Renata Faria. Profesora asistente de Prótesis Dental en la Universidad Metropolitana de Santos, UNIMES y Universidad Paulista, UNIP. / Marco Antonio Bottino. Profesor titular de Prótesis Dental en la Universidad Paulista, UNIP. / Edmir Colonello. Profesor adjunto de la asignatura Prótesis Parcial Fija de la Facultad de Odontología de São José dos Campos, UNESP. Profesor asistente de la asignatura de Prótesis Dental de la Universidad Paulista, UNIP. Brasil
Es muy frecuente la incidencia de inflamaciones en la fibromucosa de revestimiento de los rebordes en portadores de prótesis totales.
Resumen
Este hecho está relacionado, en la mayoría de los casos, con la falta de información de los pacientes referente a la necesidad de consultas de control y sustitución de las prótesis cuando sea necesario. Para la confección de nuevas prótesis, la mucosa alterada debe estar acondicionada para restablecer la salud de los tejidos. El propósito de este trabajo fue observar clínicamente el comportamiento y la eficiencia de un nuevo acondicionador de tejido monocomponente (DINABASE®). Se seleccionaron diez pacientes portadores de prótesis totales que presentaban cambios de tejido en la mucosa de revestimiento de los rebordes. El material fue utilizado según las instrucciones del fabricante, y los resultados obtenidos fueron muy favorables.
Palabras clave
Acondicionador de tejido; de bse; Prótesis total.
Introducción
Los acondicionadores de tejido son materiales suaves indicados para varias situaciones en prótesis. Proporcionan absorción de parte de la energía producida por el impacto masticatorio, evitando, de esa forma, molestias en los tejidos de soporte. Algunos son considerados permanentes, pudiendo ser procesados en laboratorio; otros temporales, hechos directamente en el consultorio. PHILLIPS (1993), en su libro SKINNER/Materiales dentarios, dividió los acondicionadores en dos grandes grupos: 1) revestimientos blandos o elásticos, usados como materiales “permanentes”: resina acrílica plastificada, resinas vinílicas, siliconas de goma y otros polímeros; 2) acondicionadores de tejido o nuevos acondicionadores temporales blandos, usados por un corto periodo de tiempo: resinas acrílicas muy plásticas.
En 1977, GONZÁLEZ ya mostraba preocupación en conseguir un material suave que resolviera problemas comunes en varios tipos de prótesis totales como prevención y tratamiento de irritaciones crónicas de la mucosa, pacientes con anormalidades anatómicas, bruxismo, prótesis mal adaptada y una combinación de estos y de otros problemas. Algunos materiales eran considerados temporales, otros permanentes; sin embargo, el uso prolongado presentaba algunos problemas. Varias fallas de estos materiales ya eran citadas en la época, como: falta de adherencia a la base de la prótesis, dificultad de higiene, olor y gusto desagradable, porosidad y contaminación por hongos.
Estas características indeseables llevaron a otros autores a estudiar algunas propiedades de estos materiales como las propiedades mecánicas (MCCARTHY y MOSER, 19788; WATERS y JAGGER, 1999), las propiedades visco-elásticas (DEMOT y cols., 1984; MURATA y cols., 2002), y la flexibilidad y elasticidad (GRAHAM y cols., 1989; PINTO y cols., 2002).
En 1990, QUDAH y cols., a través de una revisión de la literatura, presentaron la siguiente relación de propiedades ideales para los materiales suaves: 1) mínimo cambio dimensional durante el procesamiento; 2) mínima absorción de agua; 3) mínima solubilidad en saliva; 4) mantenimiento de su resiliencia; 5) buena adherencia a la base de la prótesis; 6) facilidad de higienización y no ser afectado por alimentos, bebidas o humo. También relacionaron las limitaciones de uso de estos materiales: 1) reducción de la resistencia de la base de la prótesis; 2) pérdida de la suavidad y resiliencia; 3) colonización por Cándida Albicans; 4) dificultad de limpieza; 5) inestabilidad dimensional; 6) falta de adhesión; 7) dificultad de acabado y pulido.
En 1997, GRONET y cols., a través de un trabajo bastante interesante, mostraron un aumento de resiliencia de tres marcas de acondicionadores temporales después del sellado de la superficie, comparando dos productos diferentes. Los trabajos más recientes, como el de MALMSTROM y cols. (2002) comprueban la eficiencia de estas selladores de superficie.
El problema de la porosidad que los materiales suaves presentan y la consecuente contaminación por hongos y bacterias llevaron OKITA y cols. (1991) a realizar un estudio in vitro e in vivo sobre la adhesión microbiana y pruebas para la actividad antibacteriana. Fueron probados cuatro acondicionadores de tejido, un “Soft Liner” y una resina acrílica usada para la fabricación de la base de la dentadura. En este trabajo, los acondicionadores mostraron muy poca actividad bacteriostática a pesar de contener plastificantes citotóxicos. En la experiencia de adhesión in vitro, más S. Mutans y C. Albicans se adhirieron a los acondicionadores de tejidos y “Soft Liner” en comparación con la resina acrílica.
La unión del acondicionador de tejido con la base de la prótesis es un requisito importante para que no ocurra, en esta interfase, la proliferación de bacterias. En 1992, KAWANO y cols. compararon la fuerza de adhesión de seis acondicionadores de tejido a la base de la dentadura. Todos presentaron fallos por cohesión o por adhesión. Los resultados del estudio mostraron que la fuerza de adhesión está relacionada con los componentes de los materiales.
Según ANIL y cols. (2000), la durabilidad de los materiales suaves de rebase es un problema importante, y uno de los factores que influencia esta durabilidad es la falla en la adhesión entre el material suave y la base de la prótesis, que puede ser atribuida a la microinfiltración en la interfase entre los dos materiales.
Según POLYZOIS y FRANGOU (2001), las razones más comunes para la necesidad de cambiar los nuevos materiales de rebase suaves son la falla en la adhesión entre este material y la resina acrílica de la base de la prótesis, la alteración en la dureza, rugosidad o color.
En los tratamientos de mucosas inflamadas e irritadas, o en postoperatorio de implantes, es necesario que el acondicionador de tejido permanezca en función por un periodo prolongado. La mayoría de los materiales requiere su sustitución en poco tiempo, alrededor de 4 a 5 días. La propuesta de este trabajo fue probar clínicamente la eficacia de un nuevo acondicionador de tejido monocomponente, termoplástico de alta viscosidad, obtenido de un polímero vinílico, sin monómero, no absorbe agua, atóxico y no alérgico, denominado DINABASE®. Está indicado para la realización un nuevo rebase temporal, acondicionamiento de tejidos y para obtención de un moldeado dinámico-funcional (Medice y Cattaneo, 1995). Se evaluaron, en 10 portadores de prótesis totales, la recuperación de los tejidos alterados y el aspecto del material durante el periodo de cuatro semanas.
Descripción de la técnica y presentación de los casos clínicos
A fin de presentar la técnica de acondicionamiento con un material monocomponente, describimos solamente 3 de los 10 casos clínicos realizados. Las observaciones y constataciones de los mismos son suficientes para constatar la calidad e indicación de este material.
Sigue la presentación de los casos clínicos donde el acondicionador DINABASE® fue utilizado según las recomendaciones del fabricante.
Caso clínico 1
Paciente de 52 años, sexo femenino, portadora de prótesis totales superior e inferior hace 6 años, se quejaba de la falta de estabilidad de las prótesis. En el examen clínico se puede constatar que las prótesis no poseían oclusión balanceada, las superficies oclusales de los dientes artificiales estaban desgastadas, la Dimensión Vertical de Oclusión disminuida, causando así una desestabilización de las bases de las prótesis. La fibromucosa de revestimiento del reborde superior se presentaba bastante inflamada, con áreas rojizas en todas las regiones del área basal (Figuras 1 y 2).
La prótesis total superior fue bien higienizada y la paciente realizó enjuagues con un antiséptico para iniciar los procedimientos de utilización del acondicionador DINABASE®.
Este material se presenta acondicionado en un cartucho de metal y para su aplicación es necesaria la utilización de una jeringa dispensadora especial (Figura 3). Como es un material termoplástico, para tornarlo más fluido, el cartucho fue calentado en agua caliente durante uno o dos minutos a una temperatura de 45 a 50 ºC. Este procedimiento no es esencial cuando la temperatura ambiente es elevada (>25º).
Después del calentamiento, se secó el cartucho, siendo insertado en la jeringa y perforado con el respectivo perforador (Figura 4).
Se ha colocado la boquilla sobre la extremidad del tubo de la jeringa y, a través de una presión sobre el émbolo, el material fue inicialmente aplicado en los bordes de la prótesis (Figura 5). Es importante destacar que la prótesis debe estar perfectamente seca para no interferir en la unión entre el acondicionador y la base de la prótesis. Después de la aplicación en todo el borde, se retiró la boquilla y una porción de material fue depositada en la región interna de la base de la prótesis (Figura 6). El material fue diseminado y moldeado con los dedos, siguiendo la morfología de la base, tomándose el cuidado de no dejar ninguna región sin cubrir (Figuras 7 y 8). También se puede utilizar algún instrumento para la acomodación del material en las regiones de difícil acceso manual. En esta fase se pudo constatar que el material no se adhirió al guante y a los instrumentos.
Antes de la inserción en la cavidad oral, la prótesis fue puesta en agua caliente durante algunos segundos para obtener una mayor fluidez. A continuación, la prótesis fue puesta en la boca y el paciente fue orientado a realizar movimientos funcionales de la musculatura paraprotésica, posibilitando así la salida y el moldeado de los tejidos (Figura 9). La prótesis permaneció en la boca por 5 minutos.
Antes de la retirada de la prótesis de la boca, el paciente hizo enjuagues con agua fría para estabilizar el material. Después de la retirada de la boca, la prótesis fue puesta en agua fría durante algunos segundos. Se recortaron los excesos con unas tijeras (Figura 10) y los bordes presionados con los dedos para sellar la región.
A continuación, la prótesis fue puesta nuevamente en la boca y se esperó más de 5 minutos. Después de su retirada, se la dejó en agua fría otros 5 minutos para que el material se estabilizara completamente.
Antes de terminar con el paciente, se dieron las siguientes recomendaciones:
1. Evite bebidas muy calientes en las primeras 36 horas.
2. Haga enjuagues con bastante agua fría antes de sacar la prótesis de la boca.
3. Evite bebidas alcohólicas (el alcohol puede ablandar el material).
4. Utilizar siempre agua fría y jabón neutro para la limpieza de la prótesis.
5. En los primeros ocho días, pase el cepillo solamente en los dientes.
6. Después de ocho días, un cepillo suave puede ser utilizado en la región interna, pero, sin presionar mucho.
7. No utilice ningún tipo de sustancia autodetergente o solventes.
En el primer control, después de una semana, el proceso inflamatorio prácticamente había desaparecido (Figuras 11 y 12). La paciente informó comodidad, aumento de la retención y ausencia de olor o gusto desagradables. El material se presentó un poco más duro, comparándose con el aspecto inicial, pero con una excelente elasticidad y perfectamente adherido a la base de la prótesis (Figura 13).
Se hicieron controles semanales, clínicos y fotográficos. Después de un periodo de cuatro semanas, el reborde, desde el punto de vista clínico, se presentaba completamente recuperado (Figuras 14 y 15) y el material todavía mantuvo características de resiliencia y adherencia en la base de la prótesis (Figura 16), sin la presencia de olor desagradable.
Caso clínico 2
Paciente de 38 años, sexo femenino, portadora de prótesis totales superior e inferior desde hacía 10 años. La prótesis superior se presentaba fracturada en la región anterior (Figura 17), con falta de retención y estabilidad. En el examen clínico se puede observar la presencia de áreas rojizas por toda la mucosa de revestimiento del reborde superior (Figura 18). La región fracturada de la prótesis fue reparada con resina acrílica (Figura 19) y el acondicionador de tejido DINABASE® fue aplicado en la base de la prótesis superior, siguiéndo exactamente los mismos procedimientos hechos en el caso clínico 1 (Figura 20).
Las instrucciones de uso fueron facilitadas al paciente y se realizaron consultas de control semanalmente.
Después de cuatro semanas, los tejidos del reborde superior se presentaban completamente recuperados (Figura 21) y el material acondicionador con características muy favorables de resiliencia y adhesividad en la base de la prótesis (Figura 22).
Caso clínico 3
Paciente de 59 años, sexo femenino, portadora de prótesis totales superior e inferior desde hace 41 años. La prótesis superior presentaba una reparación mal ejecutada que, según la paciente, la había hecho ella misma después de la fractura de la prótesis, dividiéndola en dos partes (Figura 23). A pesar del aspecto muy irregular de la región interna de la base de la prótesis, el reborde se presentaba alterado de forma moderada, con algunas áreas rojizas (Figura 24). La paciente se quejaba de la falta de retención y estabilidad. Se pudo observar que, además de la estética perjudicada, la dimensión vertical de oclusión estaba disminuida, la curva anteroposterior invertida y la oclusión no balanceada (Figura 25).
Debido a la irregularidad de la parte interna de la base acompañada de acumulación de tártaro y residuos alimenticios, una pequeña capa de esta región fue removida con broca antes de iniciarse los procedimientos de utilización del acondicionador de tejido DINABASE® (Figura 26).
Se aplicó el acondicionador en la base de la prótesis superior, siguiéndose los mismos procedimientos hechos en el caso clínico 1, las instrucciones de uso fueron facilitadas a la paciente y se realizaron consultas de control semanalmente.
Después de cuatro semanas, los tejidos del reborde superior estaban completamente recuperados (Figura 27) y el material acondicionador con características muy favorables de resiliencia y adhesividad a la base de la prótesis (Figura 28).
Discusión y conclusiones
Muchos autores informaron del problema de la deficiencia en la adhesividad de los acondicionadores de tejido en la base de la prótesis. Según QUDAH (1990), los acondicionadores de tejido deben unirse suficientemente bien a la base de la prótesis para evitar la separación durante el uso. Si la fuerza de adhesión entre los dos materiales es débil, las áreas localizadas de separación se tornan rápidamente antihigiénicas a causa de la dificultad de limpieza.
Según ANIL y cols. (2000), uno de los factores que influyen en la durabilidad de los materiales suaves de rebase es la falla en la adhesión que puede causar microinfiltración en la interfase entre los dos materiales. Según POLYZOIS y FRANGOU (2001), además de la falla en la adhesión, la alteración en la dureza, rugosidad o color son razones más comunes para la necesidad de cambiar los nuevos materiales de rebase suaves.
En este trabajo, se puede verificar clínicamente excelente adhesión entre la resina de la base de la prótesis y el acondicionador de tejido DINABASE®. En el periodo de cuatro semanas, en ningún caso ocurrió la separación entre los dos materiales, así como la presencia de olores desagradables y residuos alimenticios en la interfase.
Según PHILLIPS (1993) y GONZÁLEZ (1997), con el envejecimiento los acondicionadores de tejido pierden sus propiedades plásticas, pasando a ser predominantes sus características elásticas. Cuando eso ocurre, normalmente en 3 a 4 días, es necesario retirar el acondicionador antiguo, sustituyéndolo por un nuevo.
Según McCARTHY (1978) y GRONET (1997), por la pérdida del etanol, absorción de agua y pérdida del plastificante, el acondicionador puede no ser de ser efectivo, pudiendo causar trauma más que aliviarlo.
El acondicionador DINABASE®, al ser un material monocomponente y estar listo para su utilización, además de ahorrar tiempo, evita errores de proporción y mezcla. Además de eso, ese producto también permite la adición de material con una perfecta unión.
Basado en esta evaluación clínica, con la finalidad de recuperarse tejidos lesionados en portadores de prótesis totales, utilizándose el acondicionador de tejido DINABASE®, se puede relacionar las siguientes ventajas:
1) Excelente adhesión a la resina.
2) Facilita la retención y la comodidad (relatados por los pacientes).
3) No adquiere olores.
4) No cambia el color.
5) No cambia el sabor de los alimentos.
6) Ahorra tiempo.
7) Ausencia de errores de proporción y mezcla.
8) Permite la adición de material.
Correspondencia
Renata Faria: Avda. Conselheiro Nebias, 628, conjunto 35. 11045-002 Santos. SP.
fariarenata@aol.com
Marco Antônio Bottino: R. Pedroso Alvarenga, 755, 9.ª planta. 04531-011 São Paulo. SP.
mmbottino@uol.com.br
Edimir Colonello: R. Elba, 192. 04286-000 São Paulo. SP.
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