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“Hasta ahora ha habido poca, o ninguna, sensibilidad por parte de la Administración hacia el tratamiento dental de los pacientes discapacitados”

Juan José Alió. Profesor titular de Ortodoncia de la Facultad de Odontología de la UCM. Secretario general de la Asociación Iberoamericana de Ortodoncistas. Madrid

El doctor Alió presidió el pasado mes de noviembre el Congreso Mundial de la International Association of Disability and Oral Health, un encuentro que ha servido, entre otras cosas, para transmitir a la población la existencia y las necesidades bucodentales de los enfermos con discapacidades y de los pacientes médicamente comprometidos.

Las dificultades en el manejo de este colectivo requieren un tipo de instalaciones específico y una atención especializada. Todavía hoy, a pesar de los esfuerzos que se están realizando desde algunas instancias, como la Sociedad Española de Odontología para el Minusválido y el Paciente Especial (SEOEME), existe un gran vacío en el tratamiento de estos enfermos.

El doctor Alió, como la mayoría de los profesionales, demanda una mayor implicación de la Administración pública en este terreno.

Pregunta. ¿Por qué es necesaria la existencia de una sociedad que se preocupe específicamente de los pacientes especiales?
Respuesta. La Sociedad Española de Odontoestomatología para el Minusválido y el Paciente Especial nació en 1987 con el objetivo de procurar una atención dental a los pacientes discapacitados, sobre todo a los discapacitados psíquicos. ¿Por qué? Bueno, pues porque estos pacientes, sobre todo los de síndrome de Down y parálisis cerebral, o sea, todo lo que es retraso mental, estaban ausentes de todo tipo de atención odontológica. Prácticamente lo único que recibían era un tratamiento dental de tipo mutilante.
Entonces, el objetivo era formar y concienciar a la profesión odontoestomatológica de las posibilidades de tratamiento que existían para estos pacientes. Muchas veces no se les trataba porque los propios profesionales no estaban formados, porque no sabían cómo hacerlo.
En segundo lugar, también tenemos el objetivo de incentivar y promocionar la salud bucodental dentro del colectivo de estos pacientes y sus familias. Es decir, estos pacientes están inmersos en un problema general, dentro del cual no son conscientes de que el tema dental es también muy importante.

P. ¿Cuál ha sido la evolución de la SEOEME?
R. La sociedad ha ido creciendo poco a poco, pero constantemente. Llevamos ya cinco congresos. Cada vez despierta mayor interés entre los profesionales.
Al principio, hay que decir que la principal preocupación de la Sociedad fueron los discapacitados psíquicos. Pero luego el ámbito de la Sociedad se ha ido ampliando hacia discapacitados físicos y sensoriales, sobre todo ciegos y sordos.
A partir de ahí, como complemento, y siguiendo la línea europea, hemos incorporado al paciente especial, que es un paciente con compromiso médico. Es decir, que puede ser un paciente que tenga una enfermedad general y que su tratamiento odontológico tenga que tener unas pautas o protocolos especiales.

P. ¿Se podría decir que estos pacientes están desatendidos o poco atendidos? ¿Debería implicarse más la sanidad pública en este terreno?
R. Hasta ahora ha existido muy poca o ninguna sensibilidad por parte de la Administración pública hacia el tratamiento dental en estos pacientes.
Hoy en día las cosas están cambiando, despacio, pero están cambiando. Existe algo más de motivación y de concienciación en las administraciones públicas hacia este tipo de pacientes. Se están creando algunos centros pilotos especiales para pacientes discapacitados, por ejemplo, en Valencia, Galicia… Pero bueno, por lo menos se nota cierta motivación.
Atender a este tipo de pacientes en una clínica dental convencional es imposible, por el tipo de manejo especial que requiere (sedación, anestesia general…). Ello nos obliga a acudir a un ámbito hospitalario o a clínicas muy muy específicas.
En segundo lugar, los pacientes que tienen compromiso médico, en ocasiones, no deben ser tratados en una clínica convencional, sino que es aconsejable estar en un entorno hospitalario para tener a mano personal especializado por si surge alguna complicación.
Esto es la necesidad. Sin embargo, la realidad es que hoy en día no existen centros de referencia a los que un paciente discapacitado o sus padres puedan acudir. Esta es una de las peticiones más importantes que podemos hacerle a la Administración. Sería bueno que hubiera al menos un centro de referencia en cada comunidad autónoma donde los pacientes que tengan una discapacidad física, psíquica o sensorial puedan ser tratados convenientemente, porque muchas veces se encuentran completamente perdidos, no saben dónde ir.
En el ámbito privado, tendrían que ser clínicas muy específicas, y tampoco las hay. Lo que sí hay son profesionales que están muy habituados a tratamientos con anestesia general y que sus clínicas, a lo mejor, tienen sistemas especiales para poder hacer una sedación, pero son muy pocas, contadas, y de una manera no muy desarrollada.

P. ¿Existe algún tratamiento, desde el más simple al más complejo, que no pueda ser aplicado a los disminuidos psíquicos?
R. Pueden acceder a cualquier tipo de tratamiento, incluso al más innovador o complejo. Lo que ocurre es que hay una serie de condicionantes, el principal es el manejo del paciente. La mayoría de las veces no podremos aplicar una técnica a un paciente porque no se va a dejar. Para solucionar esto, se utiliza la sedación o la anestesia general.
La segunda limitación de estos pacientes es su alteración general, es decir, su problemática de salud general.
Fuera de estas dos limitaciones, pueden acceder a cualquier tratamiento. No tienen por qué estar condenados a tener una Odontología de segunda.
De manera que, técnicamente, se pueden tratar, lo que ocurre es que requieren más trabajo, más dificultad y preparación, pero se puede hacer.

P. En noviembre se celebró, por primera vez en España, un Congreso Mundial de la International Association of Disability and Oral Health. ¿Cuáles son las conclusiones más importantes que pueden extraerse de este encuentro?
R. Tal vez lo primero que hay que destacar es el alto nivel científico del Congreso y la elevada asistencia de profesionales de todo el mundo. Pero también sirvió, sin duda, para hacer una promoción de la problemática de estos pacientes a nivel de la población general. El que este Congreso se celebrara sirvió para que la sociedad en general y los pacientes discapacitados, su entorno familiar, tuvieran conciencia de cuál es el problema que existe en estos momentos en relación con ellos.
Luego, a nivel científico, uno de los bloques más importantes ha sido el de manejo del paciente, en el que hemos visto que la tendencia actual es hacer menos anestesia general y más sedación.
Se habló también, de una manera muy importante, del tratamiento de pacientes geriátricos, su problemática y pautas de tratamiento.
También se abordó el tema de la cirugía ortognática como tratamiento de las anomalías craneofaciales en pacientes especiales con retraso mental o discapacidad sensorial, porque es una anomalía que afecta mucho a su calidad de vida. Con la cirugía ortognática se puede corregir. En este sentido, se plantearon casos, sobre todo, de distracción ósea muy interesantes y de las posibilidades de la ortodoncia en este campo.
El paciente psiquiátrico y sus dificultades de manejo, sobre todo, los que están institucionalizados, centró también la atención de los congresistas.

P. Se habla de la repercusión de la salud bucodental en la salud general. En el caso de pacientes minusválidos y especiales, ¿es necesario vigilar con más celo esta relación?
R. La patología dentaria puede producir una afectación de la salud general, por varios factores. En primer lugar, por la disfunción que presenta; por ejemplo, la ausencia de muchas piezas puede provocar alteraciones masticatorias y por lo tanto gastritis, problemas gastrointestinales, etc.
También las bajadas de defensas les van a provocar el estar siempre enfermos. Hay una relación muy directa entre el estado de la salud bucal y la salud general.

P. ¿Están suficientemente concienciados los padres de los enfermos, en el caso de los disminuidos psíquicos, y los propios enfermos de estos problemas?
R. La mayoría de las veces no. El paciente tiene una problemática general de salud muy importante y la boca se considera un mal menor.
Los padres se conciencian ya cuando existe una patología clara. En esos momentos es cuando acuden al dentista y la mayoría de las veces ya no hay posibilidades de tratamiento o el tratamiento es muy complicado.
Una de nuestras principales prioridades es precisamente concienciar a la familia del discapacitado del problema que supone no tener una adecuada salud bucodental, porque le afecta mucho a su calidad de vida. Además, una buena salud bucodental interviene en una mejor aceptación social del individuo.

P. ¿Es suficiente la enseñanza universitaria que se da a los odontólogos sobre el tratamiento de estos pacientes, o se precisa una formación especializada?
R. Existe una asignatura de quinto curso en la Licenciatura de Odontología en la que se abordan estos temas. Por lo tanto, el alumno está recibiendo formación, o por lo menos información, de que existe esta problemática. Además, los alumnos suelen estar motivados e interesados en el tratamiento de estos pacientes.
Otra cosa es que la formación sea suficiente. Es necesario que el odontólogo que termina la licenciatura, si tiene interés en tratar a estos pacientes, siga preparándose, porque se exige una formación muy especializada.
Lo que sí puedo decir es que hay un interés por parte de muchos alumnos en el tratamiento de estos pacientes. v

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