protección individual, estableciendo los requisitos de seguridad del calzado de protección según el tipo de actividad a realizar, aunque no se especifican los aspectos de confort y funcionalidad que serían muy interesantes para los diseñadores y fabricantes de calzado para confeccionar calzados adecuados al sector sanitario

En España el Real Decreto 1407/1997 regula las condiciones de la comercialización y libre circulación intracomunitaria de los equipos de protección individual y establece características y categorías dependiendo del tipo de riesgos que deben de proteger (eficacia, tallas, inocuidad de materiales, dextricidad, aireación, flexibilidad, ergonomía, embalaje, mantenimiento y almacenamiento) (Tabla 1).

 

Tabla I. Símbolos oficiales de etiquetado para el calzado. Real Decreto 1407/1997. Normas EN 345-1, EN 346-1 y EN 347-1 (normas en función del nivel de riesgo).

Requerimientos del calzado a tener en cuenta
a) Características del usuario: como la edad y el género (a menudo el calzado para mujer es una copia realizada en pequeño del calzado del hombre) los requerimientos de cada uno son diferentes, en cuanto a talla y peso. Por otro lado no hay que olvidar los posibles problemas podológicos de pies con alteraciones funcionales adquiridas o debidas a alteraciones morfológicas congénitas (pie cavo, pie plano, espolones calcáneos, fascitis, metatarsalgias, neurinomas de Morton, pies delicados, hallus valgus, exostosis, pié diabético, neuropatías etc., que pudieran requerir calzado propiamente específico y ortopédico).

b) Factores ambientales: como la humedad y la temperatura del local y el número de horas calzado en dicha situación. Hay que tener en cuenta siempre el material de los suelos o pavimentos, su rugosidad o la lisura, la presencia de vibraciones, cargas eléctricas, presencia de agua o líquidos. Diferenciar también las distintas épocas del año o estaciones.

c) Factores profesionales: como la posición de trabajo, de pie o sentados, si hay presencia de cargas o no. No olvidar los recorridos y paseos, subidas y bajadas por la clínica, etc.

d) Características del calzado en sí mismo: diseño ergonómico, materiales de confección, elaboración, uso de plantillas, confortabilidad , adaptación a los movimientos del pie, a la postura adoptada y los factores de sujeción (7).

Recomendaciones
Hay una serie de recomendaciones generales a la hora de tener en cuenta la selección de cualquier tipo de calzado para uso laboral y algunas recomendaciones específicas encaminadas a orientar en la selección del calzado para diferentes actividades (8,9,10,11,12) (Tabla 2).
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• No debe oprimir el pie, la horma debe de ser amplia y el sistema de cierre permitir ciertas variaciones (adaptables a diferentes tipos de pies) y a las diferencias dentro de las jornadas y estaciones climáticas. Se recomiendan punteras redondeadas para permitir acomodar perfectamente todos los dedos del pie.
• Debe permitir con comodidad, flexibilidad y estabilidad las diferentes posiciones y movimientos del pie, siempre protegiéndolo y sin causar ningún tipo de molestias.
• Debe proporcionar agarre y evitar caídas o deslizamientos y que permita una marcha adecuada, evitando las suelas lisas y las posibles fricciones, que podrían dar riesgos de tropiezos y de patologías a nivel de articulaciones y ligamentos (Fig. 1).
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• Debe proporcionar protección térmica y ser aislantes así como transpirables y con capacidad de absorción de la humedad y olores.
• Deben poder amortiguar los posibles impactos durante su uso, así como un reparto de presiones adecuado en toda la planta del pie.
• Deben evitar cualquier tipo de molestias o fatigas, siendo de materiales adecuados que eviten rozaduras o alergias y con un diseño que se adapte a toda las formas y dimensiones del pie.
• Se recomienda que la anchura posterior del calzado y la del tacón en contacto con el suelo sean iguales para proporcionar una base estable de apoyo.

Tipos de calzado sanitario
a) Cerrado (tipo calzado deportivo, zapatillas): recogen toda la superficie del pie, permiten mayor estabilidad y protección del pie.

b) Abierto (tipo zuecos) dejan libre la parte posterior del pie o pueden tener cinta de sujeción
• Calzado deportivo: es confortable y provoca menor patología podálica. Hoy día son de materiales y tejidos transpirables y con capacidad de absorber olores. Son ligeros y llevan suelas de goma antideslizamientos (con algún tipo de rugosidad) y muchos de ellos con cámara de aire que sirven para el reparto equitativo de presiones y ayudan al confort. Son anatómicos y con plantillas adecuadas. Están realizados de materiales lavables y son generalmente de larga duración. Los hay sin cordones, con fijaciones adhesivas que ahorran tiempo a la hora de calzarse (Fig. 2)
• Zapatillas: confeccionadas con materiales diversos y con distintos tipos de fijaciones (cordones, gomas, adhesivos, hebillas, velcro), son lavables en lavadora con jabón y lejía y las suelas aceptan muy bien el tratamiento con agentes para la desinfección (Fig. 3).
• Zuecos: de materiales de plásticos, gomas o con pieles tratadas para que sean lavables y diseñadas para aguantar y resistir bien la desinfección. Suelen presentar cortes geométricos para la ventilación del pie. Formas redondeadas para adecuar el posicionamiento de todos los dedos y tacón del ancho de la suela, plantilla anatómica y cazoleta para recoger el talón. Pueden llevan sujeción de tira en la parte posterior del talón para asegurar también la estabilidad, evitar caídas o accidentes y amortiguar los posibles impactos (Fig. 4 ,5 y 6).
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Cuidados del calzado
• Se deben de limpiar frecuentemente con agua y jabón u otros productos desinfectantes para eliminar en lo más posible la carga microbiana de las superficies (Fig. 7).
• Las suelas se deben rociar con desinfectantes de superficies de manera frecuente (Fig. 8).
• Los colores son indiferentes, pero el blanco es mas fácil de limpiar y da muy buen aspecto.
• Se pueden lavar en lavadora o con jabón, lejía y cepillo duro, dependiendo del material de confección (Fig. 9).
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El uso de plantillas anatómicas
Se recomienda su utilización para restablecer la comodidad de los usuarios y ganar en calidad. Las plantillas no son una cosa nueva, ya tenemos referencias y patentes de su uso en el calzado sanitario desde hace ya más de un siglo.
• Deben ser de una sola pieza y con refuerzos en diferentes zonas dependiendo de la anatomía.
• De materiales diversos, flexibles y adaptables, preferiblemente naturales, evitando así las posibles alergias , dermatitis y callosidades
• De cierto espesor, para repartir y equilibrar las presiones de la planta del pie.
• Evitar, por su diseño anatómico, las zonas de sobrecarga plantares, rozaduras, irritaciones.
• Transpirable y absorbente para evitar la acumulación de la humedad y neutralizar los olores dentro del calzado, sirviendo así como reguladoras de la temperatura
• Que sirvan para masajear, descansar y a su vez activar y favorecer la circulación plantar.
• Realizadas a medida si son necesarias, para adaptarse a cada pie y a las necesidades específicas de cada persona.

Conclusiones
Hay que tener en cuenta que la etiología de los problemas en el aparato locomotor de los odontólogos es multifactorial y que para su prevención hay que recurrir a prestar atención a numerosos factores, entre los que se encuentran los propios dentistas, el ambiente de trabajo de nuestra clínica dental y la profesión en la que trabajamos, la Odontología .

Hay que planificar bien y detalladamente nuestros horarios de trabajo, los sistemas de citas de los pacientes, nuestra posición, forma de trabajar y equipo humano de ayuda, así como los equipamientos y barreras de protección entre las que incluimos los uniformes de trabajo y, cómo no, el calzado sanitario laboral ergonómico.

En cuanto a la forma de trabajar, debemos adoptar una postura de trabajo sana y equilibrada (B:H:O:P) para trabajos que se realizan sentados y/o de pie, así como unos movimientos suaves y relajados, evitando repeticiones y posturas estáticas o inadecuadas por largos períodos.

Hay que planear los sistemas de citas de los pacientes para facilitar el trabajo y dar calidad a todos los procedimientos, siempre optimizando el tiempo y dando variedad a las posiciones de trabajo y al trabajo en equipo. No debemos olvidar el estilo de vida, manteniendo el peso ideal, realizando ejercicios y entrenamientos periódicos para reforzar la musculatura y el equilibrio corporal.

No debemos de olvidar los cuidados en limpieza y desinfección de nuestro calzado como método de prevención de infecciones cruzadas en la clínica odontológica. Los fabricantes, aparte de seguir las normativas vigentes, deben de reunir los aspectos de diseño, seguridad y confort del calzado para el trabajo, así como la utilización de materiales y confección adecuada en cuanto a protección, fijación, funcionalidad, con lo que ganaríamos todos los usuarios y no sólo en el sector sanitario, sino en cualquier tipo de trabajo o profesión.

Bibliografía
1.- Lozano de Luaces V. Control de las Infecciones cruzadas. Ed Avances Medico Dentales SL 2000 ,Madrid
2.- Tekavec MM. Metamorphosis of dentistry , update on alternative delivery systems. Dental Clin North Am , 1988, Jan 32 (1) : 1-15
3.- Foley ES. Update on clinical attire requerements in dental hygiene programs. J Dent Hyg , 1994 , May-Jun 68 (3) : 131-136.- Luthi U. Shoes as a safety risk. Krankenpfl Soins Inform, 2007, 100 (3): 22-23
4.- Kidgell E. Try a colleague, s shoes. Nurs Stand 2009 , feb 4-10; 23 (22): 61
5.- Grace M. Whose shoes? Br Dent J, 2001, Jul 28, 191 (2) : 61-62
6.- Santhanam H. No shoes in the ICU. Adv Nurse Pract, 2004, Ap 12 (4): 101-116
7.- Ebben JM., Improved ergonomics for standing. Occup Health Saft , 2003 , Apr, 72 (4): 72-76
8.- Hsiao H., Guan J ., Weatherly M. Accuracy and precision of two in shoe pressure measurement systems. Ergonomic 2001, Jun 20 ; 45 (8): 537 – 555
9.- Dixon Sl. Use of pressure insoles to compare in shoe loading for modern running shoes. Ergonomic 2008, Oct ;51 (10): 1503-1014
10.- Divert C., Mornierux F., Frevchat P., Mayer F., Bell A. Barefoot shod running differences : shoe or mass effect? Int J SportMed , 2008 Jun 29 (6) : 512-518
11.- Reiser RF 2nd., Dalton EA. Effect off loor slope and load carrriage on standing posture. Biomed Sci Instrum, 2005; 41: 25-30
12.- Richards CE., Magin PJ., Callister R. Is your prescription of a distance running shoes evidence based? Br J Sports Med, 2008 Apr 18

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