El paciente se presenta a consulta con una edentación parcial, y grado de movilidad extremo en todas sus piezas remanentes.
El sondeo gingival se hace innecesario debido a la evidencia de la pérdida inminente de toda su dentadura, la que al ocluir prácticamente horizontaliza todo el sector anterior.
Se estudia el caso radiográfica y clínicamente, y el paciente relata estar en ese estado desde hace muchos años.
Al manipular la mandíbula en un intento de conocer el estado muscular del sistema, se observa una gran labilidad tendinosa capsular que se manifiesta en una hiperlaxitud en los movimientos manualmente inducidos de ambos cóndilos dentro de la cavidad (ver Figuras 1 a 7).
Se toman impresiones y se monta en un articulador semiajustable, cortando en el yeso las piezas que serán extirpadas, conservando únicamente ambos primeros premolares inferiores, que serán utilizados para retener mediante retenedores elásticos la prótesis inferior, en la presunción de la hipermovilidad a que será sometida dado que en la gran reabsorción ósea, es frecuente el acercamiento de todas las inserciones musculares a la porción superior del reborde óseo, lo que atentará contra la estabilidad de dicha prótesis provisional.
En una primera sesión clínico-quirúrgica, se exodoncia todo el sector incisivo y canino inferior, y al observar el remanente óseo canino de ambos lados, se implanta en forma inmediata.
Uno de estos implantes, el izquierdo, fracasará a las dos semanas y se reemplazará en el momento de la cirugía implantaria programada.
También se exodoncia todo el maxilar superior y se adaptan mediante rebasado de material elástico, ambas prótesis provisionales (ver Figuras 8 a 10).
Transcurridos dos meses, donde la cicatrización es adecuada, y la dinámica mandibular aceptable, se procede a la etapa quirúrgica implantaria mediante implantes semisumergidos, con algunas zonas de regenerción ósea guiada (ver Figuras 10 a 26).
Durante la etapa de cicatrización de este nuevo abordaje quirúrgico, se endodoncian ambos premolares inferiores conservados, los que en un futuro, cuando ya no sirvan para retener la prótesis removible provisoria inferior, serán cortados como reserva de capital óseo o bien como elemento retenedor ante cualquier tipo de incidencia implantaria (Figura 27).
Abordamos la etapa primaria protética, una vez transcurridos tres meses, mediante la utilización de cubetas individuales, a las que realizamos un recorte muscular en base a stens verde, como si de una prótesis completa se tratara.
Ambos modelos funcionales así obtenidos, los montamos en articulador semiajustable y los vinculamos en una presuntiva orc, mediante la maniobra de Dawson, con rodetes de cera (Figuras 28 a 34).
De ese montaje obtenemos dos rodetes de metacrilato, perfectamente adaptados a los modelos funcionales, a los que les otorgamos la planimetría derivada del paralelismo con el plano de Frankfurt, y una altura (dv) que resulta de los métodos métricos de dimensión vertical… Y que nos servirán, además de tomar una nueva impresión funcional mediante recorte muscular, para adaptar un dispositivo consistente en una bóveda palatina superior, y un tornillo central inferior, los que después de un entrenamiento adecuado del enfermo, nos permitirá reproducir en la bóveda el arco gótico de Gysi, encontrando de esta manera la oclusión en relación céntrica.
Actualmente este método ha sido recreado mediante la denominación de BOPAYACU (Bóveda Palatina y Apoyo Central Único). (1), (Figuras 35 a 54).
Obtenido el dibujo del arco gótico, insinuamos en el vértice del mismo una perforación que fijará la punta del tornillo en esa posición: relación céntrica (Figuras 55 a 57).
Con estos parámetros se construyen dos sobredentaduras abrochadas en rótulas supra implantes, que le otorgan fijación suficiente, dando a la oclusión todos los elementos de una Oclusión mutuamente compartida (2).
Con un esquema oclusal de: función de grupo bilateral posterior de acción canina (3), (Figuras 58 a 61).
Después de las revisiones pertinentes a la semana, el mes y los seis meses de terminada la rehabilitación, se cita al enfermo para un nuevo control al año y medio y se observa una perfecta situación tisular, clínica y radiográficamente controlada, y además la permanencia del mismo esquema oclusal otorgado desde el principio (Figuras 62 a 66).
Se controla radiograficamente y se da el alta definitiva recomendando el control dos veces al año.
Bibliografía
1. Álvarez Cantóni H, Fassina N. Colección fundamentos, técnicas y clínica en rehabilitación bucal. Tomo 2. Editorial ACHEACE. Buenos Aires, diciembre 2002.
2. Alonso, Albertini, Bechelli. Oclusión y diagnóstico en rehabilitación oral. Editorial Panamericana. Buenos Aires, octubre 1999.
3.Acuña Priano CA, Arano Sesma JM. Función de grupo bilateral posterior de acción canina. Geodental, casos clínicos, junio 2004.