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“Expodental 2004 ha sido una edición transitoria, cuando reunía las condiciones para haber sido extraordinaria”

No se puede hacer referencia a la 8.ª edición del Salón Internacional de Equipos, Productos y Servicios Dentales, Expodental, sin recordar el criminal atentado perpetrado en Madrid el 11 de marzo, coincidiendo con la inauguración de la feria, y que segó la vida de 202 personas inocentes. Sobreponiéndose al horror y al dolor, los organizadores de Expodental optaron por seguir adelante con el programa previsto. Al final, el balance de la feria resultó moderadamente positivo, gracias al esfuerzo de todos los profesionales implicados. Sin embargo, según nos comenta D. Alfonso de Borbón, director de Certámenes de la Institución Ferial de Madrid (IFEMA), Expodental 2004 reunía todas las condiciones para haber sido una edición extraordinaria.

Pregunta. A pesar de las trágicas circunstancias con que comenzaba esta edición de Expodental, hay una pregunta casi obligada, ¿cuál es el balance en cifras de la feria?
El número de expositores extranjeros directos ha disminuido en seis o siete firmas…

Respuesta. A mí el hecho de que haya disminuido levemente el número de empresas expositoras no me preocupa, porque lo que significa es que las empresas que ya expusieron en la última edición han encontrado distribuidor en España y acuden como representadas. No nos olvidemos de que las empresas extranjeras que acuden a Expodental lo hacen con un objetivo claro, igual que las firmas españolas cuando exponen en el extranjero, y es buscar un representante.

Y en ese sentido, se sigue manteniendo un buen nivel. Yo creo que un buen nivel en una feria internacional es una presencia de firmas extranjeras por encima del diez por ciento, y en Expodental hay más de un veinte por ciento de expositores extranjeros directos. Es de las ferias más internacionales.

En lo que se refiere a metros cuadrados de exposición, estamos en línea con la edición pasada. Seguimos llenando el Pabellón 10 e, incluso, este año hemos estado algo más apretados. Y eso que se quedaron expositores fuera. No pudimos atender todo el crecimiento de superficie que algunas empresas querían, lo cual es para mí síntoma de la buena salud de que goza el sector.

Yo confío en que en la edición de 2006, en la que ya estamos pensando, el nivel de participación por parte de las empresas sea, como mínimo, el que hemos tenido en ésta.

Lamentablemente, por las circunstancias que todos conocemos, la asistencia de visitantes no ha sido la esperada. La edición de Expodental 2004 ha sido una edición transitoria, que nos ha dejado a todos muy mal sabor de boca, sobre todo cuando reunía las condiciones para haber sido una edición extraordinaria. En 2002, la afluencia de visitantes superó los 19.000 y en 2004 nos hemos quedado en escasos 13.500.

Durante la celebración del certamen, hemos recibido numerosas cartas, e-mails y llamadas de ánimo, felicitándonos, primero, por la buena labor de IFEMA y otros comunicándonos que renunciaban a venir a la feria. Recuerdo, en concreto el caso de un doctor muy conocido, de Valencia, que me llamó para decirme que no podía venir y me rogó que le hiciera una gestión. Este señor iba a adquirir un láser, me dio el nombre de la empresa a la que se lo pensaba comprar para que me pusiera en contacto con ellos y le pidieran a su delegado en Valencia que fuera a verle.

Sin embargo, el grado de satisfacción del expositor, que es por lo que yo mido el resultado de la feria, ha ido mejor de lo que ellos mismos esperaban, dadas las circunstancias. La normalidad se recuperó poco a poco y el sábado fue un día prácticamente normal dentro de lo que suelen ser las jornadas de Expodental.

P. ¿Quién tomó la decisión final de seguir adelante con Expodental? ¿En qué argumentos se fundamentó esta decisión?
R. La decisión la tomó el director general y nos consultó a los directores de certámenes cuál era la valoración que podían hacer los expositores y quiénes eran partidarios de seguir adelante con la feria.

Para mí se trata de una decisión muy acertada: cumplir con nuestros contratos y nuestras obligaciones hacia los expositores y los visitantes profesionales, ya que muchos de ellos también, pese a todo, nos habían confirmado que seguían manteniendo su asistencia a la feria. De hecho, todas las ferias que coincidían con la nuestra se mantuvieron. Y lo único que pudimos hacer fue el primer día, a la hora en que pensábamos llevar a cabo la inauguración oficial, guardar cinco minutos de silencio; y el viernes, cuando estaban convocadas las manifestaciones, paramos también cinco minutos. Ambos paros fueron seguidos de manera muy rigurosa por todos los participantes en Expodental.

Además, tengo que decir que, por celebrarse la feria en el pabellón 10, puerta norte, estuvimos muy próximos a las víctimas y a sus familiares. Tuvimos que desmontar la secretaría de Expodental, colaborar con las avalanchas de servicios de protección civil que nos llegaban a la secretaría del certamen. Casi auxiliar y ayudar a los primeros familiares que llegaban allí porque era la primera oficina próxima a la entrada. Y la verdad es que hay que mencionar también que había una serie de empresas que tenían contratadas salas para sus demostraciones, salas que fueron ocupadas por toda la logística del suceso; pero sobre todo quiero destacar que el sábado por la tarde recibimos un aviso del Cementerio de La Almudena en el que los forenses nos pedían material para proseguir sus labores de identificación y, con sólo dos llamadas que hicimos por megafonía en el pabellón, recogimos todo el material que se precisaba: espejos, sondas, etc. cedido por los expositores. Y esto, la verdad, demuestra la calidad de las personas. Había gente que no tenía nada, pero nos decían que podían llamar al almacén para pedirlo. Hubo expositores que, incluso, nos dejaron una bolsita con desinfectante, que era lo que tenían. Quiero aprovechar estas páginas para decir que no sólo tenemos un sector potente y dinámico, con unas expectativas de futuro impresionantes, sino que además es un sector a prueba de cardiólogos por su gran corazón; que, en estos días que hemos estado tan afectados, me he encontrado, como siempre, acompañado por los miembros del comité organizador y por la gente, que nos ha dado mucho ánimo y nos ha permitido seguir adelante con nuestro trabajo.

En este sentido, volviendo al principio de la pregunta, IFEMA es una empresa de servicios y hemos hecho lo que teníamos que hacer. Mis colegas de otras ferias que se estaban celebrando en España tampoco las suspendieron, Y pienso que en esos momento, IFEMA, tocadísimos como estábamos, por todo lo que estaba aconteciendo, supimos estar a la altura.

Lo que más puedo agradecer a nuestros expositores, a las empresas del sector es que no he escuchado una mala palabra, siempre han sido palabras de apoyo.

En algún momento del viernes he percibido cierta desorientación, algunas empresas que no sabían si seguíamos. Todo fue una confusión, porque en el pabellón 8, contiguo al nuestro, se celebraba Textil Moda y esta feria cerraba el viernes a las tres. Entonces, al empezar a ver el desmontaje, camiones que cargaban, algunos creyeron que se suspendían todas las ferias, cuando no era así.

P. Fue también un acto de generosidad, por parte de IFEMA, ceder el pabellón 6 para albergar a las víctimas y recibir a sus familiares.
R. Nosotros somos la institución ferial de todos los madrileños y de todos los españoles. Como empresa que somos de servicios tenemos la prioridad del desarrollo de las empresas españolas, el que las empresas expositoras hagan negocio. Jamás podíamos pensar, en nuestros 25 años de historia, que nos iba a tocar organizar el evento más triste. Esto es lo que nos comunica el director general en una carta que nos acaba de hacer llegar a todo el personal.

P. Antes hemos comentado que en las ocho ediciones que lleva celebrándose Expodental, la participación no ha dejado de crecer. ¿Cuáles son, en su opinión, las razones de este éxito continuado?
R. Todo influye. El hecho de que llevemos tanto tiempo colaborando con FENIN representa para nosotros una tranquilidad. Se da el caso de que FENIN e IFEMA acaban de cumplir ambas veinticinco años de historia y el hecho de que llevemos ya casi dieciséis años colaborando a lo largo de estas ocho ediciones es un buen referente. Yo, particularmente, me siento muy satisfecho de la colaboración de FENIN. Siempre digo que posiblemente sea el director de ferias de esta casa que más acuerdos de colaboración firma con más asociaciones. Y en Expodental sólo hay una asociación, pero es que hay ferias en las que colaboro hasta con diez asociaciones distintas. Y me parece bien, pues cuando organizamos una feria queremos que sea representativa del sector y esto significa que todos los protagonistas tienen que participar. Si hay una asociación, que es FENIN, que lo hace bien y que goza de reconocimiento, pues nosotros colaboramos con ellos. Nos aportan su conocimiento, nos dan pautas del sector. Nosotros aportamos nuestra experiencia como organizadores de eventos y de ahí salen siempre buenos desarrollos. No hay que olvidar un detalle: IFEMA empuja todos los proyectos, pero, al final, nosotros no nos sacamos los conejos de la chistera. Si un sector quiere una feria, y la mima, y la potencia, la feria será excelente.

En general, la evolución de la feria ha sido muy positiva. En concreto, las tres últimas ediciones: 2000, 2002 y 2004.

De aquí en adelante, el reto está muy claro: habrá que crecer, pero más bien a nivel de presencia internacional. Hemos cerrado acuerdos muy próximos con portugueses e italianos, con los alemanes hay acuerdos de colaboración entre organizadores, de intercambios de stands; hemos estado en Brasil.

IFEMA extiende su red de delegaciones propias en todo el mundo, amplía su red de técnicos de comercio exterior entre cámaras de comercio e IFEMA tenemos cuarenta personas en cuarenta países distintos que nos mandan información de asociaciones, de empresas, nos comunican cómo están los sectores de interés, sobre todo en ferias internacionales. Tenemos una buena estructura a nivel internacional. Y ahí es donde creo que en las próximas ediciones tendremos que crecer.

P ¿Merecería la pena hacer una Expodental anual?
R. Yo creo que no. El éxito de esta feria se debe, en parte, a su bianualidad. El hecho de hacerla cada dos años hace que haya ganas de feria y la gente venga con ilusión. Cuando se les convoca para la elección de espacio, vienen todos los expositores con ganas, pelean un metro cuadrado de más; en definitiva, luchan por su feria. Y eso, la verdad es que es muy gratificante, al margen de que también es rentable para IFEMA.

Y no me digáis que este año no había un montón de dinero invertido en los stands, porque la inmensa mayoría de las empresas ha realizado un esfuerzo notabilísimo en imagen en la feria. De hecho es la edición que menos stands modulares había. Estéticamente, ha sido la Expodental mejor decorada.

P. En lo que se refiere a presentación de novedades, ¿ha sido también una buena edición?
R. Yo diría que sí. En general, recuerdo que en la anterior tuvimos un gran éxito en la prensa y estoy convencido que este año hubiera sido mejor por todos los sistemas de blanqueamiento de láser, las cámaras digitales intraorales, todos los procesos informáticos, etc., pero desgraciadamente, la noticia no estaba en el pabellón 10 de IFEMA.

P. El viernes, día 12, IFEMA organizó un cóctel de bienvenida para los odontólogos y el sábado, día 13, otro para los protésicos.
R. Nosotros, desde IFEMA, queremos hacer la función de bisagra en el sector dental. Bisagra, porque tenemos dos colectivos que se llaman odontólogos y estomatólogos y protésicos.

He tenido la suerte de conocer al presidente del Consejo General de odontólogos, doctor D. Manuel Alfonso Villa Vigil, y al presidente del Consejo General de protésicos, D. Francisco Horrach; y he comprobado que, en general, hay más cosas que les unen de las que les separan.

Y desde aquí quiero hacer un llamamiento para que la edición de 2006 sea realmente el escaparate de todos, de todo el sector. Que podamos ir, no a un cóctel de odontólogos, no a un cóctel de protésicos, sino a un cóctel del sector en el que estén odontólogos, protésicos y la industria, intercambiando impresiones. Que, una vez cada dos años, los presidentes puedan salir juntos en la foto; y los demás: todos felices y contentos.

Estamos pensando, como es nuestra obligación, de qué manera podemos tender puentes. Las diferencias hay que evitarlas. Otros países de nuestro entorno tienen ya este tema solucionado y aquí habrá que buscar una solución satisfactoria para todos.

También yo encuentro en ese sector algo en lo que todos deberían ponerse de acuerdo. Echo a faltar una gran campaña de información y, sobre todo, continuidad en ella. Sé que se ha intentado reiteradamente, pero no es bastante. Aquí se tienen que implicar todos: la industria, los colegios, pero también, a nivel particular, los propios profesionales. Es mucho lo que se podría hacer para aumentar las visitas preventivas al dentista
Voy a poner un ejemplo. Yo suelo viajar con bastante frecuencia al extranjero y conozco una cadena de hoteles, que es la cadena Sheraton, la cual envía a sus clientes una tarjeta que acumula puntos según se va usando en sus establecimientos. Y, además, te recuerdan que hace tres o cuatro meses que no viajas al Sheraton de Munich, es decir, te persiguen.

Aquí en España también hay buenos hoteles que hacen lo mismo: se quedan con tu ficha, pero ningún director de hotel es capaz de mandarte una carta de agradecimiento por haber utilizado sus instalaciones y recordarte que si quieres volver el año próximo, que lo confirmes con tiempo.

Yo no he recibido de mi dentista, y a mi dentista le conozco desde hace treinta años, ni una carta. ¿Por qué un dentista es incapaz de comunicarse con sus clientes y decir, por ejemplo “querido Alfonso, se aproxima el vencimiento de la última revisión que te hicimos hace ya casi un año y te recuerdo la necesidad de que acudas de nuevo”? Nadie hace eso. ¿Por qué el dentista es incapaz de mandar a sus pacientes una circular, mientras que sí lo hacen las franquicias? Y con las franquicias está todo el mundo mosqueado, porque eso me consta. Si un dentista tiene un fichero aproximado de, digamos, 3.500 clientes, que les mande un recordatorio. Es útil, incluso para actualizar el listado de pacientes.

Recuerda a tus pacientes que has renovado tus equipos, que cuentas con nuevas técnicas…

Otro ejemplo: El Corte Ingles felicita a los titulares de su tarjeta de compra en fechas señaladas, como Navidad o en su cumpleaños. ¿Por qué no lo hace el dentista?
Estamos al cuidado de algo tan importante como es la salud, que requiere de un seguimiento. Hay que fidelizar al paciente.

En cambio, seguro que exigen otro tratamiento a sus proveedores.

Luego nos lamentamos de que la gente no pisa un dentista. ¿Se preocupa el dentista de que la gente acuda a su consulta? Todos tenemos deberes, no sólo derechos.

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