Según un informe realizado en el Hospital Rúber de Madrid, un 70 por ciento de la población adulta española padece bruxismo. En opinión de los expertos que han elaborado este informe, la actual crisis económica podría haber influido en el incremento, observado en los últimos meses, de la incidencia de patologías relacionadas con la cavidad oral y las dolencias faciales por la ansiedad, estrés y nerviosismo.
Se ha verificado un aumento en las consultas médicas de urgencia por casos de bruxismo, un trastorno que, a la larga, provoca destrucción y desgaste de las piezas dentales, caries, gingivitis y traumatismos de las encías, así como importantes contracturas en las cervicales y en la cara, molestias en la articulación de la mandíbula y dolores de cabeza.
El tratamiento de estas situaciones debe ser siempre multidisciplinar, es decir, debe ser atendido por odontólogos, fisioterapeutas, cirujanos maxilofaciales y, en ocasiones, contar con apoyo de especialistas en psiquiatría. Para empezar, en una primera evaluación se deben estudiar los daños provocados en la cavidad oral por el bruxismo.
Posteriormente, el paciente debe ser evaluado por el fisioterapeuta, para diagnosticar los problemas musculares provocados por esta acción de apretar los dientes. El cirujano maxilofacial determinará los daños articulares y, finalmente, evaluará los datos referidos por los especialistas anteriores para dar la mejor opción de tratamiento.