El doctor Eduardo Anitua Aldecoa lleva más de cinco años investigando el plasma rico en factores de crecimiento (PRGF), que en su opinión representa “una herramienta terapéutica de primer orden” en cirugía oral y maxilofacial. Entre las innumerables ventajas del PRGF destaca el hecho de ser aplicable a todo tipo de pacientes, para quienes no representa riesgo alguno, careciendo, además, de efecto antigénico. Los tiempos de cicatrización y regeneración se reducen a la mitad y el post-operatorio mejora de manera notable.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca y especialista en Estomatología por la Universidad del País Vasco, el doctor Anitua es miembro de numerosas sociedades científicas, ha dictado más de 150 conferencias y cursos sobre implantes, prótesis y estética dental y es autor, entre otras obras, del libro “Un nuevo enfoque en la regeneración ósea”, sobre el plasma rico en factores de crecimiento.
Pregunta. ¿Cuánto tiempo llevan usted y su equipo investigando acerca del plasma rico en factores de crecimiento plaquetario?
Respuesta. En el año 1995 estaba realizando un trabajo sobre injertos óseos y encontré alguna publicación que me pareció muy interesante sobre la utilización de fibrina autóloga para compactar los injertos.
Mi interés aumentó cuando se constató la presencia de ciertos factores de crecimiento, en el plasma humano. No había ninguna técnica publicada a nivel mundial para la obtención de un plasma rico en factores de crecimiento y esto todavía aumentó más mi interés. En aquellos momentos el único trabajo referente a la utilización de fibrina autóloga en cirugía maxilofacial era de Tayapongsak y la técnica que utilizaban era de impensable aplicación para nuestros pacientes, ya que partían de volúmenes de 500 cc de sangre y utilizaban trombina bovina cuya utilización en Europa no está permitida. Además el método que utilizaban era muy complejo, solo aplicable en ambiente hospitalario, y tampoco presentaban resultados objetivos. Pero me parecía que tenía sentido profundizar en el tema.
P. ¿En qué consisten sus investigaciones?
R. En principio en obtener un plasma rico en factores de crecimiento. La técnica debía de ser sencilla, reproducible, que partiera de pequeñas cantidades de sangre y que no utilizara ningún hemoderivado; en otras palabras, era conseguir un plasma rico en factores de crecimiento autólogo. Nuestras hipótesis de trabajo, le digo nuestras porque casi desde el principio formé un equipo de trabajo, era obtener un plasma en el que obtuviéramos en suspensión un concentrado plaquetario y un concentrado de las proteínas plasmáticas, por lo tanto tuvimos que instaurar múltiples protocolos hasta que pensamos que estábamos sobre la pista, entonces comenzamos a trabajar con técnicas de anticuerpos monoclonales para comprobar que efectivamente ese plasma era un plasma rico en factores de crecimiento. También tuvimos que estudiar a microscopía electrónica y con técnicas complejas de radio-inmunoensayo con doble marcaje que la membrana plaquetaria y sus receptores se encontraban intactos, así como que las plaquetas obtenidas con esta técnica conservaban todo su contenido proteico.
Una vez en esa fase comenzamos a trabajar con cultivos con diferentes líneas celulares para comprobar si los efectos eran los esperados. Posteriormente trabajamos con diferentes concentraciones de factores de crecimiento para ver cuál era la dosis terapéutica idónea y hemos conseguido demostrar de forma objetiva y medible que con el PRGF (plasma rico en factores de crecimiento) con el que trabajamos, en una semana conseguimos una proliferación de osteoblastos cuatro veces superior a la zona control (resultados in vitro).
Otra fase de la experimentación fue establecer el modo de activación de este plasma ya que, en algunas ocasiones, nos interesaba obtener un coágulo de fibrina a modo de esponja empapado en factores de crecimiento y de nuevo tuvimos que realizar cientos de ensayos hasta que dimos con el procedimiento que consideramos idóneo, lo mismo a la hora de compactar injertos. Después llegó la fase de investigación animal y de nuevo trabajando en defectos óseos rellenos con plasma, comparándolos con zona control y biopsiándolos comprobamos unas diferencias histomorfométricas espectaculares al mes. Luego continuaron los ensayos clínicos y el estudio de las múltiples aplicaciones y a partir de aquí un larguísimo etcétera y un montón de líneas de investigación que hemos ido abriendo.
La ventaja fundamental es que el plasma obtenido es 100 por ciento autólogo, por lo tanto, sin ningún tipo de riesgo |
P. ¿Qué logros reales se han alcanzado hasta el momento para potenciar el crecimiento del tejido óseo tras un injerto?
R. Hemos conseguido compactar los injertos y que estos sean más manejables, las proteínas son adhesivas. Hemos conseguido obtener membranas y tapones de fibrina autóloga con lo que esto supone a la hora de su aplicación clínica. Pero lo realmente importante es que hemos conseguido concentrar las proteínas plasmáticas responsables de fenómenos tan importantes como la quimiotaxis, proliferación y diferenciación celular. Hemos demostrado que la concentración que usamos es una concentración terapéutica y que estimula el crecimiento óseo hasta cuatro veces por cuantificarlo de alguna manera. En un estudio multicéntrico que lleva tres años de evolución en más de 6.000 casos tratados no se ha observado ni un solo efecto indeseable. La estimulación de la regeneración ósea, regeneración alrededor de implantes y aceleración de la epitelización es incuestionable. Sólo hay que observar las evidencias tanto en estudios in vitro, experimentación animal y los casos clínicos.
Además nuestra técnica y el equipamiento que hemos diseñado y patentado es el único que permite obtener un plasma rico en factores de crecimiento con un bajo nivel de interleukinas que son las proteínas responsables de efectos inflamatorios indeseables y que algunos autores sugieren que no deben de estar presentes en las fracciones plasmáticas que utilizamos, opinión que evidentemente compartimos.
P. ¿Cuáles son las principales aplicaciones del sistema que usted propugna?
R. En cirugía oral y maxilofacial creo que es una herramienta terapéutica de primer orden. Desde el protocolo que hemos desarrollado para hacer una extracción hasta para regenerar áreas futuras, reparar fracturas, compactar injertos, etc.
P. ¿Resulta válido para todos los pacientes y/o casos?
R. Resulta válido absolutamente para todos los pacientes, pero para pacientes de riesgo como fumadores yo diría que es casi imprescindible, son dos mundos diferentes la epitelización de un fumador con o sin factores de crecimiento.
P. ¿Qué grado de éxitos alcanza y qué ventajas ofrece para el paciente?
R. La ventaja fundamental es que el plasma obtenido es 100 por ciento autólogo, por lo tanto sin ningún tipo de riesgo y sin ningún efecto antigénico. Además el coste por tratamiento es inferior a 4 euros. En una zona post-extracción, para irnos a la situación más elemental, podemos conseguir que epitelice en la mitad de tiempo, disminuir los riesgos de complicaciones como la alveolitis, que el hueso se regenere antes y que a los cuatro meses se le pueda poner un implante en la zona post-extracción. Además el post-operatorio mejora de forma espectacular.
Es totalmente cierto que en este país no se investiga todo lo que se debiera pero estoy convencido que con humildad y trabajo llegarán los resultados |
P. ¿Qué diferencia hay entre PRP y PRGF?
R. Es una excelente pregunta. La obtención de PRP, o sea, un plasma rico en plaquetas mediante una técnica de precipitación de plaquetas, está en todos los libros de hematología.
Cuando en 1994 Tayapongsak publicó el primer trabajo sobre utilización de PRP en cirugía maxilofacial partía de protocolos totalmente diferentes y posteriormente el trabajo de Marx continuó en la misma dirección. Ellos partían de volúmenes de 500 cc de sangre para obtener un precipitado o concentrado plaquetario con un número elevadísimo de plaquetas. Nosotros hemos demostrado que no tiene sentido hoy en día y que además la dosis terapéutica es mucho menor. Hemos llegado a observar en estudios in vitro necrosis de osteoblastos si la concentración de factores de crecimiento es muy elevada. Además utilizaban trombina bovina para su activación, a nosotros nos parece una aberración obtener proteínas de un paciente y luego tener que mezclarlas con proteínas de origen animal para su aplicación. Conceptualmente es un contrasentido.
Es la primera técnica en la literatura mundial de aplicación de factores de crecimiento plasmáticos autólogos terapéuticamente, sin tener que utilizar ningún hemoderivado y partiendo de pequeños volúmenes de sangre, lo presenté por primera vez en el año 1997 y apareció publicado en el 1999. Y esto no es discutible ni opinable, sólo hay que repasar la literatura. Además es la única técnica que permite obtener un plasma rico en factores de crecimiento con un bajo contenido en interleukinas.
Nosotros decidimos que nuestra investigación fuera por un camino diferente y el tiempo creo que nos ha dado la razón plenamente. Había autores que decían que con pequeñas cantidades de sangre el número de plaquetas no era suficiente, pues les hemos demostrado que estaban equivocados. Que para activar el plasma había que utilizar trombina bovina, pues les hemos demostrado que trabajando con una fracción plasmática diferente se puede activar la trombina autóloga. Que para la aplicación de la técnica hacían falta equipos sofisticados y con unos costes por tratamiento elevados, hemos desarrollado un equipo que cuesta 2.705 euros y con unos costes por tratamiento de 4 euros. Y todo esto con una documentación científica y una casuística muy superior a todo lo que han hecho posteriormente otros laboratorios.
P. ¿En qué situación se encuentra España con lo que respecta a este tipo de investigaciones, somos pioneros o andamos a la zaga de otros países de nuestro entorno?
R. En este tema es incuestionable que hemos sido pioneros y que nuestra investigación ha ido por caminos claramente diferentes de lo publicado con anterioridad.
Siempre hay algún pequeño sector de nuestra profesión que mira con admiración todo lo que se hace en el extranjero y con recelo lo que se hace en España, son complejos que se deben de ir curando. Es totalmente cierto que en este país no se investiga todo lo que se debiera pero estoy convencido que con humildad y trabajo llegarán los resultados, pero lo que está claro es que nadie nos va a regalar nada y en nuestro país menos. v