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Valoración clínica de los implantes funcionales

Objetivo
Valorar el comportamiento a medio y largo plazo de los implantes cargados y sus circunstancias.

Material y método
Se ha realizado el seguimiento de 285 pacientes con 669 implantes tomando para ello una muestra aleatoria de pacientes que han venido espontáneamente a la consulta para su revisión en el periodo octubre 2000–septiembre 2001, y que tuvieran un mínimo de más de 18 meses de carga funcional.

Preguntamos por el grado de satisfacción, se realizaron estudios radiológicos mediante ortopantomografía, que complementamos con radiografías periapicales computerizadas por Digora cuando hubo alguna duda, se comprobó la ausencia o presencia de movilidad, se percutieron todos los implantes y observamos la articulación de las prótesis.

Conclusiones
a) Se comprobó el buen comportamiento de los implantes, a pesar del irregular control por parte de los pacientes de sus revisiones. Sólo hubo la pérdida de 20 implantes, lo que representa el 2,9 por ciento de los revisados.

b) El resultado de las prótesis: revisamos 340, de ellos 158 cementadas, coincidentes prácticamente con las implanto-dento-soportadas (152). Se han perdido 4 prótesis con 6 implantes y 2 descementaciones. 188 prótesis implantosoportadas con pérdida de 6 prótesis y 14 implantes.

c) El creciente envejecimiento de la población implantada.

Palabras clave
Implantes funcionales.

Introducción
En esta entidad empezamos a poner implantes en el año 1974. Siempre hemos recomendado la conveniencia de una buena higiene oral, no fumar y revisiones periódicas de al menos una vez al año. Desde entonces hacemos un recordatorio periódico cada cinco años para los más recalcitrantes. Aun así, nunca han respondido a la invitación más del 10 por ciento. Nuestros seguimientos indican que la media de las revisiones es tres veces menor de lo que se indica y en un buen porcentaje de casos, son por la aparición de algún problema o el miedo a padecerlo.

Por estas circunstancias hemos tenido la curiosidad de hacer un estudio de datos de los pacientes que espontáneamente han realizado su revisión a lo largo de un año, octubre 2000/septiembre 2001, y cuyo tratamiento tuviese un mínimo de un año y medio de antigüedad funcional.

En este intervalo revisamos 285 pacientes; 86 varones y 199 mujeres, portadores de 669 implantes. Con una media de 2,3 implantes/paciente. Dentro de este grupo hay dos pacientes cuya primera revisión la han realizado a los 11 y 14 años, respectivamente. Eran portadores de prótesis implanto-dento-soportadas, que han realizado su revisión cuando han observado movilidad de la prótesis al tener un fracaso por fractura de los dientes, acabando la sobrecarga por lesionar el hueso periimplantario.

La edad de los pacientes en el momento de la revisión osciló entre 23 y 92 años con una secuencia de:
Lo que nos indica un gran envejecimiento de la población implantada.

En este grupo de estudio hemos encontrado que 39 pacientes han recibido un segundo tratamiento implantológico, por nuevas pérdidas dentarias y de ellos 6 han tenido un tercer tratamiento. Lo que representa un 13,7 por ciento y un 2,1 por ciento, respectivamente.

El tratamiento más antiguo revisado corresponde a noviembre de 1980, se trata de una prótesis implanto-dento-soportada, sobre implantes de lámina de Linkow en un paciente de 50 años con una perfecta osteointegración y el más reciente de 18 meses, tratándose de un implante post-extracción.

De los 669 implantes, 125 han sido pos-extracción, lo que representa el 18,7 por ciento, de ellos 39 diferidos por distintas causas, siendo la más frecuente la infección alveolar previa, seguida de pérdida ósea alveolar. Han sido tratados con distintos rellenos.

Su localización fue:
El intervalo de tiempo de estos diferidos ha sido:
Los tipos de implantes utilizados en el total de los casos tratados en esta serie, sin entrar en nombres de marcas, fueron:
Los grosores los hemos agrupados por proximidad a: 3,3, 3,8,.4, 4,2, 5 mm. Y las longitudes a 8, 10, 12, 14, 16 y 18 mm. Desglosados encontramos las cifras que aparecen reflejadas en la Tabla A (ver).


Por grupos:
Para la valoración de la situación ósea previa al tratamiento hemos considerado como:
• De los 285 pacientes, 37 eran piorreicos, de ellos:
— 8 tenían atrofia intensa en altura,
— 5 tenían atrofia intensa en grosor,
— 8 tenían atrofia intensa en altura y grosor.
• En los que se había asociado la enfermedad y la atrofia por desdentación de larga duración. Con atrofia de larga duración por pérdida dentaria hemos revisado 94 pacientes, de ellos:
— 35 con atrofia media en altura,
— 24 con atrofia media en grosor,
— 35 con atrofia intensa en altura y grosor,
• 125 de los 285 fueron pos-extracción,
• 29 estaban dentro de parámetros normales de altura, grosor y tiempo de desdentación (no más de dos años).
• Dentro de los 4 grupos hubo 13 casos que tuvieron un hueso exangüe, lo que motivó el retraso de la colocación de los implantes.
• Seis casos de hueso atrófico moderado en maxilar, encontramos un tejido óseo extremadamente blando, después de la primera fresa de la osteotomía, esta se pudo continuar de forma manual.
• Cinco casos de hueso eburneo, en los que tuvimos que utilizar las primeras fresas a 500 r.p.m. con la máxima refrigeración que nos fue posible, para ir bajando hasta las 200 r.p.m., son huesos que hay que tomarlos con paciencia.
• Dos casos de hueso que hemos denominado como fibroso en zonas alveolares que habían sufrido infecciones de repetición antes de la extracción de las piezas dentarias.
• De estos casos en 21 tuvimos dehiscencias de más de 4 mm al colocar los implantes.
• En 4 practicamos aperturas de Cawell–Luc en seno para su relleno.
• En 6 realizamos entradas transelveolares en seno con expansores.
• Ocho casos utilizamos osteotomía longitudinal del proceso alveolar con fresas y expansores.
• En 12 casos más utilizamos la técnica de expansores.
• En 40 utilizamos láminas de 1 mm de grosor, dado la escasez de hueso y el desconocimiento en su momento, de técnicas que han ido apareciendo posteriormente.

Se ha realizado tratamiento complementario a 198 pacientes, en casos de implantes pos-extracción, dehiscencias de distinta importancia y en atrofias en general.
• Cincuenta de estos tratamientos se han hecho con hueso autólogo; de ellos, 7 mezclados con Hidroxiapatita y Membrana Gore, 11 igual, más Malla de Titanio, y el resto, 32, con Membrana reabsorvible.
• En 30 casos se utilizó hueso de banco durante el periodo final de los ochenta y principios de los noventa, de ellos, 4 con M. Gore y 11 con M. Gore más M. De Titanio. En el resto, membranas reabsorvibles.
• En 111 se utilizó Hidroxiapatita mezclada con la propia sangre del paciente y membrana reabsorvible y 7 igual relleno y M. Gore.
• Prótesis:
— Coronas: 119.
— Implantodentosoportadas: 132.
— Implantosoportadas parciales: 54.
— Implantosoportadas totales: 2.
— Implanto dento + esquelético con attaches: 20.
— Sobredentaduras: 11.

Las implantosoportadas + esquelético con attaches: 2.
• En 44 pacientes de los revisados (que representan el 15,4 por ciento del total) encontramos algunas incidencias re- marcables, y de ellos, en 23 con importancia.
• Hubo pérdida de 20 implantes en 10 pacientes (un 2,9 por ciento de los implantes correspondientes a la muestra y al 3,5 por ciento de los pacientes) debido a las siguientes causas:
— Infección: 7.
— Fractura alveolar: 6.
— Fractura dentaria previa: 3.
— Lesión dentaria previa: 2.
— Fractura del implante: 2.

Como se representa en la Tabla B.


Con reabsorción de hasta 3 mm sin ningún otro signo clínico (ver Tabla C).


Con reabsorción de más de 3 mm sin movilidad y sin sintomatología (ver Tabla D).

Resumen
1. Los pacientes pasan del 93 por ciento de la primera revisión después de los 6 meses, a una media de una visita cada 37 meses en la muestra estudiada.

2. Que la higiene no suele ser todo lo correcta que debiera, disminuye con la edad y es peor en los pacientes que aumentan los intervalos entre control y control.

3. Que la media de implante/paciente es de 2,3.

4. El envejecimiento de la población implantada; 65,6 por ciento con más de 51 años, con los riesgos que eso implica. Peor nutrición ósea, peores cuidados de las prótesis. Peor higiene, etc.

5. Que el 13,7 por ciento de los pacientes han tenido un segundo tratamiento y el 2,1 por ciento un tercero. Esto nos indica una demanda creciente de este tipo terapéutico, fruto de la confianza generada por la colocación exitosa de otros implantes anteriores.

6. Se ha revisado 125 implantes pos-extracción con un fracaso a los 10 años por infección.

7. Que el grosor y longitud más utilizados han sido 4 mm con 158 y 12 mm con 211.

8. Que los dientes más sustituidos han sido los molares 280 que representan el 41,8 por ciento. En esto ha influido nuestra tendencia a realizar prótesis implanto-dento-soportadas desde un principio.

9. La situación ósea del proceso alveolar previa al tratamiento implantológico sólo en 29 casos (9,12 por ciento) la consideramos como normal: no más de 2 años de desdentación y más de 5 mm de grosor y 12 de altura. En estos casos no fue necesario realizar tratamientos complementarios.

Tampoco necesitaron tratamiento complementario otros 58 pacientes. Si lo necesitaron, 198 el 69,5 por ciento; en casos de implantes pos-extracción, dehiscencias y en atrofias en general.

En 50 de estos casos se han utilizado injertos de hueso autólogo (25,5 por ciento).

10. Se han revisado 340 prótesis, de ellas 152 implanto-dento-soportadas o mixtas de distinto tipo, lo que representa el 44,7 por ciento del total y que nos indica la fiabilidad de la asociación diente e implantes cementados, teniendo en cuenta que estamos analizando una muestra que se extiende a un periodo de 21 años en los que hemos registrado la pérdida de 4 prótesis y 2 descementaciones.

11. Hubo 44 pacientes con alteraciones de cierta importancia. En 10 de ellos se perdieron 20 implantes, siendo el de menor longevidad de 6,5 años por infección no tratada a tiempo y el de mayor de 18 años también por infección. En otros 13 pacientes hubo pérdida de proceso alveolar, con afectación de 24 implantes que siguen funcionales. En los 17 restantes había fuerte inflamación de partes blandas.

La media de edad de los 23 con mayor afectación es de 60 años, siendo el más joven de 35 años, con pérdida del implante después de10 años y el más longevo 80 años, con implantes funcionales después de 14 años.

Correspondencia
Dr. David Risueño Gómez.

Cirugía Oral e Implantes. C Alcala, n.º 199.

28028 Madrid. v

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