La importancia que reviste la formación postgraduada para todos los profesionales de la Odontoestomatología es innegable. Conscientes de ello, las universidades, tanto públicas como privadas, presentan cada año una completa oferta de cursos y másters para todas las necesidades, para todos los intereses.
El decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla, profesor doctor José Luis Gutiérrez Pérez, nos habla del Máster en Cirugía Bucal que él dirige.
Se declara firme defensor de las especialidades (“el último paso para el despliegue definitivo de la Odontología en nuestro país, todavía en transición desde la etapa de especialidad médica denominada Estomatología”) y lamenta que no toda la formación de postgrado existente en el mercado sea adecuada (“existen títulos y cursos de alto nivel de calidad verificable y contrastable de un lado y, de otro, ofertas docentes lamentables ya sea por su pobre calidad docente, por su lamentable metodología o por intereses comerciales”).
Pregunta. La Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla cuenta con un amplio programa de cursos de postgrado. Entre ellos, ¿cuál o cuáles son objeto de mayor demanda por parte de los profesionales?
Respuesta. La demanda de los títulos propios es muy alta en todas aquellas áreas de la Odontología que suponen una especialización de “hecho”, toda vez que no existen especialidades oficialmente reconocidas en España. La pregunta, no obstante, es fácil de responder: la totalidad de la oferta que realiza la Universidad de Sevilla tiene un nivel óptimo de respuesta. Y es que debe tenerse en cuenta que se trata de estudios muy bien regulados, con indicadores de calidad garantizados que incluyen, entre otros muchos, el que la evaluación de los ex alumnos haya sido positiva y el que tengan un adecuado nivel de demanda. Si estas dos condiciones no se dan, la Universidad de Sevilla no lo ofertaría.
P. En concreto, el Máster en Cirugía Bucal, que usted dirige, es uno de los más solicitados. ¿A qué atribuye este interés?
R. En parte he contestado en la pregunta anterior. Pero añadiré que la Cirugía Bucal es una de las áreas más atractivas de la Odontología moderna, tanto por su impacto en la salud general de la persona como por ser una de las parcelas más relacionadas con la Medicina. De hecho, es en el entorno médico-quirúrgico de la Odontología donde se concentran los avances más recientes de la investigación y transferencia tecnológica. A ello, hay que unir el hecho de que España sea uno de los escasos países europeos en donde la Cirugía Bucal no está reconocida como especialidad oficial.
P. Tenemos entendido que se han producido interesantes novedades de cara a esta nueva edición del Máster en Cirugía Bucal. ¿Puede explicarnos en qué consisten y por qué razón se han decidido a llevarlas a cabo?
R. Una de las singularidades más específicas del Máster de Cirugía Bucal de la Universidad de Sevilla reside en que se trata de una formación esencialmente hospitalaria que replica con un alto nivel de fidelidad los aspectos más positivos de la formación médica postgraduada (MIR) que tanto prestigio ha dado a nuestro sistema sanitario nacional en el contexto internacional, combinando unos niveles complementarios inversamente proporcionales de tutela docente efectiva por parte de profesionales expertos de la Cirugía Bucal y Maxilofacial con la actuación quirúrgica especializada llevada a cabo por los alumnos del Master de manera secuencial y progresiva. En segundo término, el Máster de Cirugía Bucal de la Universidad de Sevilla ha realizado una apuesta muy sólida y contundente por las nuevas tecnologías, tales como la microcirugía, cirugía con láser, piezocirugía, aplicación de ultrasonidos, realidad virtual, etc.
P. Para quienes todavía no hayan oído hablar de él, ¿qué nos puede comentar acerca de los contenidos, duración y beneficios de este máster?
R. Es un máster que se realiza durante tres años consecutivos con dedicación a tiempo completo a la docencia, con contenidos intencionadamente diseñados para su homologación con cualquier máster europeo de calidad y equivalentes a la formación que reciben los especialistas en Cirugía Bucal de los países europeos en los que está reconocida la especialidad.
La docencia es gradativa y minuciosamente programada, con niveles de responsabilidad asistencial crecientes en función de los años cursados y una metodología docente absolutamente innovadora centrada en la resolución de problemas y la Odontología basada en la evidencia. Los alumnos realizan rotaciones hospitalarias en el Hospital Universitario Virgen del Rocío y colaboran en las actividades docentes en la Facultad de Odontología de la Universidad de Sevilla. Finalmente, la formación incluye un diseño curricular personalizado y la adquisición de niveles y destrezas de comunicación para la transmisión e intercambio de los conocimientos adquiridos en foros tanto nacionales como internacionales.
Nuestro sistema de formación docente se centra en el aprendizaje y no en la enseñanza y desde hace ya unos años hemos abandonado el modelo clásico de formación por objetivos para centrarnos en una metodología docente orientada a la adquisición de competencias profesionales por parte de nuestros alumnos.
P. ¿Cuántas plazas salen cada año y cómo se lleva a cabo el proceso de selección para acceder a una de las mismas?
R. Convocamos exclusivamente seis plazas. Un número superior no permitiría impartir la docencia en los niveles de calidad que pretendemos. El acceso se realiza mediante la valoración del currículum del candidato, un examen de conocimientos odontológicos y una entrevista. Tengo que confesar que es ciertamente difícil obtener plaza y, a menudo, se requiere constancia y tenacidad en la solicitud por parte de los candidatos, ya que a veces se emplean varios años en conseguirlo. En este sentido, las puertas de mi equipo docente siempre están abiertas a todo tipo de colaboración “meritoria” que es muy bien valorada ya que permite que los candidatos superen el nivel de conocimientos requeridos en el proceso selectivo y progresen en el desarrollo de las habilidades y competencias valoradas en la entrevista.
P. ¿Hasta qué punto es imprescindible la formación de postgrado para un dentista? ¿Cuál es el prototipo de profesional para el que esta formación complementaria puede ser realmente necesaria?
R. La formación de postgrado y a lo largo de toda su vida es esencial para cualquier profesional de la salud. Es una realidad innegable. La velocidad de crecimiento del conocimiento y la progresión de la complejidad del mismo es de tal nivel que es absolutamente imposible formar a un profesional durante su grado en la Universidad en todos los aspectos de la profesión. Hoy día, la sociedad reclama de la Universidad que ésta genere unos profesionales bien cualificados para la práctica general y la resolución general de los problemas de salud más habituales en un nivel de complejidad básico. Pero el conocimiento científico, específicamente en las áreas de la salud, es muy dinámico y requiere una actualización permanente.
Más allá de este planteamiento general, la formación de postgrado reglada en el ámbito competencial de una especialidad odontológica es la única alternativa actual en nuestro país para todos aquellos profesionales dentistas que a lo largo de su formación universitaria básica han sentido una atracción específica por la misma. Un título propio de Universidad es, en este sentido, la vía natural de iniciación en la actividad profesional de la especialidad de que se trate.
P. Uno de los problemas con que se encuentran los licenciados a la hora de decantarse por un determinado máster o curso de postgrado es la enorme oferta que existe por parte de las distintas universidades, sumado al elevado coste de este tipo de formación. ¿Puede ofrecer algún consejo a los dentistas que estén pensando en realizar alguno de ellos?, ¿qué tienen que tener en cuenta, o valorar, para no equivocarse?
R. Permítame que me remita a un simbolismo aplicable a otras parcelas de la vida (así se lo aconsejo a mis hijos): La clave del éxito está en responder bien a cada una de estas preguntas, pero —y ello es importantísimo— en la secuencia adecuada que es la que expreso a continuación: Primero, ¿Qué quiero ser?; segundo, ¿Adónde quiero llegar? Y tercero y último, ¿Con quién quiero ir? Si el dentista candidato medita detenidamente estas tres cuestiones y les da respuesta sin modificar el orden expresado tendrá una ayuda valiosa para tomar su decisión.
P. El elevado precio de las matrículas ¿es dinero bien invertido? ¿Está, en su opinión, lo suficientemente justificado por los contenidos de los cursos?
R. Creo sinceramente que la formación postgraduada es cara porque los gastos que genera son elevados. Las ratio profesor-alumno son mucho más altas que en la formación pregraduada y los requisitos de cualificación del profesorado también. Pero me resisto a que el precio de esta formación se regule en base a las expectativas de mercado profesional posterior a la adquisición de las competencias y destrezas. En este sentido, los títulos propios ofertados por las universidades ofrecen la garantía de contar con unas tasas razonables, reguladas en base a los costes reales y sujetas a los controles habituales del gasto público.
P. ¿Cómo decide, la Universidad de Sevilla, por qué materias debe apostar? ¿Bajo qué criterios se decide ofertar un máster concreto?
R. En la Universidad de Sevilla, la propuesta de un Máster o cualquier otra variedad de título propio debe ser formulada por un profesor numerario y avalada por la Facultad de Odontología. La decisión final de aceptar una formación de postgrado en la Universidad de Sevilla corresponde a su Consejo de Gobierno que tiene en este sentido las competencias delegadas en el Centro de Formación Permanente de la Universidad. Este Centro cuenta con un Comité Asesor y un nutrido grupo de evaluadores externos de reconocido prestigio para cada una de las áreas.
Esta evaluación, previa a su autorización, se completa con una evaluación de la calidad de la docencia impartida que también es analizada por agentes externos.
P ¿Qué opina de la formación de postgrado que se ofrece fuera de las facultades?
R. Me gusta ser, en este sentido, autocrítico. Creo que la Universidad —en su conjunto— ha cometido graves errores en el pasado. Las causas han sido diversas y, en muchas ocasiones justificables, pero durante muchos años la Universidad se ha centrado excesivamente en la formación pregraduada dando la espalda o dejando fuera de su regulación a la formación postgraduada que, además, en muchas casos, no era competitiva ni adecuada a las necesidades reales de los profesionales. Se generó así un espacio —o tierra de nadie— que fue ocupado por la industria y la iniciativa privada. E incluso, en ocasiones, por una combinación de ambas. El resultado es obvio y dual: existen títulos y cursos de alto nivel de calidad verificable y contrastable de un lado y, de otro, ofertas docentes lamentables ya sea por su pobre calidad docente, por su lamentable metodología o por intereses comerciales ligados al lucro e inasumibles.
P. Por último, como decano de una facultad de Odontología, ¿cuál es su postura con respecto a las especialidades?
R. Es de absoluto compromiso. Las he defendido a lo largo de mi trayectoria profesional —con constancia, tesón y ahínco— en todos los escenarios profesionales por los que mi vida personal ha ido discurriendo. Y —debo ser sincero— en ocasiones esta defensa ha tenido un alto coste personal para mí. Creo sinceramente que la creación de las especialidades es el último paso —imprescindible— para el despliegue definitivo de la Odontología en nuestro país, todavía en transición desde la etapa de especialidad médica denominada “Estomatología”. Con las especialidades odontológicas no sólo se dará cobertura a las expectativas de los profesionales que opten por las mismas sino que se elevarán hasta los niveles más altos homologables todos los indicadores de la salud bucodental en España, de manera similar a como ya ocurrió con las especialidades de la Medicina de las que tan orgullosos nos sentimos en nuestro país y tan alto reconocimiento tienen fuera de nuestras fronteras.