SEPA colabora con las investigaciones en Atapuerca

La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) ha donado una colección de 400 piezas dentales al Centro Nacional de Investigación para la Evolución Humana (CENIEH).

Estos dientes, en perfecto estado, serán de gran utilidad en una investigación comparativa entre los restos dentales fósiles de homínidos hallados en Atapuerca, con una antigüedad de entre 500.000 y un millón de años, y la dentadura de los seres humanos actuales. Para presentar este proyecto, que forma parte de la actividades organizadas por SEPA con motivo de su cincuenta aniversario, el lunes 14 de septiembre tuvo lugar una rueda de prensa en la que participaron el doctor José María Bermúdez de Castro, director del CENIEH; el doctor David Herrera, secretario de SEPA, y D.ª Leyre Prado, becaria de Atapuerca y responsable de la tesis.

D.ª Leyre Prado, mostrando los viales cedidos por la SEPA, cada uno de los cuales contiene un diente identificado por sexo y edad del individuo de procedencia

D.ª Leyre Prado, becaria del Grupo de Antropología Dental del CENIEH se puso en contacto con la SEPA para solicitar su colaboración en la recogida e identificación de dientes extraídos recientemente, con sexo y edad conocidos, para la elaboración de una colección de dientes que sirviera de referencia en un estudio comparativo de la anatomía dental de los humanos modernos con la de las especies de homínidos fósiles del Plioceno y Pleistoceno encontrados en Atapuerca.

Según explicó el investigador y director del CENIEH, doctor Bermúdez de Castro, la mejor manera para conocer la biología de nuestros antepasados es tomar como referencia, para establecer una comparativa, a las especies vivas. En este caso, los seres humanos actuales.

Recientemente, el CENIEH ha tenido acceso a un moderno aparato que le posibilita un mejor conocimiento de la estructura interna de los dientes, ya que permite realizar escáneres de los conductos interiores a escala de micras, es decir, con mucha mayor precisión que las radiografías convencionales empleadas hasta ahora.

Entonces fue cuando surgió la necesidad de piezas dentales actuales con las que establecer una comparativa también a nivel interno.

Nuestros antepasados no tenían caries y usaban palillos interdentales
En los dientes fósiles de nuestros ancestros, de los que nos separan entre medio millón y un millón de años, llama la atención la ausencia de caries (sólo se ha encontrado un caso entre 10.000 de esta patología), consecuencia de una alimentación basada en proteínas y vegetales y carente de hidratos de carbono. Sí padecían acumulación de sarro y, como consecuencia, de problemas periodontales, si bien su escasa esperanza de vida, hacía que no llegaran a perder las piezas dentales (fallecían antes).

Morfológicamente, sin embargo, es relativamente poco lo que ha evolucionado la dentadura humana en todo este tiempo. Sólo una pieza, el primer molar inferior, era en aquellos homínidos muy distinta a lo que es en la actualidad, hasta el punto de que, si se le aisla del resto, costaría mucho identificarlo como un diente humano, guardando más parecido con otros animales, por ejemplo el cerdo.

Los investigadores han descubierto que empleaban instrumentos, ya fueran fragmentos de hueso o tallos vegetales, a la manera de palillos, para limpiar los restos de alimentos que se quedaban entre los dientes y les molestaban. Se calcula que el antecedente del palillo de dientes puede tener una antigüedad de medio millón de años.

En la recogida de dientes promovida por SEPA han participado un total de 16 clínicas dentales atendidas por miembros de la Sociedad Española de Periodoncia, 8 de ellas situadas en Madrid (7 en Madrid capital y 1 en Alcorcón), 3 en Castilla y León (León, Segovia y Valladolid), 2 en Castilla-La Mancha (Ciudad Real y Guadalajara), 1 en Andalucía (Málaga),1 en País Vasco (Bilbao) y 1 en Galicia (Santiago de Compostela).